-Anda Alex, dime quién es tu mate -pidió Giuli.
-No Giuli, cuando seas más grande te lo diré -sentenció y la pequeña ojiazul de mejillas coloradas y pecas debajo de los cristales que tiene por ojos frunció el ceño triste.
Lo que Giuliana no sabía er...
Lunes. Una palabra, cinco letras. Día de la semana, del mes, del año.
¡PUTO DÍA QUE ARRUINA MI VIDA!
Me encuentro desayunando con toda la familia, incluyendo mi nueva familia.
A pesar de la hora, Alex se despertó para llevarme a la escuela, no quiere perderse ni un segundo de mi vida. Lo aprecio, pero a veces es sofocante y da miedo.
—Vamos, princesa —. Me dijo Alex, haciendo un ademán para que entre al auto.
—Ah, eh, ¿Alex?... Me preguntaba si era problema que llevemos a Annie y Janie con nosotros. Antes de esto —hice referencia a lo nuestro—, siempre las llevaba yo y mis padres no pueden —. Esboze unas de mis mejores sonrisas.
—Claro, no hay problema. —aceptó, pero escuché cierta molestia en su voz, a lo mejor quería un momento a solas. Pervertido necesitado.
—¡Annie y Janie, vengan aquí, las llevamos al instituto! —. Les grité.
—¡Ya vamos! —. Respondieron al unísono. Nunca voy a entender como lo hacen.
Al llegar las niñas, que por cierto ya tienen once años, partimos rumbo al colegio.
—Adiós pequeñas —. Saludé con un beso en la mejilla a Janie y esta bajó del auto. —No causen problemas, comportensen civilizadamente, pero, si alguien las molesta, olvidense lo que les dije y partanle la cara al infeliz, ¿si? —repetí el procedimiento con Annie y ella siguió a su gemela.
—¡Adiós! nos portaremos bien. — dijeron a tono, pero lo último lo dijo Janie.
—Bien, entren o no llegarán a su primera clase, ¡corran! —. Les adverti y me obedecieron. Reí.
—Serás una buena madre, ¿sabes? Tendré en cuenta lo de partirle la cara al infeliz. —reímos.
—Claro, incentivando la violencia. —comento divertida—. Ya tendremos cachorros, mientras tanto, disfrutemos su proceso.
—Sabes muy bien lo que haremos para que vengan. —me sonrió pícaro.
—Bueno, ya deja tus comentarios pervertidos y conduce que se me hace tarde. —le reprocho.
—Oh, cierto, me olvidaba que eras una nerd. Debería ser el titulo de una de esas novelas que lees, "Mi Mate, La Nerd", ¿no crees? —se burló, aunque en realidad es un buen título.
—Lo tendré en cuenta, ahora basta de bullyng de pareja y ¡maneja el bendito coche! —. Me empiezo a desesperar por la hora, pero el está de lo más tranquilo.
—¿Y si no vas hoy? —. Hace un puchero. —Rateate conmigo, así como no pudiste cuando íbamos juntos al Instituto. —propone y yo niego.
—No, Alex es una locura, yo no soy así. No puedo ratearme. —respondo y el gruñe.
—No me obliges a usar otros medios, Giuliana. —frunzo el ceño.
—¿Que tipo de medios? —. Pregunto.
Su semblante se relaja y sonríe juguetón: —Este medio. —y se tira sobre mi para hacerme cosquillas.
Sabrán lo que pasó después... ¿No?
Pues el me hizo cosquillas hasta que no pude aguantar más y acepté ratearme con el.
***
—¿Lo tenías planeado? —. Pregunté sorprendida al detallar cada parte de lo que mis ojos veían.
—Si, cariño, ¿te gusta? —pregunta, yo estoy sin palabras.
Es símplemente hermoso.
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—Es hermoso, pero, ¿como estabas seguro de que accedería?
—Eres débil ante mis encantos, princesa. —sonríe, socarrón. Yo le piso fuerte el pie y el gime de dolor.
Río y espero a que se recupere para darle un beso. No puedo enfadarse con tremenda vista.
Después de decidir ratearme con Alex, a las malas, fuimos a dar un paseo por el parque, tomamos un helado y vinos un show que daban por el centro, lo que nos tomó prácticamente toda la tarde.
Por Annie y Janie no me preocupaba, llamé a mamá y le dije que después del colegio tuve que irme con Alex a resolver algunos asuntos y que no podría pasar por ellas.
Serian aproximadamente las 7 pm. Y este hombre me infarta con sus sorpresas.
—Ven, siéntate. —me sañala un sillón de cañas que a simple vista parece muy cómodo. Y lo es. El también se sienta.
—Hablemos, Giuli. —me dice.
—¿De qué quieres hablar? Hablamos todo el día. —le respondí.
—De temas como la temporada de calor. —dice y yo asiento—. Como sabes es mi primera temporada en la que tu, osea mi mate, está marcada y sera muy dificil contenerme. —me explica.
—Pero no le veo el problema,yo también estaré en celo y además nosotros ya lo hicimos, no hay nada que no hallas hecho antes. —respondo.
—De eso mismo quería hablarte, como nosotros ya lo hicimos no habrá problema, pero en la temporada no estaremos muy conscientes que digamos y tu podrías quedar embarazada por la fuerza que implicaré, aparte tu me excitarás mas de lo normal. —me sonrojo fuerte, ¿cómo es que puede decirlo tan fluido? A mi me daría pena.
—Entonces, ¿que dices? ¿Me tendrán que encerrar cómo a las otras hembras? Y ¿a ti te van a drogas de nuevo?, no pienso permitirlo, ahora que estamos juntos no me importa, si quedo embarazada nos haremos cargo, después de todo, todas las madres de la manada tienen más o menos mi edad. Y fíjate Zafira y James, ellos están esperando a su bebé.
—Será como tu quieras, cariño, yo sólo quería saber que preferías, quien me decía que estarías dispuesta a ser madre, por más normal que sea, tu eres joven y tienes derecho a vivir tu vida, tal vez tu tenía esa lógica, por mi lado me sorprendo que eligas el camino difícil, donde hay posiblidades muy altas de que nos convirtamos en padres, pero me emociona saber que tu amor a mi es tan grande que prefieres una familia conmigo antes que me adormezcan. —me dice con la ternura brillando en sus ojos.
—Siempre elegiría nuestra familia, Alex, además hice una promesa ese día, daría al próximo heredero y pienso cumplirla. —digo con firmeza.
El sonríe y no espera. Me toma en la playa, y nos amamos mutuamente.
