-Anda Alex, dime quién es tu mate -pidió Giuli.
-No Giuli, cuando seas más grande te lo diré -sentenció y la pequeña ojiazul de mejillas coloradas y pecas debajo de los cristales que tiene por ojos frunció el ceño triste.
Lo que Giuliana no sabía er...
Aquí vamos. Coloqué el extraño palito determinante debajo de mi feminidad e hice lo que tenía que hacer, supongo que me entienden... ¿no?, pues orine en el lugar indicado del test. ¿Fui clara?
En la cajita donde venía el test decía que tendría que esperar quince minutos por lo menos para que de el resultado.
Tengo miedo, no lo voy a negar.
Si no lograba embarazarme, no daría un heredero. Pero fuera de eso, no podría armar mi familia, que sinceramente era lo que más me importaba. Yo sólo quería dar a luz a un hijo. Niña o niño. No me importaba. Sólo quería verlo crecer, alimentarlo, jugar con el o ella, aconsejarle y amarme como mis padres hicieron conmigo.
¿Era mucho pedir una vida normal?
Por otro lado estaba Alex, el se pondría muy mal si yo no pudiera concebir un hijo, estoy segura que el se haría el fuerte para contenerme, pero todos sabemos, que todo hombre, hombre lobo y más un Alpha, quiere dejar una semilla en la tierra y ¿que mejor que un fruto de su amor verdadero?
Yo no soportaría verlo fingir que esta bien, cuando el estaría casi peor que yo.
También estaba la Manada. Toda Full Moon espera que yo traiga al mundo a su futuro gobernante... ¿Qué les diría yo?
Juré parir al próximo dirigente de esta manada y no está en mis planes romper mi promesa.
Salí del bañi para esperar tranquila el resultado.
Me acosté en la cama y esperé.
Cerré los ojos para calmar mi pulso acelerado por los nervios.
Solo esperaba no tener que fallarle a nadie, mucho menos quería fallarme a mi misma.
El calor de la cama me abrazo e impulsó a quedarme dormida.
Narra Alex
¡Por la Diosa!
¡Si espero un segundo más mi vejiga estalla!
Corrí al baño, pues después de tomarme los muchos jugos de naranja que me prepararon las gemelas Lawrence, yo moría por un WC.
Pero ¿que les puedo decir?
Soy el mejor cuñado del mundo.
Entro a mi habitación y veo a Giuli dormida. Se ve muy tierna, pero no le tomo mucha importancia ya que, para no orinarle la cara, necesito urgente a mi hermoso inodoro.
Abro la puerta del toilete personal que tenemos con mi mate y sin esperar un segundo dejo a mi amigo salir para que libere todo lo recargado.
Tiro la cabeza hacia atrás del alivio.
La giro y veo algo que hace que mi orina se quede petrificada.
Me abrocho los pantalones y tomorápidamente el test de un vasito de agua.
Cuando creo que las lágrimas están por salir de la alegría que tengo, un grito de felicidad sale del fondo de mi alma.
Corro para despertar a Giuli.
Narra Giuli
Despierto porque siento que me mueven bruscamente dulce.
- ¡Giuli!, amor despierta, ¡¡bebé!!- grita un Alex borroso.
Me despierto por completo y veo su cara de felicidad, casi al punto de que las lágrimas salgan de sus hermosos ojos.
- Cariño, ¡Estamos Embarazados!- grita de emoción y yo me llevo una mano a mi boca.
En vez de contenerse, las lágrimas no tardan en salir de mis ojos.
Alex me abraza y reparte besos por toda mi cara, yo le correspondo el abrazo y los besos.
- Mira, amor, mira!- dice y ne muestra el test:
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Lloro de alegría y emoción ante la mejor noticia de mi vida.
- ¡Hay que decirle a todos!- grita emocionado.
- Si, mi amor, les diremos.- me sonríe ampliamente y me besa reflejandome todo su amor.
Descubre mi vientre, todavía plano obviamente, y besa exactamente en el ombligo.
Yo río, un poco por las cosquillas y sensaciones que causa el tacto de sus labios en mi piel y otro poco porque imagino lo perfecto que se vería como padre.
Cuando mis papás se enteraron que mi mamá estaba embarazada de mi, me contaron que mi mamá había dejado el test en el baño pensando que había dado negativo y después llegó mi papá gritando:- ¡Estamos Embarazados!
