XX

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Me encontraba sentada al lado de Zafira.

Había tenido, según ella, un mareo y por eso se desmayó.
Sin embargo, no sentí completa sinceridad en sus palabras.

Debido al desmayo, James insistió, a lo que no nos negamos, a llamar rápidamente al doctor de la manada, quien no hizo más que revisarla y confirmar las afirmaciones de mi amiga.

Nos preocuparnos tanto por Zafira que todos nos olvidamos del tema de mi bebé y Luz. Por suerte. No quería que el tema tuviera mucho lugar a discusión.
Simplemente quería que aceptaran a Luz como yo lo haría. Como si fuese mi hija.

Después de todo, no sabíamos si en algún momento su madre podría volver a buscarla. La niña necesitaba el afecto tanto materno como paterno. Por eso es importante que Alex piense igual que yo.

Voy a preparar un té para Zafi, no me gusta hacer trabajar a las mucama más de lo debido.

Mientras bajo, un ruido me desconcierta.

Sólo escuché esa maldita alarma dos veces en mi vida.

Ninguna de ella fue para bien.

Corrí rápidamente a buscar a los niños y mujeres de la manada.

Todos ya sabíamos que hacer. De pequeños nos entrenaron para saber como reaccionar ante esta situación.

1- Mantener la calma.
2- No alejarnos de los demás miembros de la manada.
3- Rápidamente ir al refugio, de donde no saldremos hasta que la invasión termine.

Así es.

La puta alarma sólo puede significar una cosa. Nos están invadiendo.
Por más reglamentos que haya, sobre mantener la calma. Nadie lo hace.

Llantos de niños asustados.

Desesperación de madres, que, o no pueden calmar a sus hijos, o tienen que atenerse a las probabilidades de que sus maridos y compañeros mueran o salgan heridos.

Yo me encontraba nerviosa. Tratando de calmar a la manada.

Los hombres se encontraban luchando.

Las guerreras también. Pero la parte más "débil" de la manada se quedaba en el refugio. Mujeres y niños. Soy bastante feminista, por lo que cuando era más pequeña me sentía completamente ofendida con esta regla. Ahora en cambio me parece lo más lógico, ya que las madres deben cuidar de sus niños.

La angustia me recorría, sabía que le haría mal a mi bebé. No obstante, mi mecanismo no me permitía deshacerse de ella.

Podrían herir a Alex.

O a mi padre.

O a James.

James... ¡Zafira!

¡Por la Diosa!

Zafira no está en el refugio, ahora que veo... ¡Luz tampoco!

Mi respiración está agotada por los nervios.

Hay guardias en la entradadel refugio, se que no me dejarán salir a buscarlas. Pero debo hacerlo.

Alex

Le llamo por la conexión.

No responde y me desespero.

¡Alex!

Nada.

¡ALEXANDER!

¿Giuli?

¡Al fin respondes!, Alex, Zafira y Luz no están con nosotros en el refugio. Por favor buscalas o si no ordenaré a los guardias que me dejen salir, las buscaré yo misma.

Amor, no salgas, es muy peligroso. Los vampiros nos invaden, se unieron con una manada de pícaros. Buscaré a las chicas. Jurame que no saldrás.

Lo juro. Encuéntralas. Te amo y ten cuidado por favor.

Yo te amo más, si me pasa algo quiero que sepas que te amé, te amo y te amaré por siempre.

Nada te pasará, no estoy dispuesta a aceptarlo. Lucha por nuestra manada. Por mi. Por nuestro hijo.

Lo haré, bebé te amo. Los amo.

Al cortar la conexión sentí un vacío horrible. Como si el se estuviera despidiendo.

¡NO! ¡Me rehuso, me niego!

El nunca me dejaría.

¿No?

***
Pasaron los minutos. ¡Muchos minutos! Luz y Zafira no aparecían y yo me angustiaba cada vez más.

Las madres lloraban, los hijos aún más.

Muchachas cada segundo perdían la conexión con sus mates, por lo que se tiraban al suelo de rodillas a morir lentamente.

Trataba de calmar el ambiente, pero se me hacía muy difícil, yo estaba hasta más preocupada que ellas.

No sabía nada ni de mi mate, ni mi mejor amiga embarazada, ni de mi nuera/hija.

¡Era malditamente desesperante!
¡Sólo quería ver entrar por esas puras puertas de plata a mi familia!

Eran de plata, justamente, para evitar que los atacantes puedan entrar y los refugiados puedan salir antes de que termine la invasión. Era ingenioso, pero no exactamente perfecto para mi plan de huida a salvar a mi familia.

¡Y otra vez la maldita alarma!

Aunque, por suerte, esta daba a entender que la invasión había finalizado.

Las grandes puertas de plata dé abrieron y varios hombre y mujeres entraron, corriendo en busca de sus familiares, quienes no tardaron en corresponder a la búsqueda.

Yo por mi parte buscaba con la mirada, desesperada, algún indicio que me lleve a Alex.

¿¡Por qué mierda no aparece!?

De la angustia, empiezo a llorar y unas mujeres de la manada dé acercan a mi alarmadas.

- Luna, ¿se encuentra bien?- me pregunta una.

- No, no sé nada ni de Alex, ni de Zafira, ni de...- pienso que todavía nadie sabe de Luz así que callo- ni de mis padres.- concluyo.

- Tranquila, si no perdió la conexión es porque nada malo sucedió. Debe mostrarse fuerte frente a las mujeres y niños que si perdieron a alguien- me dice otra. Tenía razón.

- Muchas gracias, tienen razón, iré a buscarlos, a lo mejor se quedaron abajo.- digo y salgo corriendo para la sala.

Cuando llego un alarido me asusta y corro hasta su fuente.

Alex me mira con pena y yo saltó a sus brazos, sin entender lo que sucede.

Zafira llora desconsolada, mientras a su lado hace el cuerpo de James.

Oh no.

James...

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A veces pasa, ¿que les pareció?

¿Triste?

Todavía no se sabe nada de Luz... ¡Que intriga!

Ojalá les guste.

Perdón a las fans de James por quitarles a su ídolo. 😘 Tienen mis condolencias.

¡Gracias Por Leer!

♡14/09/2016♡










Te Amaré Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora