La Salvacion De Un Yakuza(Kikasa)

¿Escape fallido?

Salí del auto y corrí con todas las fuerzas que tenía, por un breve instante sentí ganas de llorar pero se esfumaron tan rápido como llegaron, no lo queria ver ni saber nada de el aun que eso significara ser un vagabundo o un yakuza de otro grupo, no importaba, me quería alejar de el, pero Kise...

¿Kise? Ese niño igual me mintió seguramente, como me trato de confundir diciéndome que le gustaba, despues de todo "de tal palo, tal astilla".

Seguía corriendo y logre observar como Kise estaciono el auto y me siguío, si seguía así me alcanzaría y yo no quería eso, si lograba detenerme, para que me deje tendría que lastimarlo verdaderamente y no lo deseo ya que siempre que peleamos, nunca uso toda mi fuerza. Por otro lado, si me retrasa, llegaría Daiki y entre los dos posiblemente me logren detener.

No lo deseo, me quiero ir lejos a donde sea, no permitiré que me atrapen, nunca.

Continué y seguido habia una marcha, habia muchas personas con carteles, mi oportunidad perfecta.

Comencé a adentrarme entre la multitud justo en el momento en que Kise estaba a punto de detenerme hasta que la gente lo detuvo.

Me encogí de hombro y flexione mis rodillas para disminuir mi estatura. Seguí caminando y pude observar a el dueño de la cabellera rubia buscarme con la mirada, sus ojos me distrajeron y sonreí, talves esta sería la ultima vez que los vería.

Continue mi caminata rápida logrando salir de la multitud pero choque con un cuerpo, no le presté atencion, iba a seguir corriendo pero tomaron mi brazo, dispuesto a golpear a quien fuera, dirigí una patada a la persona en la parte trasera de su rodilla derecha pero este me tiró como si hubiera leído mis movimiento.

Lo mire y me di cuenta de quien era.

-Moriyama...

-Kasamatsu- Sonrío y miro a los lados- Parece que te buscan, ven.

Me ayudó a levantarme y tomó mi mano jalando hacia una casa a la que entramos, ya en el interior me indicó sentarme y eso hice.

-¿Deseas algo de tomar?

-No, gracias.- Fue mi simple respuesta.

-Ten- Dijo entregandome un vaso con agua.

Ahora recuerdo por que me enojaba tan seguido cuando estaba cerca de el.

-Hm.

Sostuve el vaso dando un largo trago.

-¿Cuentame que pasó?- Ordenó.

Frunci el ceño, no hubiera huido con el.

Bufé molesto-.Nada que te interese -Contesté.

Era mi -hasta cierto punto- salvador del día, pero exactamente ¿tenía que ser el?, no se, hubiera preferido que Rodolfo el reno me rescatara. Lo hubiera agradecido.

Bueno, no importa ya. Rodolfo nunca me ha querido y yo tampoco a el después de que me atacó un maldito reno que casualmente se llamaba así. No me importa tu rechazo Rodolfo.

-Yukio, Yukio, Yukio. -Repitio seguidamente como si me reprochara algo.

Deslizó sus dedos sobre el puente debsu nariz.

-Sabe...

Su celular vibró, lo observó y me miró.

-Espera un momento. -Dijo.

Lo vi sonreír, cosa que no me dio una buena señal, entro por una puerta y la cerró detras de si.

Ahh Moriyama, pensé que nunca ma lo volvería a ver despues de salir de secundaria, gran error.