Como un chicle

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Lo vi acercarse rapidamente, deslicé la ventana con torpeza nada característica de mi, mis manos temblaron levemente al creer que me detrendría.

Salí, y lo vi intentar hacer lo mismo, sin embargo, su cuerpo era mas grande que el mio y le costó trabajo.

Corría nuevamente, llevaba dos enormes desventajas, la primera era que el era notablemente más rápido que yo y la segunda era mi fatiga por el duelo de momentos atrás.

No había multitudes entre las cuales escabullirme, no existia algo en mi alrededor que pudiese ayudarme, estaba perdido, lo supe cuando me tomó del brazo y juntó nuestros cuerpos.

-No te vayas- Susurró.

-¿Porque debería quedarme?- Pregunté molesto.

-¿No soy la suficiente razón para que decidas quedarte?

-No lo eres- Dije confuso.

Su mirada mostró el dolor de su corazón, sabía cuanto le habia dolido mi respuesta porque incluso a mi llegó a molestarme.

Se quedó quieto perdido en sus pensamientos.

Me despegue de el, caminé alejandome, paso por paso, cada uno de ellos me dolió, a diferencia de siempre, el no me seguía y eso fue como clavar una estaca en mi corazón, era insoportable y aún así yo no daría marcha atras.

-Yukio- Alcancé a escuchar mi nombre en sus labios.

Detuve mi andar sin voltear a verlo.

-Tal vez yo no sea la razón suficiente para que tu decidas quedarte pero... -Suspiró y escuche como rió- tu eres la razón suficiente para que yo decida irme.

Incrédulo lo miré.

-¿Estas loco?

--Iría a cualquier rincón del mundo por ti, sin importar si me lo permites o no, si aun no sientes algo especial por mi, yo haré que lo sientas- Calló - Ya lo dije antes, pero lo repito de una manera mas sincera... -Sonrío ampliamente- Me gustas mas que nada ni nadie me ha llegado a gustar.

Me sonrojé inevitablemente, vaya humillación hacia pasar este mocoso a un yakuza.

Caminé ocultando mi rostro.El me siguió.

§

Después de caminar cerca de caminar minutos sin rumbo alguno, nos detuvimos cerca de un restaurante.

-Entremos.-Dije.

-Pero, Yukiocchi...

-¿Que?- Lo interrumpí.

-No tengo dinero.

-Yo si.

-¿Me va a invitar a comer senpai?- Dijo casi saltando de alegría, reí levemente.

Me miro como se fuera la persona mas extraña del mundo así que decidí mirar a mi rededor verificando que era a mi a quien miraba.

-¿Que pasa?- Pregunté desconcertado.

Sonrio ampliamente- Yukiocchi, tu sonrisa es hermosa.

Maldito.

-¡Entremos ya!- Le di un golpe y entre al lugar.

-Auch, tu amor duele Yukiocchi.-Chilló

Pasamos y elegimos un lugar, tomamos asiento uno frente a el otro.

La Salvacion De Un Yakuza(Kikasa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora