La Salvacion De Un Yakuza(Kikasa)

Cuarteto disuelto.

—No te muevas Yukio—. Regañó Moriyama quien vendaba la parte de arriba de la cintura del azabache.

—¿Porque me trajiste aquí idiota?

—Porque no te podia llevar con Kasamatsu por que hubieras huido tan pronto como despertaras y no quería gastar mi dinero llendo a un hotel.

—Vaya, al menos piensas—. Se burló Yukio.

—Hmp, te hubiera dejado tirado en la calle cuando tuve oportunidad.

—Lastima, no lo hiciste.— Se recostó nuevamente en el futón— Pero si me heriste en el costado ¿no?— Acusó.

Aomine y Moriyama se miraron y rieron de Yukio.

—Llegaste así.

—Estabas tan molesto que dejaste que Akashi te hiriera y ni siquiera lo notaste.— Ahogó una risa— Y el idiota soy yo.

Los dos reían sin contenerse mas a Yukio no le dio ni un poco se gracia, había cometido un error y de novatos, dejó que lo lastimara. Su orgullo de yakuza estaba por los suelos.

—Ya callense idiotas—Les lanzó una almohada.

Moriyama dejó de reír para esquivar el golpe, lastima que Aomine no la vio y le dio en la cabeza.

—¡Auch!—Lo miró molesto y Yukio sonrió complacido.

El de cabello azul recogió la almohada y estaba a punto de lanzarla pero se detuvo rapidamente, sonrió y salió de la habitación con la almohada.

Moriyama miró desconcertado a Yukio y este comprendió el gesto.

—Cree que me dejará sin almohada— Sonríe con burla y victorioso— Pero yo tengo un Moriyama. Trae una.

El mas alto lo miró con fastidio y le entregó el objeto. Yukio quedó extrañado por la obediencia pero decidió no comentar nada, aún estaba cansado y tenía sueno.

—Me voy a dormir, ya vete.

—Ah si claro, ¡despues de todo esta es mi casa!.

—Y yo tu invitado así que tienes que hacer lo que yo digo.

—¡Eso no es cierto!, en primer lugar yo no te invité.

—Pues reclamale a Aomine que no quiso pagar un hotel. Ahora dormiré.
—Se cubrió con la manta dejando su rostro descubierto, cerro sus párpados y su expresión perdió la tensión característica.

Moriyama suspiró resignado y le dedicó una mirada llena de tristeza a Yukio.

Sabia lo que habia pasado, Aomine se lo habia dicho. Desde el momento en que ayudó a Yukio a supuestamente escapar, comprendió que algo estaba mal pues el azabache a pesar de parecer el mismo de siempre, se mostraba ligeramente melancólico, no lo entendió hasta que se le dijo que Kasamatsu no era el padre de Yukio.

Lo sintio tan propio e intimo que llegó a dolerle, sabia a la perfección lo mucho que Yukio admiraba a su supuesto padre, tenia presentes los sucesos en sus recuerdos, Yukio se habia esforzado siempre por ese hombre, prácticamente habia basado su vida y su futuro en los deseos de Kasamatsu. El azabache se lo dijo, el no deseaba liderar el grupo ni mucho menos estar en el pero le recalcó con orgullo que lo haría por su padre, porque el lo quería y deseaba, y con verlo bien el estaría complacido.

La rabía comenzaba a consumirlo, aún no quería creer que habian engañado así a Yukio, buscaba opciones y llegó a considerar que Aomine le habia mentido, sin embargo eso era imposible, cuando Daiki le hablo de ello lo hizo con la expresión mas sería que pudo haber hecho en toda su vida, entonces comenzó una pelea con el moreno pues le confesó saberlo desde la niñez, le molestó saber eso pues el pudo haberlo dicho pero no, se calló y dejó que Yukio estuviera viviendo con esa mentira.