2. Una abandonada construcción.

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Estaba leyendo su libro, hoy tenía una práctica referente a la primera parte de la obra. Leía las últimas hojas para finalizar su repaso general. La evaluación sería en las dos primeras horas de clase, el profesor era una persona bastante puntual y estricta, si llegabas un minuto pasando de que el timbre de entrada sonara, te quedabas afuera hasta que la clase terminara.

Levantó la mirada para ver en que parte del recorrido iba, aún faltaba. Había terminado su lectura, cerró el libro y lo guardó en su mochila. Ahora solo se dedicaba a observar por la ventana lo faltante del camino como si fuera lo más interesante del mundo.

En este momento, el autobús pasaba por la parte posterior de la preparatoria. Un viejo anuncio captó su atención en aquel monótono paisaje de todos los días. A decir verdad, el anuncio también formaba parte de esa aburrida visión.

En él decía:

COCHERA
24 HORAS
DUCHAS  BAÑOS

Desde que empezó a usar el transporte público siempre veia el anuncio, pregundose ahora: ¿Cuándo se dignarian a borrarlo?  Era más que evidente que era falso. En la preparatoria no había cochera, ni duchas y mucho menos baños de uso público.

-Che.

Le estaba prestando más atención de la que debería a algo tan insignificante como eso.

El cobrador anunció la pronta llegada a su destino, colocó la mochila sobre su hombro derecho y se dispuso a levantarse para bajar.

*

El bullicio generado por sus compañeros de aula, solo confirmaba una sola cosa: el profesor no había venido. Según la auxiliar, el docente del área de Comunicación faltó por haber enfermado repentinamente.

Era bastante visible que ellos ahora se encontraban festejando por la repentina postergación de la prueba.

Era molesto el escándalo que hacían. Sacó sus audífonos del bolsillo de su pantalón y se los colocó, tal vez un poco de música lograra amortiguar aquel fastidioso ruido. Se recostó un poco sobre el tablero de su carpeta con intenciones de dormir aunque sea un poco de tiempo faltante antes de que la hora de Comunicación terminara y el siguiente maestro llegara.

Pero Lavi no estaba de acuerdo con sus planes de tomar una pequeña siesta.

Le quitó los audífonos, ganándose una mirada asesina por parte de Kanda. ¿Era mucho pedir unos minutos de paz, libres del conejo idiota? No pedía imposibles... o tal vez, sí.

-No te duermas, Yuu. Si lo haces... -una sonrisa nada inocente apareció en el rostro de Lavi- ... cuando despiertes, tu cabello estará peinado en una linda trencita.

-No te atreverías.

-Sabes que soy capaz de hacerlo, querido Yuu -dijo divertido, atreviéndose a agarrar uno de los largos mechones de cabello que enmarcaban el rostro de su amigo.

Cierto, olvidó lo extremadamente suicida que podría llegar a ser el conejo.

-¿Qué quieres, idiota? -soltó mordazmente la pregunta.

-Nada importante. Solo quiero que me acompañes a un lugar. Si lo haces, prometo no volver a molestarte el resto del día y tú sabes que siempre cumplo mis promesas -puso su mano derecha a la altura de su hombro en señal de juramento- Puedes, ¿verdad?

Kanda sabía lo terriblemente molesto que podía llegar a ser Lavi cuando no aceptaba sus chantajes, sin embargo, era parte de su conocimiento el que el pelirrojo cumpliera con lo que prometía. El hecho de estar el  resto del día sin un conejo fastidioso rondando alrededor suyo, sonaba muy bien.

Se levantó de su asiento, caminando directamente a la puerta, tratando de hacer oídos sordos a la celebración e ignorando a todos y sus llamados de que no podía salir afuera.

Lavi aún seguía parado ahí.

-Apúrate, antes de que me arrepienta.

El de ojos esmeraldas fue donde estaba su amargado amigo, canturreando alegremente.

-Oh, Yuu~. ¡Eres un buen amigo!

-¡Te he dicho que no me llames por mi nombre!

*

-Bien. ¿Qué te parece, Yuu?

Lavi lo había conducido hacia la parte de atrás de la preparatoria, donde solo había tierra y otras cosas. Frente a él estaba una construcción de dos pisos.

-¿Qué mierda es esto, conejo?

El nombrado ignoró la manera tan soez de hablar de su compañero y respondió a la pregunta.

-El viejo panda me comentó que hace algunos años, el gobierno regional estaba dando lugar a una construcción aquí, una mini fábrica de producción de productos marinos. La cuál serviría para el taller de Industrias Alimentarias, pero al parecer, la obra cesó cuando ocurrió el cambio de gobierno. Esto es una construcción abandonada y se supone que no es un lugar para estudiantes.

-Si es así, ¿qué hacemos acá?

-Simple curiosidad mía -respondió con total simpleza, encogiéndose de hombros.

-¿Me has levantado para satisfacer tu estúpida curiosidad?

Una venita empezó a marcarse en su frente. Lavi si que sabía como sacarlo de sus casillas, parecía un talento natural. Aunque la mayoría de veces lo ignoraba.

-Tranquilízate, Yuu. Recuerda que a tu hígado y bilis no le hacen bien -mientras decía aquello, apenas pudo esquivar un golpe que iba directo a su rostro- Además, si no te interesara, ya te habrías ido, dejándome a mi solo hablando.

Su inesperada curiosidad podría ser causada por su aburrido y frustrante día que tuvo hoy. Claro, jamás lo admitiría.

-Bastardo...

-Sabes que tengo razón.

-Che.

Ambos dejaron de hablar y se dirigieron a la entrada del abandonado edificio. Miraron lo que había. Subieron por la escalera de cemento al segundo piso y encontraron una entrada de dos puertas. Las abrieron y entraron a un salón algo distinto a los demás, solo había mesas hechas de concreto cubiertas con cerámica, nada más.

-Ya veo -comenzó a hablar Lavi- Lo que le falta a esto para que esté terminado es poner los vidrios de las ventanas, algunas puertas, terminar los baños y limpiar, todo está con excremento de paloma, ¡hasta las paredes tienen popo! Y sin mencionar que es prácticamente un criadero de palomas. A excepción de este ambiente, aunque le faltan colocar las ventanas. Tengo la impresión de que esto iba a ser un laboratorio de análisis. ¿Tú que crees, Yuu?

Al finalizar su largo monólogo, miró a su compañero. Kanda estaba parado frente a esa ventana hecha solo de cemento. Él estaba observando los montículos de tierra que se encontraban en esa parte.

-¿Yuu? -volvió a llamarlo.

Kanda giró su cuerpo y ahora su mirada estaba centrada en el pelirrojo.

-Creo que es una completa estupidez. Vámonos, el timbre ya va a sonar.

Y sin más que decir, salió de aquel sitio.

Estar ahí, le daba un extraña sensación. Sentía que no eran los únicos en ese olvidado lugar.

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Ya lo terminé.

Ayer la inspiración me vino de la nada mientras estaba en mi clase de Microbiologia xD

Manos Unidas Por Un Beso [D. Gray-man]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora