Comencé a hablarle cuando aún la pubertad no me había dado la malicia de desear a un hombre. Charlas aventuradas en situaciones que no se viven si no es con las travesuras que se juega el destino a nuestro favor. Tenía mil hechos sujetos a una sola realidad, hablaba con un hombre.
Frecuentaba sus palabras vivas ya que él estudiaba en la secundaria que visitaba para mis entrenamientos. Nunca noté algo extraño. Siempre sentí que el flujo de atracciones pesaba más por mi parte. Es que me enloquecía. El respeto que me otorgaba desnivelaba la balanza que mis hormonas también pisaba. El típico juego de retar al fuego a que no crezca con la cercanía del gas se había vuelto mi mejor pasatiempo. A ese juego estábamos sujetos. Yo, una niña descubriendo. Él, un galante bien enterado...
Cruzó mi dedo anular el anillo que me separó del dédalo de ilusiones que avivaba este hombre en mis entrañas, y no supe de él por más de dos años. Verle en mis presentaciones me revolvía los pensamientos. Recordarlo me llenada de expectativas. Tuve que privar mis emociones, tuve que encerrarlo en las neuronas del olvido. Y no fue tarea sencilla. Fracasé muchas veces.
Somos humanos, nos define nuestra incertidumbre. Y no sentía más. Y como no sentía más vivía contenta la gran mentira de suponer no ser aire a sus pulmones.
Atraviesa lentamente la muralla de convicciones falsas, el filo cortante de la imagen de ese hombre sujetando la mano de otra doncella. Ha de ser su nombre el que avive su mirada. Lo intento. Fracaso. Hay oscuridades que solamente se interceptan con luces que ni siquiera existen.
Decido no aguantar las relevancias que he decidido opacar todo este tiempo. Me contacta con un mensaje que huele a demasiado peligro.... Y aquí lo tengo. Frente a mis ojos, cerca de mi cuerpo... creando un contraste que asegura no tener final. Y se le olvida el respeto que tiene sobre la niña a la que conoció. Reconoce que tiene de frente a una mujer que puede atormentarle. Me hace suya, sin determinaciones complejas.... Con compromisos muy vigentes. Firmando un contrato permanente, eterno.
Le miente a su amada con el suspirar de mis versos. Le envuelve en telarañas que teje entre mis besos. Y decide ser cómplice del engaño que permuta vivo entre uno y mil eventos.
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Delirios
Teen FictionTengo una novela (Enigma) en proceso a la cual no he podido dedicar tanto tiempo como creo que le podré dedicar a este nuevo proyecto. ''Delirios'' será como un estilo diario donde con historias ficticias y todas diferentes pretendo que se sientan...