Me levanto desesperada buscando mi móvil. Había olvidado completamente la salida con Jeremy. Miro la hora son las 5:00 de la tarde. Reviso mis mensajes.
Jeremy - Pasaremos por ustedes a las 5:30, mándame la dirección de tu casa por WhatsApp.
Le envió la dirección rápidamente y marco el número de Loandra. Suena una vez, suena dos veces, aún sigue sonando y me manda a buzón. Maldita perra contesta, marco de nuevo. Suena una vez, suena dos veces.
— Dimelop cara de papa. – ¿Cara de papa?
— Tienes diez minutos para prepararte y cinco para llegar a mi casa.
— Pero que ra...
— ¡Sin peros!
— Abi, 10 minutos me toma bañarme. – Aquí viene la Loandra dramática. — No, necesito más tiempo. Me tardo como 10 minutos o más en llegar a tu casa. – Me imagino, ni que viviera en la otra calle. Apena vive dos casas más abajo de la mía.
— ¡Te quiero en mi casa en 15 minutos!
Cuelgo el móvil y me imagino a Loandra repitiendo mis palabras en tono burlón. Tomo mi móvil y lo pongo en modo de sonar. Busco lo primero que encuentro en mi armario y me dirijo al baño. Me baño lo más rápido posible y salgo. Miro la hora son las 5:20. Tomo mi móvil y bajo, de seguro Loandra ya debe de estar por llegar. Me encuentro con mi hermana en la sala. Noto que mi madre aun no ha llegado y que Gabi se encargó de pedir las pizzas.
— Abigail Contreras López, creo que me merezco aunque sea una explicación. – Dice Loandra entrando por la puerta principal. Ella nunca toca, de hecho tiene hasta llave de la casa.
— De hecho si, iremos a comer helado. – Hago una pausa y veo su cara de emoción. — Con Jeremy y Bryan. – Miro su cara y veo que está procesando la información. Esperen, esperen, aquí viene.
— ¿Cómo se te ocurre aceptar una cita sin consultarme? Y para completar me lo dices cuando faltan unos minutos, ni siquiera me peine. ¿Pero que tienes en esa cabeza Abi? ¿Nueces? Ahh no ya se, tienes un mono con dos platillos. – Rio ante lo último que dice. — ¿Acaso tengo cara de payasa?
— De hecho si. – Abre su boca en una O dejándome saber que esta ofendida.
— Mejor habla con mi mano. – Coloca su mano en mi cara y luego sonríe.
— De verdad que mis días serian aburridos sin ti. – Apartó su mano de mi cara.
— ¡Lo sé! – Ambas sonreímos y nos abrazamos.
De pronto mi móvil comienza a sonar. Miro la pantalla, es Jeremy.
— Hola
— Ya estamos aquí. – ¿Acaso no le enseñaron modales?
– Okey, salimos ahora. – Cuelgo y me giro en dirección a Gabi.
— Voy a salir, si llega la Jefa dile que volveré temprano. Cualquier cosa me marcas a mi móvil. – Gabi asiente y miro a Loandra indicándole que me siga.
Cuando salimos, veo un deportivo rojo justo al frente de mi casa. Deben de ser los chicos. Nos acercamos un poco más al auto, y de pronto Jeremy se baja del lado del conductor y se acerca a nosotras. Llevaba unos jeans ajustados color negro, una camisa blanca la cual marcaba muy bien sus abdominales. Su cabello castaño estaba desordenado, lo que hace que luzca realmente hermoso. Sus ojos color verde me miraban con dulzura, o eso creo.
— Hola – Dice mientras me mira directamente a los ojos.
— Hola – Contestamos Loandra y yo a la misma vez.
— ¿Ya están listas? – Ambas asentimos y nos encaminamos al auto.
Al llegar justo al frente de este Jeremy abre la puerta trasera y puedo percibir a una niña como de 8 años en la parte de atrás del auto y a Bryan en el asiento del pasajero.
— Espero que no les moleste que haiga traído a mi hermanita. Ella también quería helado. – Dice Jeremy mirando a la niña con ternura.
— No para nada. – Digo sonriendo.
Entramos al auto y en el camino todo fue muy silencioso. Cuando llegamos a la heladería todos bajamos y entramos de inmediato, al parecer a todos nos encanta el helado. La heladería es algo pequeña y por suerte no está llena. Jeremy camina hasta el mostrador.
— ¿De qué sabor quieren sus helados?
— ¡Yo de fresa! – Loandra dice mirando el cartel que se encuentra en el mostrador.
— Yo de Limón – Está vez fue bryan.
— ¿Y tú Abigail? – Todos se voltean a mirarme, incluyendo a la pequeña niña.
— Chocolate – Digo con una gran sonrisa en mi rostro.
— Muy bien, deme cinco barquillas, una de limón, otra de fresa, dos de chocolate y una de vainilla.
Cuando todos tenemos nuestros helados salimos de la heladería y decidimos caminar hasta un parque que queda muy cerca de aquí.
— ¿Y cómo te llamas pequeña? – Me pongo de rodillas para quedar a la misma altura que la niña.
— Me llamo Elizabeth, pero todos me dicen Eli.
— Lindo nombre, ¿te gusta mucho el helado?
— Si – Dice con sus ojos brillantes.
— ¿Quieres que te diga un secreto? – La pequeña asiente y me sonríe – A mí también, en especial si es de chocolate. – Eli ríe y mira en dirección a Jeremy.
— Me agrada tu novia. – ¿Acaso dijo novia? Todos miramos a Jeremy esperando una respuesta.
— Eli, ella es solo una amiga. No es mi novia. – Lo notó algo nervioso.
— Pues debería de serlo es muy bonita. – Creo que esta niña ya comienza agradarme.
— Sabes, tienes razón es muy hermosa.
¿El piensa que soy hermosa? Creo que me acabo de sonrojar. Oh vamos, por que actúas así el ni siquiera te gusta. ¿O sí?
Si te gusta.
Claro que no.
Soy tu conciencia se lo que sientes.
No me gusta, y aunque me gustara el jamás se fijaría en mí.
Dijo que eres hermosa.
Ya cállate.
— Abi, ¿te encuentras bien? – Jeremy se acerca a mí.
— Si, ¿por?
— Es que estas completamente roja. – Rayos, veo como eleva su mano y acaricia mi mejilla. Miro sus hermosos ojos verdes, podría mirarlos todo el día.
— Y también estas completamente llena de helado.
Damas y caballeros he hecho el ridículo una vez más.
Nota de la autora:
Espero que les halla gustado mi novela. Pronto vendrán mas sorpresas. No se olviden de votar y comentar. Me gustaría oír sus opiniones. Gracias por leer.

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¿Suerte, Casualidad o Destino?
Teen FictionMe llamo Abigail Contreras, soy una chica normal como cualquier otra. Pero lo que me diferencia de las demás, es que la vida me ha preparado una sorpresa. ¿Seré capaz de aceptar? ¿Seré capaz de descubrir si todo lo que me sucedió fue por suerte, cas...