Cuando nos adentramos al Centro Comercial, pude notar que estaba completamente lleno. Quizás aquí pueda conseguir novio.
Por Dios Abi, vinimos de compras. No a buscar citas con algún extraño.
¡Cállate conciencia!
Alejo de mi mente mis absurdos pensamientos y me adentro a una tienda. Comienzo a buscar algún vestido que me llame la atención, pero no logro conseguir nada. Visualizo a Gabi y a mi madre ya con algunos vestidos en las manos, se dirigen hacia el área de los probadores.
— ¿Ya has encontrado alguna cosa? – Dice Loandra acercándose a mí.
— Aquí nada, ¿y allá?
— Nada de nada. – Ambas hacemos puchero y salimos de la tienda.
— ¿Qué tal si dejamos a mama y a Gabi solas por un rato? – Subo y bajo mis cejas con expresión divertida.
— ¡Me parece magnifico!
El resto del día nos la pasamos entrando a todas las tiendas y dejando desastres, incluso Loandra se puso a bailar en una de ellas, mientras llamaban a seguridad por el interphone.
Ahora nos encontramos en el área de comida, esperando para hacer nuestra próxima travesura. ¿Quién será nuestra próxima víctima? Ta-Ta-Ta-Tannn, si un chico que está sentado en una mesa del centro con un abrigo gris y la capucha del abrigo puesta.
— Muy bien Loandra, repasemos el plan.
— Voy y lo distraigo, mientras que tú serás la ninja que tendrá que acercarse a él sin que se dé cuenta y derramarle el balde de agua fría y con hielo, acompañada de colorante rojo.
— Exacto, así que manos a la obra.
Me encuentro escondida detrás de unos arbustos artificiales que tienen como parte de la decoración. Observando como mi mejor amiga habla con el chico encapuchado. Si, así nombramos a nuestra víctima de hoy. Estoy esperando la señal de Loandra, la cual me deja saber que ya le saco conversación. Pero no, no la ha hecho y lleva un rato ya conversando con el chico encapuchado. Así que decido acercarme hacia la víctima. Cuando estoy a punto de derramarle el balde, noto la cara de horror de Loandra. En ese instante el chico voltea y rápidamente lo reconozco.
— Así que haciendo bromas pesadas señorita. ¿Acaso no está algo grandecita para estas cosas?
— ¿Jeremy?
— No, soy el fantasma del Centro Comercial. Pues claro que soy yo, no creo que tenga un hermano gemelo perdido. – Veo en su rostro algo de diversión.
— ¿Qué haces aquí? – Pregunto algo cortante.
— ¿Qué hacen ustedes aquí? – Alza una ceja y se levanta, toma el balde de agua. – ¿Y con un balde de agua roja? – Veo que esta confundió por su expresión, pero no pienso explicarle nada.
— Desde que tengo uso de razón, no se contesta una pregunta con otra pregunta. – Esta vez soy lo más perra y cortante posible, no sé por qué.
Si sabes por qué, te moletas que te haya cambiado por Elefantina.
Claro que no.
Claro que sí, soy tu conciencia y se lo que sientes.
Agggg
El resto de la tarde Loandra se dedicó a explicarle a Jeremy como es que terminamos en Florida. Sin embargo él nunca nos dio una explicación de que hacia allí. Pero no importa al fin y al cabo dudo mucho que lo vuelva a ver.
Ahora me encuentro dentro de una tienda, buscando un vestido para la cena. Creo que ya nos divertimos mucho y ya es tiempo de hacer lo que vinimos hacer. Mama a elegido dos vestidos para mí, siendo franca ninguno me gusta. Quiero algo sencillo pero bonito.
— ¿Qué te parece este Abi?
Loandre me muestra un vestido color rosa claro, tiene un encaje de piedras del mismo color que el traje en el área de la cintura y un leve escote que forma un ovalo en el área del pecho. Es suelto, largo y sobre todo se ve muy cómodo. Damas y caballeros hemos encontrado el vestido perfecto.
— ¡Es perfecto!
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¿Suerte, Casualidad o Destino?
Teen FictionMe llamo Abigail Contreras, soy una chica normal como cualquier otra. Pero lo que me diferencia de las demás, es que la vida me ha preparado una sorpresa. ¿Seré capaz de aceptar? ¿Seré capaz de descubrir si todo lo que me sucedió fue por suerte, cas...