02| Chimuelo me esta hablando.

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— Lo siento mucho, ¿te encuentras bien? – Dice con tono preocupado.

— Ssssii – Digo tartamudeando. ¿Por qué estoy haciendo el ridículo delante del chico más guapo de toda la escuela? — Yyyaa, me tengo que ir. – Me dirijo rápidamente hacia mi salón, sin prestarle atención a su respuesta.

Cuando entro al salón veo que la clase ya ha comenzado así que decido entrar lentamente para que el profesor no me note. Ya estaba casi convencida de que era un ninja, pero los gritos del profesor me sacan de mis pensamientos.

— ¡Abigail Contreras!

— Presente profesor – El profesor me mira extrañado. — ¿No está pasando lista?

— Muy chistosa señorita Contreras. ¿Me podría explicar la razón por la cual ha llegado tarde a mi clase? – Todo el salón  me mira esperando mi respuesta.

— En mi defensa, mi mochila estaba aquí. Así que técnicamente no llegue tarde. Estaba en el tocador.

— Le tomare su palabra, pero quiero que pase al frente y conteste el siguiente ejercicio. – Oh vamos esto debe de ser una broma, soy pésima en las matemáticas, además me da flojera pararme de mi asiento. Si, ya había llegado al asiento.

En ese preciso momento entra el Director Johnson. Fui salvada por la campana. Hago un  baile mental de celebración y decido prestar atención a lo que dice el Director. Siempre que viene a los salones da un discurso sobre el comportamiento estudiantil que coge casi toda la hora, en la cual yo tomo mi siesta.

— Chimuelo me está hablando.

— ¡Abigail Contreras López!

— Cinco minutos más mama. – Oigo a lo lejos personas riéndose.

— Abigail, deje de hacerse la chistosa.

— ¿Qué?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? – El grito del Director hace que me levante de inmediato.  Me giro un poco para preguntarle a Loandra porque todos me miran y se ríen. — ¿Qué paso aquí?

— Además de que le dijiste al Director mama y que chimuelo te estaba hablando, creo que nada. – Me responde Loandra en tono burlón.

— ¡Oh, rayos! – Me doy un golpe con la palma de mi mano en la frente y me giro hacia el Director. — Disculpe Director Johnson, no fue mi intención. – Le sonrió de lado en señal de disculpa.

— ¿Si sabe que tendrá un castigo señorita Contreras?

— Si Director. – El recto del discurso del Director me la pase mirando el suelo. ¿Por qué será que tengo tan mala suerte?

— Y ahora queridos estudiantes, les presento al nuevo integrante de este grupo. Fue trasladado aquí por razones personales. Puede pasar señor Cartagena.

¿Cartagena? ¿Quién en esta escuela se apellida Cartagena? Ah, sí Jeremy. O Dios mío, Jeremy estará en el mismo grupo que yo. Creo que voy a infartar.

— Señorita Contreras.

— Si Director.

— Como castigo, tendrá que  ser la tutora del joven Cartagena hasta que este se ponga al día y se adapte a su nuevo horario. – ¿La abuela de quién? Creo que mi día no puede estar peor, ahora resulta que seré la tutora del chico con el cual soñé anoche y para acabar de completar choque esta mañana e hice el ridículo. Esto tiene que ser una broma de muy mal gusto. Yo solo me dispongo a asentir.

Suena la campana que nos indica que ya debemos cambiar de salón. Tomo mi mochila y me dirijo asía la salida.

— Señorita Contreras, recuerde que su castigo comienza desde ahora. – Maldito calvo enano, ojala te compres un paquete de oreos y te vengan sin cremita.

— Sí, claro. – Miro hacia donde esta Jeremy indicándole que me siga.

Creo que han echado una maldición sobre mí para que esto pasara. ¿O todo es por      casualidad? Puede ser. Ahora me encuentro de camino hacia mi próxima clase, biología que flojera. 

— ¿Qué  clase nos toca ahora? – Por un momento olvide que le tengo que explicar los horarios.

— Biología – Digo con la vista hacia al frente. 

— Me alegra saber que no eres tartamuda. – El muy maldito se está burlando de mí.

— ¿Perdón? ¿Acaso te estas burlando de mí? – Me giro y lo miro justo a sus ojos color café. Tuche lo puse nervioso, punto para mí.

— Eeeh, nnnoo.

— ¿Quién tartamudea ahora?

— ¡In your face! – Dice Loandra en tono burlón. — Por cierto no entendí ni pio.

— Luego te cuento. – Me giro y entro al salón.

El resto del día fue normal, cada vez que entrabamos a una nueva clase yo le explicaba a Jeremy en que tema íbamos, debo decir que capta muy rápido. Es muy extraño que él me hable, digo antes ni me pelaba y ahora me habla como si fuéramos viejos amigos.

¿Suerte, Casualidad o Destino? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora