17| ¿Quieres ser mi helado?

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1 mes después

Este último mes a pasado muy rápido. He salido, conocido más el país, compartido más con la pequeña Eli e incluso tenido muchas más salidas familiares. Los padres de Loandra ya sean instalado aquí y se puede decir que su bufete ya ha crecido mucho. Se han mudado a la casa que queda justo al frente de la mía. Por suerte mi padre se entero que la habían puesto en venta unos días antes que ellos nos anunciaran que vendrían. Se puede decir que han podido salvar su relación, en todo este tiempo estuvieron asistiendo a una terapia de pareja la cual le ha funcionado hasta el momento. Me siento muy feliz por Loandra y por sus padres los cuales lucen mucho más felices que antes.

Por otra parte, Jeremy y yo hemos pasado muchos más tiempo del que imagine juntos. Cuando el no está me mi casa yo estoy en la suya. Incluso Loandra me a echo alguna escenas de celos por ello. Ya saben lo dramática que pues llegar a ser aveces. Se le a metido en la cabeza que Jeremy no me deja ni respirar y estos viven en una pelea constante por mi. Río ante este pensamiento. Aunque Jeremy y yo no tengamos nada "formal", mis padres ya están enterados de que salimos de ves en cuando. Incluso mis padres ya tuvieron la típica charla que tiene los adolescentes y sus padres cuando entra en cierta edad.

Si, esa misma, la del sexo.

Aunque no me molesta hablar de eso, me incomodó por qué a mi padre se le ocurrió regalarme una caja de condones por si los llegara a necesitar. Me pareció algo exagerado de su parte, pero me obligó a aceptarlos. Me sorprendió el hecho de que no fueron tan serios conmigo. En ese momento me sentí como si estuviera hablando con mis amigos, no con mis padres. Aún así mi padre se comportó un poco celoso con respecto a mi y tuvo una charla bastante "intensa" con Jeremy. La cual duró horas y horas y horas. Cuando mi madre decido entrar haber si el pobre Jeremy estaba vivo, ellos estaban jugando video juegos.

Si, video juegos.

Resulta que durante la charla/interrogatorio mi padre le pregunto a Jeremy que le gustaba hacer y este le contesto que jugar video juegos, acto seguido terminaron jugando por curiosidad de mi padre. Todavía recuerdo como si fuera ayer cuando pasó todo.

Tonta fue ayer cuando pasó todo.

Ahh, si es cierto.

Desde que estoy aquí e vivido los días de prisa. Jamás pensé que podía llegar a ser tan feliz en este lugar y esa felicidad tiene nombre y apellido.

¡Jeremy Miler!

Desde que pude expresar mis sentimiento o más bien aceptarlos, las cosas han sido mucho más fáciles y llevaderas. Nos entendemos más y nos comunicamos mucho mejor. No hemos tenido ninguna pelea o discusión desde aquella vez. Salvo cuando intentó hacer travesuras y el no me quiere ayudar. Ahora me encuentro esperando a que Jeremy, termine de arreglarse para irnos a comprar unos helados.

No puede ser posible que se tarde más que Loandra en arreglarse y mira que Loandra se tarda bastaaaaannnteeeeee.

— ¿Te falta mucho? – Le digo recorriendo la habitación por décima ves. Lleva encerrado en el tocador más de una hora sin exagerar. Siento que he envejecido desde que lo vi entrar al baño.

No exageres, no es para tanto.

¡¿Que no que?! Siento que ya me estoy volviendo polvo.

Ajá, si como no...

Definitivamente mi estoy en modo Loandra hoy. Río ante mis exageraciones mentales.

— No, solo falta que arregle mi hermoso cabello y nos vamos. – ¿Enserio aún no ha terminado? No lo puedo creer, se tarda más que mi madre y Loandra juntas.

— Apresúrate, el helado me está llamando. – Me dejo caer sobre la cama algo frustrada. Juro que si no acaba iré a partiar a su amiguito y me iré por mi helado.

— Ya acabe, ¿qué tal me veo? – Dios bendiga a ese hombre, lleva unos jeans azul oscuro, una camiseta sin ningún diseño blanca, unos converse negros y su pelo despeinando. ¿Se tardó tanto peinándose, para que se vea despeinado? No niego que eso lo hace ver sexy, pero me quito tiempo que podía pasar con mi helado. Luce realmente hermoso pero quiero hacerlo sufrir un poco.

— Te ves bien, supongo. – Me encojo de hombre y le doy una mirada sería.

— ¿Solo eso tienes para decir? – Me mira mal y se cruza de brazos.

— Si solo eso... Vamos mi helado espera por mi. – Me giró en dirección a la puerta y me encamino hacia el auto.

El camino hacia la heladería fue tranquilo y corto. Una vez allí Jeremy estaciona el auto y yo me bajo. Entro a la heladería y me acomodo en la fila.

— Busca un lugar para sentarnos, yo llevaré los helados. – Asiento y salgo del local, no hace falta que le diga el sabor de mi helado por qué él sabe perfectamente cuál quiero.

Chocolate...

Oh, amado sea mi apreciado helado de chocolate.

Busco un lugar que esté disponible en las mesas frente al local y me siento. Me percato que Jeremy ya está por pagar y una chica le está entregando los helados. Cuando este sale me busca con la mirada y le hago una seña con la mano para que se percate de donde estoy. Una ves me encuentra, se acerca a la mesa y toma asiento tendiéndome mi helado. Noto que está algo nervioso y la verdad no entiendo por qué.

— Abi, quiero hacerte una pregunta. – Se rasca la nuca y se mueve en su accidentó y este gesto solo hace que mis sospechas sean ciertas, está nervioso.

— Pregunté entonces. – Jeremy duda unos segundos pero luego habla.

— ¿Quieres ser mi helado? – Frunzo el sueño ante eso y este se da cuenta. — Digo, mi novia... – Me mira fijamente a los ojos, como si allí estuviera la respuesta ante su pregunta. Por un momento me permito perderme en sus ojos y así con nuestras miradas conectadas me siento segura pero nerviosa. Sus ojos me miran con anhelo, esperanza y se podría decir amor.

Amor

Una simple palabra pero con un significado enorme. Si, me gusta y diría que bastante Jeremy. Cuando estoy con el las cosas a mi alrededor pierden importancia. Y es ahí cuando me doy cuenta de que aún no he respondido la pregunta. No dudo de lo que siento por el, ni de lo que el me hace sentir. Pero siendo sincera no esperaba que me preguntara esto tan pronto. Pensé que dejaríamos pasar más tiempo. Los nervios se apoderan de mi, está sería la primera relación seria que tendría en mi vida. Intentó musitar palabra, pero ellas en este momento me traicionan. Así que intentó calmarme.

Calma, respira, respira, suelta.

Claro que me encantaría ser tu helado. – Le sonrió y veo como Jeremy suelta el aire y una gran sonrisa lo invade. Toma mi mano y deposita un beso casto pero tierno.

Oficialmente soy su helado, digo novia.

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2017 ⏰

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