Sin poder evitarlo solté una carcajada, mientras Damián mantenía esa expresión confundida en su cara.
—¿Por qué tengo que quitarme los pantalones?—pregunto con el ceño fruncido.
—Ya le dije señor, por motivos de seguridad—replicó el guardia mirando fijamente a Damián.
—Dios, no lo puedo creer—murmuro mi acompañante.
—No podrá irse hasta que lo haya hecho—
Estaba tratando de aguantar mi risa, pero ya se me estaba haciendo difícil.
—Bien—resignado, rodó los ojos.
Damián rápidamente se quito el cinturón, y luego se bajo los pantalones por debajo de las rodillas, dejando ver los bóxer que traía, que no dejaban mucho a la imaginación.
Él volteo a verme, se dio cuenta de que me había quedado mirándolo con casi baba saliendo de mi boca. Subí mi mirada rápidamente y mis ojos se conectaron con los suyos, mientras mis mejillas se incendiaban.
Me miro con una sonrisa de arrogancia, me guiñó un ojo y luego se volvió a subir los pantalones.
Mire al frente en un punto cualquiera, aun con la vergüenza plantada en mi cara.
—¿Ya puedo irme?—replicó con un deje de fastidio.
—Sí señor, disculpe la molestia—murmuro un poco avergonzado el guardia.
Salimos del local, y caminamos un poco más, en silencio.
—¿Quién es él que tiene cara de ladrón ahora?—pregunte aligerando el ambiente.
—Pues parece que yo, cambiando de tema, ¿quieres un helado?—
—Me leíste la mente—respondí.
•••
Estaba tratando de respirar luego de haber reído tanto.
Damián me había contado un chiste tan malo que me reí de él, no del chiste, sino del chico que no tenía futuro como comediante.
—Créeme, no deberías dejar tu futuro en la comedia porque morirás de hambre—comenté un poco más calmada.
—Pero te reíste—agarro una bocanada de aire tratando de calmar la risa.
—No fue del chiste de lo que me reí—
—¿Te estas riendo de mi?—me miro con una divertida mueca fingida de indignación.
—No... Uhm, en realidad sí, un poco—solté un suspiro, al fin había logrado respirar con normalidad.
—Eres mala—me sonrió.
—Lose—
Estuvimos literalmente todo el día, y parte de la noche en el centro comercial, eran las diez cuando cerraron, luego caminamos a un parque cercano.
El lugar se encontraba solitario, y nos dejaba una perfecta vista del cielo estrellado.
Un poco de viento nos acompañaba, mientras Damián me contaba anécdotas divertidas junto con malos chistes.
—¿De donde se supone que sacaste esos chistes tan malos?—pregunte mirándolo desde arriba, ya que él se encontraba acostado en el césped mientras yo estaba sentada a un lado.
—De "ChistesMalos.com"—replicó divertido.
—Lo supuse—me deje caer a su lado, mirando el oscuro cielo que nos cobijaba desde arriba.
Sentí su mirada en mi, voltee a verlo con una sonrisa plantada en mi cara.
Sin duda está fue una de mis mejores citas.
—¿Puedo preguntarte algo?—
—Ya lo estas haciendo—sonreí—Sí, puedes preguntarme algo Damián—
—¿Es raro que quiera besarte?—
—No lo se...—respondí perpleja por su pregunta.
Sin que yo lo esperara se acercó a una distancia peligrosa, se detuvo a unos milímetros de mi cara, como esperando que lo detuviera.
Pero sorprendentemente no lo hice, dejándole un permiso total para besarme.
Presionó sus labios contra los míos, unos segundos más tarde le correspondí.
¿Que se supone que estoy haciendo?
No lo se.
En este momento debería estar alejándolo de mi, preguntándole porque había echo eso, pero en vez estaba correspondiéndole el beso mientras él colocaba una de sus manos en mi cintura y yo una de las mías en su cuello.
¿Que me estas haciendo, Chico de Wattpad?
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Hola, Chico de Wattpad
HumorDonde una chica le escribe a un chico que tiene Wattpad. -¿Realmente eres un chico? -¿Le preguntas eso a todas las personas que acabas de conocer?