-Capítulo trece-

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Un fuerte ruido se escuchó cuando Samuel estrelló su mano contra su cara, la cual tenía una expresión de entre decepción, burla y querer cagarse de la risa.

Esto definitivamente será un problema.

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—¿Por qué hiciste eso, Samuel?— preguntó con evidente molestia.

Samuel tragó saliva, él sabía que por culpa del embarazo Willy estaba mucho más que sensible por todo eso de las hormonas.

— N-nada— respondió temeroso de que enserio se haya molestado con él, capaz y le manda a la calle a dormir— No es nada, hombre, sólo me acordé de algo gracioso…—

— Jum… —murmuró— bueno, estoy cansado, voy a dormir un rato—bostezó.

Se levantó del sofá y comenzó a caminar dirigiéndose a su habitación.

— Willy—lo llamó— si duermes ahora no vas a poder dormir en la noche, son las siete. Mejor vamos a ver una película o a comer algo—

— Ehhh —se quejó—pero estoy en verdad cansado—hizo un puchero.

— Pero es peor que te quedes despierto toda la noche, Willy—dijo— cuando despiertes vas a tener la energía renovada y no vas a poder dormir nuevamente—

— Ah, pero yo ya sé en qué gastar mi energía en la noche, Samuel —contestó pícaro regresando a donde estaba antes y sentándose encima de sus piernas y estirando los brazos por su cuello, acercó su cara a la suya y le dio un piquito, sonrió satisfecho.

— Guillermo, cariño—acarició su cabeza— creo que es momento de abstenernos, por lo menos hasta que el bebé haya nacido, en verdad que no quiero hacerle daño.—observó el rostro de tristeza de Willy— No quiero hacerles daño, a ninguno de los dos. ¿Sí?—

— Pero no sabemos que si tenemos sexo salvaje le hará daño al bebé, Samuel—dijo posicionando su mano acariciando su mentón, simulando que tuviera barba.

— No lo digas tan directamente...— contestó al escuchar esas palabras salir de la boca de su novio.

Después de esa conversación los dos fueron a comer, Samuel, con ayuda de Guillermo, preparó unos tallarines blancos con bistec, que por cierto salieron de-li-cio-sos.

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Los dos se encontraban viendo una película y dándose uno que otro mimo.

— Vamos, levántate, creo que es mejor que descansemos temprano hoy, mañana vamos a nuestra cita con el doctor y a ir de compras con Lana para ir preparando la habitación del bebé. —comentó levantándose del sofá y yendo a la habitación de Willy— Vamos a dormir juntos, ¿okay?—le extendió la mano.

— ¡Sí!—contestó feliz cogiendo su mano rápidamente y siguiéndolo a su habitación.

Los dos amantes caminaron, el más joven abrazando al más viejo por la espalda y siendo jalado por él, y por pendejo casi se caen de hocico, pero no pasó nada afortunadamente.

— Willy, ten más cuidado la próxima vez, hombre, que ahora cuidas una vida más—dijo preocupado sujetando de la cintura a Guillermo evitando su descenso hacia el piso.

— Ya, ya, Samuel —lo tranquilizó— No pasa nada, no creo que pueda cuidarme más de lo que ya lo hago, además—lo agarró del cuello de la camiseta, lo acercó a su rostro y agregó:— Obviamente sabía que tú me atraparías, Sr. Padre de mi hijo~

— Parece que el día de hoy estamos muy cariñosos, eh —

— Considéralo un regalo de los cambios de humor del embarazo—

~Milagro de vida~ [Mpreg](Wigetta) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora