La embarcación - Camren

Uno.

Narrador*

Camila Cabello es una joven de 21 años muy hermosa, talentosa y poderosa, es la hija del Lord Alejandro Cabello estudió literatura y le encantaban las historias de amor, quería que su vida fuera como una de esas que tanto le gustaba leer.

-Señorita Cabello su equipaje está listo. – Le habló su nana, Louisa. Camila iba a salir en la última embarcación casi a la fuerza por orden de su padre. La guerra comenzaba y el Lord no quería que su hija ni su esposa Sinuhe De Cabello y Louisa su nana estuviera en Londres para proteger su vida.

Tres semanas atrás su padre les había dicho "La guerra no es para las mujeres" para luego informarles que saldrían de su país para huir de esta. Camila estaba ofendida ¿Cómo iba a huir de la realidad? Ella quería enfrentar la guerra, sabía que las mujeres podrían enfilarse como enfermeras o mujeres de apoyo en la guerra. Pero el problema que tenía Camila es que era más el miedo hacía su padre que su propia valentía.

Camila era hija única, por desgracia para su padre ya que esté siempre soñó con un sucesor hombre más no una chica que como el mismo llamaba "Podía enamorarse y perderlo todo además las chicas no sirven para los negocios" Alejandro no confiaba en su hija, pero este no sabía que era más inteligente de lo que parecía. La hija del gran Lord comenzó a leer cuando tenía cerca de tres años, aprendió a hablar 4 idiomas diferentes cuando solo tenía seis años, los números le iban de maravilla pero Alejandro veía la debilidad en el solo hecho de que era una romántica empedernida

-¿Te sientes bien querida? – Su madre era la mujer más cálida que conocía pero tan cerrada como ella misma, Camila solo deseaba escapar, y vivir su vida pero le parecía imposible, para ajustar no sabía trabajar en nada

-No madre, estoy solo un poco conmocionada. – sentencio con una fina voz

-Sé lo que piensas, pero quizás allí nuestra vida sea mejor.

-No lo creo madre. – Camila se adelantó hasta llegar al auto de su familia todo un clásico color negro. Pero Camila se equivocaba, ella lo sabía, los libros siempre lo decían, si no crees que fue el destino entonces imagina que solo la persona que se cruza en tu camino escribirá en tu piel de una manera sinigual.

¿Qué pasaría si escapaba? Esa era su pregunta constante, pero sabía que no podía hacerlo, una parte de ella pensaba que lo correcto sería huir y luchar, pero la otra se moría por vivir una aventura

El chipper no era solo un barco, también habían un avión, cada uno tan lujoso como él solo. El avión parecía una ballena con alas, era gigantesco, mientras el barco con el mismo nombre tenía una capacidad para 200 personas nada más, sin incluir personas del barco, era amplio, elegante y tenía un excelente servicio. Pero Camila sabía perfectamente que solo habían sacado a la venta 70 boletos de ellos. Al parecer no todos podían huir de la guerra y los que lo hacían lo pagaban a un alto precio. Con lo de sus tres tiquetes Camila estaba segura de que podrían comprar un auto y quizás alguna pequeña tierra, pero ella ni siquiera sabía conducir o manejar una tierra que le llegara a producir el dinero suficiente para mantenerse.

- Por dios Camila, ¿Por qué llevas tantas maletas? – Preguntó Alejandro al ver que su hija llevaba 7 valijas ella sola

-Tu dijiste que las mujeres solo servimos para vernos bellas, pues ahí está- pero mentía de 543 libros que Camila tenía solo podría sacar 67 metiéndolos en dos maletas, saco sus favoritos, los clásicos y aquellos que podría repetir sin importar.

La morena quería tener su propia librería pero su sueño no quedaba ahí, era más ambiciosa, ella quería escribir su propio libro.

-Bueno, Camila, como sea, Harold las va a esperar en para que entren junto a él- Camila miró sus uñas.- Pero no podremos llevar todas tus maletas en el mismo, así que decide cuales prefieres que envié con las cosas de la casa. – Harold era un amigo de la familia, él la había visto crecer mientras le contaba historias de lo maravilloso que era viajar, y conocer el mundo. Harold Derman era de hecho la persona que diseñó los dos chipper, tanto la ballena aérea como la acuática, como solían llamarle.