La embarcación - Camren

Dos.

Dos.

Las dos mujeres que entraron a la habitación de ese hermoso barco de la señorita cabello la acomodaron en la cama después de ver como se desplomaba en sus brazos y se sentaron en uno de los sofás que había en aquella habitación solo esperando que despertara. Luego de unos largos minutos Camila comenzó a moverse y a tener conciencia de nuevo, apenas vio a las dos mujeres de nuevo dio un pequeño grito, y salió corriendo de la cama tratando de llegar a la puerta, pero se vio interrumpida por los largos brazos de Dinah.

- En serio podemos explicarte, solo no grites de nuevo, no te haremos daño.- la morena forcejeo un poco más antes de darse por vencida, pero su intento fue inútil.

- ¿Qué están haciendo aquí? – Camila se calmó un poco, pero fue de bastante esfuerzo de Dinah lograrlo.

- ¿Por dónde comenzar Lau? – Pero "Lau" estaba perdida en los ojos de la morena. – Oye. – codeo un poco en sus costillas.

- Por el principio, mi querida Dinah. – se paró y lentamente se fue acercando a Camila.- Mucho gusto Señorita, Mi nombre es Lauren Jauregui y mi Compañera Dinah Jane.- se miraron a los ojos muy profundamente, era una especie de hiperdesnudez, era como si con la mirada pudiese verle por completo.

- Muy bien, Lauren Jauregui, Soy Lady Camila Cabello. – dijo con un poco de grandeza.

- Yo lo sabíamos señorita. – le sonrió - Y déjeme decirle que es más bella en persona. – Camila se sonrojo con solo ese comentario para luego voltear la mirada y la ojiverde lo considero algo muy tierno. – Pero no quiero que se lleve una mala impresión de nosotras, señorita. – Lo decía con un perfecto acento inglés, no tanto como el que tenía su acompañante. – Pero creo que pensará que estamos locas cuando se lo contemos.

- Depende de que tantas mentiras tenga su historia señorita Jauregui. – sentenció la morena estresada, quizás temerosa igual eran desconocidas.

La ojiverde le causaba intriga olía a una buena colonia, llevaba su oscuro cabello bien organizado, tenía una manicura perfecta, y un colgante que claramente era de oro con un diamante en medio, parecía que tenía una chispa de alta sociedad, pero su vestimenta decía lo contrario.

- No hablaré con mentiras, es más ahora le contaré, mañana le mostraré. – Lauren volvió a sentarse junto con Dinah, que parecía más nerviosa de lo normal. – Resulta que en su querido barco no solo hay tripulación de clase alta, de sociedad, con poder, o como quiera llamarle, sino que también hay personas como nosotras.

- ¿Y ustedes que son? – Preguntó al ver que la mujer se quedaba callada.

- Presas, prisioneras, criminales, como decida llamarlo usted señorita. – Camila descubrió que la que hablaba era nada más y nada menos que Dinah Jane, pero lo dijo con pena, sin embargo eso no hizo que Camila se calmara, porque ahora está más que asustada.

- Pero como dijimos, no le haremos nada. De hecho es una graciosa historia nosotras. – Camila sabía para donde iban le contarían la historia de cada una y era lo que menos le interesaba.

- Y qué están haciendo presos aquí? – pregunto confundida, sin creer tanto en la historia.

- Bueno, Cuando Inglaterra entro en guerra muchos de los prisioneros y prisioneras fueron enlistados para batallar por su país pero solo los más fuertes. – Respondió la chica Dinah.

- Pero nosotras no somos las más fuertes, y además nuestros delitos y condena es una de las menores. – Lauren salió a defenderse

- Pero quizás seamos las más femeninas, y las más guapas. – Ellas dos asintieron como respondiendo a esa afirmación