Doce

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Puedes pensar muchas veces que las cosas siempre pasan por algo, pero por otro lado muchas personas están en el camino equivocado cuando les pasan cosas.

En el momento en el que Harold vio a su esposa, tuvo un remolino de emociones, primero sintió tranquilidad, estaba allí con él, eso era lo que más pedía. Por otro lado sintió una rabia muy fuerte apoderarse de su pecho pero finalmente sintió tristeza y se desprecio a ver en lo que había metido a su mujer. No era justo para ella, ni para el bebé, pero el capitán no tenía la culpa de ello.

-Muy bien, Harold. - aquí tenemos lo prometido.

-Tenemos que esperar, aún no estamos en la posición que señalaron, y el salón se encuentra a medio llenar, deme una hora para que usted pueda estar con el hombre

-Esto no es lo que acordamos. - Dijo el hombre fornido.

-Tampoco es la posición que deberían. Según las coordenadas ustedes llegaban en aproximadamente una hora y estaríamos en la posición adecuada.

-El barco se mueve muy lento, pensamos que sería adecuado subir pronto. - dijo el hombre joven y delgado que había hablado primero con Harry

-Me temo decirles que fallaron ahí, así que tienen que hacer lo que digo, ahora, están en mi barco. - la voy del capitán fue totalmente firme.

-Acá no nos salga con sus juegos Harold. - Uno de los hombres le apunto a Carol Anne - Creo que sabe quién tiene la ventaja acá.

-No estoy hablando de ventajas o no. - Suspiró - le estoy hablando de como se deben de hacer las cosas. Si quiere llamar la atención de toda la embarcación y de los pasajeros ya está a su disposición.

-Creo que debemos de hacerle caso. - dijo uno de los hombres. Todos tenían cierto parecido en sus rasgos, todos tenían ojos negros y esa particular mirada, agregando esa sonrisa intimidante y de superioridad que llevaban.

-Sigame por acá. - llevo a los hombres a la otra punta del barco, consiguiendo miradas de una u otra mujer que pasara por allí dirigida al salón.

-Creo que lo pensó bien.

-Siempre lo hago. - Cuando llegaron a la última habitación, escucharon unas risas de unas mujeres que caminaban hacia otra dirección.

-Buenas noches, señorita Camila.- Saludo Harry que también iba con ellos.

-Buenas noches a todos. - dijeron estaba vez Camila y Lauren Jauregui a la vez, pero esta última ganándose la mirada de él delgado pelinegro primero en hablar al llegar.

-Que hermosas mujeres tiene usted en el barco, capitán. - Harold se puso nervioso, claro que lo estaba.

-Recuerde usted que viene solo por el señor Clafin. - abrió la puerta haciendo que todos entrarán allí.

-Puedo llevarme un postre extra.- y con eso todos se quedaron en silencio.

*

-No te pareció raro que Harold fuera con esos hombres. - Cuestiono Camila.

-Quién es Harold. - La ojiverde seguía empujando a Camila pasillo por pasillo hasta llegar a la bodega.

-Los que saludamos, Lauren.- entraron a la bodega viendo equipajes, autos y una enorme cama en medio de todo, armada y lista para ellas. Cosas del destino. -Wow.

-Sí, wow. - Lauren beso a Camila tiernamente. - Y de lo otro no tengo idea. 

-Nunca tienes idea de nada. - Camila se cruzó de brazos después de terminar de hablar.

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2017 ⏰

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La embarcación - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora