Cuatro

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Cuatro.

Lauren Jauregui no apareció ni esa noche, ni al día siguiente cosa que tenía inquieta a Camila, ya que lo primero que pasaba por su mente eran las pequeñas "luchas" realizadas en ese lugar cercano a ella, pero no era tan valiente como para ir a averiguar mientras aún fuera de día y las personas pudieran verle. Sin embargo recorrió hasta cansarse las partes superiores del barco sin encontrarle.

Las dos estaban molestas por el hecho de sentir ese pequeño vacío, una por la ausencia y la otra por la desilusión, pero cada una no sabía cómo se sentía la otra.

Mientras Camila se dirigía al comedor por su cena, pudo ver a la persona que le daría respuestas.
-¡Dinah! – Camila se acercó corriendo atenta a la mirada que le daba Louisa, pero la morena en ese momento su nana era lo que menos le importaba .

- Oh, eres tú. – fue lo único que dijo mientras agachaba la mirada y el niño que había visto hace pocos días se escondía detrás de ella. – No pierdas tu tiempo Camila. –

- ¿No perder mi tiempo con qué? – cuestionó un poco alterada.

- Con preguntarme por Lauren. – volvió a responder.

- ¿Por qué no puedo preguntar por Lauren?

- Porque ella me dijo que no quería hablar contigo y que si te veía no te dijera nada, ni que estuvo llorando toda la noche y menos que no se quiso levantar del camarote. – se quedaron en silencio unos segundos y Dinah abrió los ojos de una forma exagerada mientras negaba con la cabeza. – Olvida lo que dije, por favor.

- ¿Por qué Lauren estaba llorando? – la morena apenas conocía a Lauren y no parecía una mujer que llorara por cualquier cosa.

- Si me traes algo de comer para los dos te digo lo que se. Pero tienes que hacerla sonreír. – Camila asintió y se fue caminando muy deprisa hacía el comedor, allí claramente estaba su puesto vacío mientras sus acompañantes aún comían

- Hija, pensé que no vendrías a cenar. – hablo Sinuhe.

- No tenía mucho apetito, pero creo que ya estoy lista para comer. – Camila miro cada uno de los platos de sus acompañantes. Louisa y su madre lo llevaban por la mitad, la señora que se creía hermana de su madre ya había terminado, pero le llevaban otra porción.

- ¿Señorita le traigo ya su comida? – se acercó Harry junto con otro hombre bajo y muy delgado.

- Por supuesto.

La comida consistía en un Kebab Pan de azafrán relleno con carne de cordero, pimientos Scotch Bonnet, menta y yogurt mezclado con champaña y unos trozos de jamón. Acompañado de hojas de oro comestibles.

Camila no podía negar lo deliciosos que estaba, no había comido algo así en mucho tiempo, así que comió lentamente y disfruto hasta la última porción

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Camila no podía negar lo deliciosos que estaba, no había comido algo así en mucho tiempo, así que comió lentamente y disfruto hasta la última porción.

La embarcación - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora