La habitación tenía unos 20 metros cuadrados. Había una puerta abierta frente a él; fuera brillaba una luz cegadora que venía del acantilado. A la izquierda de la habitación había un telescopio incrustado en la pared, bajo éste había una pantalla y, colgada al lado, una pequeña pizarra, con unos garabatos caóticos escritos.—Luhan, gracias por tu curiosidad —el hombre le dirigió una sonrisa acogedora y pasó la mano por la pizarra, borrando los garabatos hasta que no quedó ni rastro de ellos.
—¿Dónde estoy? —preguntó Luhan, temblando—. ¿Estoy muerto?
—No estás muerto —contestó el hombre, suavemente—, en cuanto al lugar donde nos encontramos... Me resulta muy difícil de explicar. Puedes pensar en él como en un sitio que sólo existe fuera de nuestro concepto del universo tridimensional, sólo existe dentro de tu mente. También puedes pensar en él como en un sueño —la sonrisa del hombre parecía amigable—. Probablemente te sientes como si hubieras viajado a través del tiempo, como que has vuelto al pasado de repente y después has aparecido en este sitio tan extraño. Lo más seguro es que no tengas muy buena opinión sobre mí en estos momentos —dio una palmada, se frotó las manos y observó a Luhan—. Entiendo que estés molesto con todo esto y, sinceramente, espero que mi explicación te ayude a comprender, aunque sólo sea un poco.
Luhan se quedó mirando al hombre, sin palabras.
—No tengo nombre, así que puedes llamarme como quieras. Pero si no se te ocurre nada, llámame Clown —dice el hombre—. Supongo que tú percibes el tiempo como la mayoría de personas, seguramente piensas que el tiempo avanza a un ritmo constante hasta el infinito, y que aunque los humanos hayan creado montones de libros y películas sobre viajes temporales, no son más que eso: producto de la imaginación humana —miró a Luhan y sacó un bolígrafo—. En realidad, el concepto de tiempo es una medida más, creada por los humanos, como por ejemplo los dólares norteamericanos o las unidades de peso. Para hacer que este concepto fuera preciso y constante, los humanos han utilizado los mejores y más precisos relojes atómicos del mundo para crear varios sistemas de medida del tiempo estables. Habrás notado que he dicho «varios», porque el sistema de medida de tiempo que utilizas a diario, el UTC («horario universal coordinado») es sólo uno de ellos. Los humanos decidieron el lugar en el que estaba el meridiano cero (UTC+0), también conocido como meridiano de Greenwich, y a partir de la rotación terrestre se definieron las diferentes zonas horarias, la hora que ves todos los días en tu ordenador o en tu reloj es el resultado del valor «UTC+».
Luhan se presionó las sienes un momento, pero siguió escuchando.
—Sin embargo, el sistema horario que los humanos definimos era imperfecto, ya que hasta los relojes atómicos más eficaces tienen mínimas diferencias entre sí. Si este eje X representa el sistema temporal que hemos creado los humanos y que usamos actualmente, y el eje Y representa el tiempo marcado por mejor reloj atómico de la Tierra verás que, excluyendo la subida desde el punto de origen, el gráfico resultaría en una línea bastante recta. Ahora, digamos que a cada momento se crea una pequeña diferencia entre estas dos unidades de tiempo: esta diferencia aumentaría continuamente, pero el ritmo al que se mueven las dos unidades seguiría siendo el mismo por lo tanto la pendiente de la recta no cambiaría —Clown levantó las cejas y miró a Luhan, que tenía los ojos entrecerrados—. Me refiero a que la línea es relativamente recta, porque aparte de esta línea recta hay otras minúsculas diferencias que se crean al azar… Pero no voy a enrollarme con esto, veo que ya está empezando a dolerte la cabeza —Clown sonrió, en un intento de mantener la paciencia de Luhan—. La verdad es que el hecho de que la pendiente de esta línea recta no sea 1 no implica que el reloj atómico no sea lo suficientemente bueno, quizás sólo nos indica que las carencias de nuestro sistema de medida temporal surgen porque está basado de igual modo en una serie de relojes atómicos distintos. Por tanto, no hay una definición absoluta del tiempo. Todo es relativo, el tiempo que pasas día a día no se rige por ninguna regla regular, simplemente tú no lo sientes —dijo, y borró el eje Y que había dibujado.