Al día siguiente a mediodía, nadie sabía dónde estaban Kris y Luhan.
Estaban todos en la habitación de Tao, y Joonmyun estaba dándole órdenes a Sehun.
—Intenta llamar a Luhan otra vez —dijo, sus ojos se movieron hacia el reloj. La aguja se aproximaba a las 12—. Dile que a las dos nos vamos.
Sehun cogió su teléfono, desanimado, y marcó con fuerza los números del teléfono al que ya había intentado llamar unas diez veces. Esperó a que saltara esa voz amable que le decía que el teléfono al que intentaba llamar estaba apagado, pero para su sorpresa, no fue eso lo que oyó. En su lugar, escuchó un pitido, y a alguien que descolgaba al otro lado de la línea.
—Sehun —la voz de Luhan le llegó a través del teléfono.
—Hyung —Sehun se puso de pie—, ¿dónde estáis? ¿Por qué no tenías el teléfono encendido?
—Hemos… salido a comprar unas cosas —contestó Luhan—. No te preocupes, sé que tenemos cosas programadas para hoy, volveremos antes de las dos.
—¿Dónde estás? —Sehun apretó el teléfono fuertemente entre los dedos, su mirada se dirigió hacia la ventana—. ¿Os peleasteis anoche?
Luhan se quedó callado durante un momento, y se aclaró la garganta con un carraspeo.
—Sehun, escucha. Si no volvemos antes de las 2, haz que alguien venga a buscarnos a las Montañas BeiHan. Esto que quede entre nosotros, no se lo digas a nadie.
La expresión de Sehun se tensó por un momento.
—¿Por qué? —preguntó, mirando de reojo a Joonmyun.
—Tú sólo recuérdalo, pero no te preocupes, volveremos a tiempo. Nos vemos luego —dijo Luhan, y colgó el teléfono.
Sehun se quedó mirando el teléfono, y los demás lo observaban a él, expectantes.
—¿Y bien? ¿Qué ha dicho? —preguntó Joonmyun, frunciendo el ceño.
—Ha dicho… —Sehun dudó por un instante antes de continuar—, que habían salido a comprar cosas y que volverán antes de las 2.
—¿Comprar «cosas»? —repitió Jongin, incrédulo—. Han estado fuera desde medianoche. ¿Qué pueden estar comprando?
Chanyeol preguntó, con tono precavido:
—¿Tendrá algo que ver con Yixing-hyung?Todos se quedaron callados.
—¿No ha dicho nada más? —preguntó Joonmyun, señalando el móvil de Sehun.
Sehun agachó la mirada durante unos segundos, y luego negó lentamente con la cabeza.
Tao estaba sentado en el borde de su cama, con el teléfono en la oreja, llamando a Kris. Esta vez la llamada daba tono, pero nadie lo cogió. Tao tiró su móvil a la cama, soltando una sarta de maldiciones, y se puso a mirar por la ventana, con las manos en los bolsillos.
—Aquella noche, Luhan-hyung estaba borracho y tenía fiebre —recordó Baekhyun, solemne—. Queríamos ayudarle, pero no había nada que pudiéramos hacer. Un poco después, al salir del restaurante, el mánager me obligó a ir con él, pero vi a Kris ayudando a Luhan a entrar al baño.
—Luhan-hyung tenía un aspecto horrible aquella noche. Debería haberme quedado con ellos —comentó Chanyeol, pensativo, como si tuviera esa noche lluviosa ante los ojos.
—Eran alrededor de las 22:45. Le mandé un mensaje a Luhan cuando estábamos en el karaoke, preguntándole si la cena había acabado y si querían venir con nosotros. Pero el que me contestó fue Yixing, me dijo que Luhan se había equivocado de teléfono y se había llevado el suyo, y que aún no habían llegado a casa —dijo Joonmyun—. Cuando le pregunté a él si quería venirse con nosotros dijo que estaba esperando a alguien —Joonmyun se sentó y continuó—. Al volver, vosotros os quedasteis parados en un atasco en la carretera, no había nadie en casa e incluso Yixing había desaparecido.