Le habían tirado el contenido de un vaso de vino en la cara, el líquido goteaba sin parar de las puntas del pelo de Luhan. Agachó la cabeza durante un momento, en silencio, y luego volvió a mirar hacia el frente. Cogió el vaso que Chanyeol tenía delante y le tiró el líquido a la cara a la persona que tenía enfrente. Cogió su mochila y salió corriendo hacia la puerta sin mirar atrás.Cuando estuvo fuera del restaurante, miró la hora en el reloj del recibidor: eran las 22:05. Salió a la calle y pidió un taxi. Una vez dentro del taxi, resguardado de la lluvia, sacó el Lenovo blanco de Yixing y enseguida encontró su propio número en la lista de contactos. Bajó la ventanilla y respiró hondo una bocanada de aire húmedo mientras esperaba que respondieran a su llamada.
—¿Hola? —la voz de Yixing sonó desde el otro lado de la línea telefónica—. ¿Ya habéis acabado?
—¿Estás en casa? —preguntó Luhan.
—Sí, ¿por qué? —contestó Yixing, distraído.
—¡Quédate ahí, ni se te ocurra salir a ningún sitio! ¡Volveré enseguida! —dijo Luhan, casi gritando.
Yixing se alejó un poco el teléfono de la oreja, como si quisiera protegerse de los gritos de Luhan.
—¿Y adónde iba a irme? ¿Te ha subido la fiebre?
—Estoy bien —contestó Luhan—. Pero no te atrevas a ir a ninguna parte, volveré pronto, no contestes el teléfono, sin importar quién llame. Sobre todo si es Kris —Luhan intentó disimular las toses que atravesaban su cuerpo, ardiendo por la fiebre.
—¿Por qué «sobre todo si es Kris»? —dijo Yixing, e hizo una pausa—. ¿Estás borracho? ¿Está Kris contigo? Pásamelo, anda.
—No está aquí —respondió Luhan, frunciendo el ceño—. Estoy fuera.
—¿Estás fuera? —Yixing sonaba cada vez más perplejo—. ¿Y no deberíais haber acabado todos a la vez?
—Deja ya de hacer preguntas —dijo Luhan, suprimiendo una oleada de náusea causada por la combinación de la fiebre, su estómago vacío y el mareo de ir en coche—. Tú quédate tranquilamente en casa y ya está —dijo, y colgó el teléfono.
A las 23:40, el manager japonés se llevó a Baekhyun aparte para seguir charlando con él, mientras que el manager de su empresa seguía disculpándose por el comportamiento de Luhan, con una sonrisa forzada en la cara. Kris intentaba mantener a Chanyeol en pie e iban tambaleándose hacia la puerta, pero Chanyeol empezó a tener arcadas a medio camino y fueron corriendo al cuarto de baño. Kris le hizo un gesto con la mano a Baekhyun, que no paraba de mirar hacia atrás buscándolos, indicándole que los dejara y volviera a casa.
La lluvia estaba apretando, Kris salió por la puerta a trompicones, arrastrando a un Chanyeol mortalmente pálido tras él. Había un Buick negro en la puerta, una de sus ventanillas se bajó, y una mano salió por la misma y les hizo un gesto.
—¿Hola? ¿Yixing? Chanyeol está casi en coma, ¿tenemos medicamentos para la resaca en casa? —Kris miró a Chanyeol, que estaba sentado junto a él, balbuceando tonterías. Sacó su cartera y contó los billetes que llevaba, sujetando el teléfono entre su hombro y mejilla mientras hablaba.
—Soy Luhan —al otro lado de la línea, se escuchaba una respiración irregular y pesada.
Kris se quedó atónito, y después se puso a gritar al teléfono.
—¿¡Adónde coño te has ido corriendo así?! ¿Es que no sabes lo que has hecho? ¿Sabes lo que le ha pasado a Chanyeol por tu culpa? ¿Dónde estás?
—Estoy… —Luhan se inclinó sobre sí mismo, con las manos fuertemente agarradas a las rodillas mientras intentaba tomar aire, mirando hacia la interminable fila de coches que había tras él—. Atasco. No sabía cuánto tendría que esperar, así que me bajé del coche y estoy corriendo hacia casa.