Día Tres

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Era un Lunes. Ese día no habíamos asistido a la escuela porque era un día festivo.

Teníamos una cita con Arturo programada para las 6, pero claro, eran las 8:29 y todavía no nos habían atendido.

Cuando la enfermera llegó nos pidió disculpas por la tardanza, y los cuatro (mamá, abuelo, Pau y yo) entramos.

Mi tío había comprado un equipo nuevo, tal vez así encontraban que tenía Pau.

No sabemos por qué, siempre que llega de la escuela tiene los ojos muy rojos, pero nunca pasa en vacaciones o en fines de semana, sólo cuando vamos a la escuela. Yo pienso que es alérgica a la escuela...

¿Qué? Todo es posible.

Me aburrí y salí. La enfermera del mostrador estaba hablando con un señor sobre que tenía que pagar sus deudas.

La otra enfermera estaba en el cónsul de Arturo.

Era perfecto. Subí lo más rápido y silencioso que pude al primer piso. Había más escaleras. Estaba muy oscuro, ya que era de noche. Así que saqué mi celular y lo puse en modo "linterna".

Sentí escalofríos mientras subía las segundas escaleras. Había mucho polvo, y no pude evitar toser un par de veces.

Llegué y me encontré con más cuartos. Había unos ocho. Me adentré un poco más.

Vi la sala de emergencias, y leí la placa que estaba completa.

Sala de emergencias.
Dr. Daniel Mendoza Farías.
Médico cirujano.

Creo que he oído hablar de él.
De pronto, un recuerdo vino a mi mente.

Cuando yo tenía unos 5 años, me partí la cabeza (literalmente) con una pared, así que me llevaron a ese hospital a que me cosieran, y ese doctor era quien me había curado.

Me metí a la sala de emergencias. Había una camilla, una bata vieja con agujeros y un cubre-bocas.

Había un monitor cardíaco descompuesto (de esos que marcan cuando aún tu corazón está latiendo).

Me pregunté cuantas personas habrían muerto ahí, porque seguramente había pasado. Muchas personas mueren en las salas de emergencias.

Pensar en eso hizo que sintiera una sensación escalofriante de pies a cabeza.

Me di cuenta de que ya llevaba un buen rato ahí, así que era hora de volver abajo.

Me fui rápidamente, porque el lugar cada vez comenzaba a darme más miedo.

El Misterio De Las Escaleras Del Hospital Donde viven las historias. Descúbrelo ahora