Autolesiones

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Muchos pasamos por esta situación o al menos lo pensaron en algún momento específico.

Yo caí en este problema y he de decirles que no fue fácil salir de él. Tarde un par de meses pero lo logré.

Todo esto ocurrió cuando tenía 12 años, apenas y comenzaba la pubertad. Anteriormente había tenido un par de malas experiencias amorosas lo que me dejo con una visión distinta del mundo.

Como todos tuve un momento de debilidad y termine pasando por ello a pesar de que me había prometido saltármela.

Mi amiga de ese entonces, Marcie, ella estaba en esa etapa y al ser tan cercana a ella comencé a igualar ciertas actitudes que ella tenía, tales como estar callada y no compartir mucho con los demás.

Le animaba y trataba de que ella no volviese a lo mismo, grave error. Al tratar de ayudarla no sabía que yo también estaba entrando en el mismo juego, poco a poco.

Ese mismo año, antes de que yo comenzara con mi problema, ella debió cambiarse de instituto y esa fue la gota que rebalsó el vaso. Ella se iba y yo me quedaría sola, una vez más.

Comencé a cortar mis brazos con la navaja del sacapuntas, luego con el cúter y al final con un pequeño cuchillo.

Cada grito que calle, cada sufrimiento que soporte, cada lágrima que derrame, cada cosa que sentí y no compartí con los demás, provoco que poco a poco me fuese apagando.

Cuando ya estaba dentro, perdida en aquel mundo, obtuve ayuda.

Luego de que cumplí los 14 años debí cambiarme de escuela, allí nadie me conocía y yo no conocía a nadie claramente.

Al igual que antes, la danza y el deporte me hacían parecer normal, podría creerlo al menos, aunque la danza no estuvo tan presente.

Hubo algo que me animo a salir de esto, el voleibol. Así como lo vieron, este deporte me ayudo a superar mi pasado.

Ya no me sentía sola, ni inútil, ahora sentía que formaba parte de algo.

Abby

Abby's DiaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora