ENGAÑADA

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Empecé a asentir una incomodidad en los ojos, los apreté, para quitármela, los abrí lentamente, la claridad de la mañana me dio de lleno en los ojos, los cerré nuevamente, era molesto, me di la vuela para que no me molestara mas, pero a mi lado encontré a alguien durmiendo plácidamente, me aleje en acto reflejo, caí en cuenta de lo que había sucedido la noche anterior, así que me levante haciendo el menor ruido posible, las sabanas se deslizaron lentamente dejando al descubierto mi desnudez, observe el desastre de la habitación, procedí a recoger mi ropa que se encontraba tirada por toda esta, termine de recoger mi última prenda y me metí al cuarto de baño, sumergí mi cuerpo en la bañera, el agua estaba fría, pero me gustaba esa sensación, jabone todo mi cuerpo tratando de sacar el rastro de lo ocurrido anoche, me puse shampoo en el cabello y lo empecé a sobar dándome leves masajes, era placentero, salí de la bañera y deseche el agua sucio con la palanca y la reemplace por una limpia, me sumergí nuevamente, no debería tener ningún rastro, era inevitable para mí no sentirse sucio después de haber tenido sexo la noche anterior.

Una vez terminado mi aseo, procedí a vestirme, saliendo de este lugar pasaría por mi departamento a ponerme ropa nueva para ir a la empresa, salí del cuarto de baño y empecé a buscar mis zapatos.

-¿Ya te vas?- alce la mirada encontrándome con unos ojos azulados que tanto conocía.

-Así es, tengo que trabajar- asevere, ya había encontrado mis zapatos, me los coloque, fui por mis llaves, dinero y mis gafas oscuras, me dirigí a la puerta.

-¿Quieres que vaya más tarde a verte?- también se levanto dejando ver su cuerpo desnudo.

-No, yo te llamo si necesito algo- abrí la puerta dispuesta a salir.

-Te refieres a acostarnos ¿verdad?- menciono burlonamente, voltee sonriendo divertida antes de salir.

-Es bueno que lo tengas claro- escuche una risa antes de cerrar la puerta, entre al ascensor y descendí hacia el primer piso, llegue, Salí del ascensor y camine hacia la gran entrada del hotel.

-Nos vemos señorita Dupain- me coloque las gafas de oscuras, le di unos cuantos billetes al hombre de la seguridad.

-Nos vemos Harold, ya sabes- el mayor solo asintió con una sonrisa, camine unas cuantas cuadras y tome un taxi.

Ingrese a mi departamento, inspire y exhale fuertemente, estaba todo muy ordenado, como siempre, me saque los tacones negros tirándolos por la sala, camine a la cocina, me prepare un café y sancoche un par de huevos.

Salí de la cocina con mi desayuno y lo puse en la mesa, la gran pantalla último modelo que tenia, comencé a ver las noticias, estaban haciendo una entrevista al hijo de las empresas Agreste, fruncí el ceño levemente, ese hombre se me hacia hipócrita, y pensar que estuve obsesionada por tres años de ese tipo, cambie de programa, al final me decidí por ver el canal infantil, estaban transmitiendo el Rey León, era agradable recordar los buenos tiempo, cuando era una niña y vivía felizmente en la panadería de mis padres.

Termine de desayunar, levante los trastes y me dirigí al lavabo para no dejar nada sucio, una vez terminado mi labor, fui a cepillarme los dientes y lavarme la cara.

Ingrese en mi habitación, mi gran cama perfectamente tendida, mire el reloj que se encontraba en mi mesita de noche, eran las diez de la mañana; me saque la ropa y me mire en el gran espejo de cuerpo completo.

-Estúpido Félix, le dije que no dejara chupetones- tenía una macha en la parte baja de mi clavícula, me acerque a mi cómoda y saque la base blanca, unte un poco sobre él, me mire una vez más en el espejo, listo ya estaba camuflado, abrí mi gigantesco ropero ¿Qué rayos me pondría hoy?, examine cada prenda, al final me decidí por un vestido sin mangas hasta las rodillas, era sencillo y de un bonito color granate; me saque la ropa interior y me puse una nueva y limpia, ya me encargaría de desechar la anterior, me cambie rápidamente, cogí mi peinilla y desenrede mi cabello, lo amarre en una cola alta; me acerque a otro ropero más pequeño que tenía en mi amplia recamara, saque de este unos tacones no muy altos que combinaran con el vestido, regrese a donde se encontraba mi cómoda, tome un pintalabios color rosa, me pinte los labios, ricé mis pestañas y la delinee levemente por encima, estaba lista.

NATHANETTE- "One-Shorts"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora