NATHANETTE- "One-Shorts"

HACER LAS COSAS BIEN

Advertencia: Cambio de personalidad a los personajes (mejor dicho casi sus opuestos)

Apresuro el paso al escuchar la molesta voz del que se hacía llamar su admirador número uno, se hizo de oídos sordos y entro al salón para sacar un libro de lenguaje fingiendo que estudiaba, de repente de ese forma la dejaría en paz.

-¡Marinette! ¿Por qué no me esperaste?- acumulo todo la paciencia que tenia para no cometer alguna imprudencia contra su amigo de la infancia.

-No te escuche Nathanael- hablo cansada la azabache, el pelirrojo hizo un puchero algo infantil para alguien de casi dieciocho años de edad, rodo sus ojos azules, casi todos los días era lo mismo ya estaba cansada.

-¡Eres cruel Ma muse!- fingió reclamo sonrojándose al llamarla "mi musa" como la tenia apodada, Marinette le dedico una sonrisa fingida, rogaba internamente que la señora Mendeleviev llegara rápido para quitarse al pelirrojo de encima, ¡Gracias a Dios!, exclamo internamente cuando la mujer ingreso al salón dispuesta a dictar su clase.

Recogía sus cosas y las metía en su mochila dispuesta a marcharse junto a su amiga Alya, la morena tenía noticias sobre su amado rubio, la ojiazul estaba "desesperada" por saber acerca del modelo Adrien Agreste que hace dos meses viajo a USA para una campaña de medio año.

-¡Ma Muse espérame!- arrugo el rostro al escuchar la voz del pelirrojo, No puede ser, Alya se alejo lentamente con una sonrisa compasiva, ¡Que buena amiga que tengo!, suspiro cansada y volteo con la mejor cara hacia el muchacho, lo vio acercarse con una gran sonrisa en el rostro y con algo entre las manos, a veces el comportamiento de su amigo se le hacía tan infantil y empalagoso declarando a diestra y a siniestra amor hacia ella.

-¿Qué sucede Nathanael?- pregunto sobándose el brazo derecho producto de la impaciencia, el muchacho de ojos aguamarina extendió un poco nervioso dos pequeños papeles, la muchacha los recibió curiosa, ¿Tickes para el cine?, arqueo la ceja ante la mirada ansiosa del pelirrojo, ¡Oh! Ya entiendo, sonrió amable al pelirrojo.

-¿Y? ¡¿Si te animas?!- la voz del muchacho desprendía anhelo y emoción pura, Marinette puso la mejor cara que pudo, miro a la derecha buscando a la morocha esta la esperaba a un distancia prudente, extendió las entradas con una mirada de disculpa en el rostro.

-Gracias Nath, pero ya quede con Alya- el pelirrojo sonrió triste y volteo a mirar a la bloguera que le agito la mano nerviosa, recibió las entradas, la culpa que antes solía invadirla ahora ni siquiera se atrevía a aparecer.

-No hay problema Marinette- vio como la muchacha de ojos azules salía de la institución con la morena, suspiro derrotado, siempre era lo mismo, al inicio maldecía al rubio del Agreste por robarse el "amor" de su musa, pero con el tiempo acepto que en realidad la azabache nunca lo había visto más allá de su "mejor amigo", dejo caer los tickes al suelo ya casi todos los alumnos se habían ido, ahora ni siquiera se podría considerar su mejor amigo, siempre andaba rodeaba de personas, sonriéndoles amigablemente, recibiendo halagos y confesiones de otros muchachos a quienes rechazaba fríamente, Marinette lo había dejado atrás.

-Dis-disculpa- salió de sus pensamientos al escuchar una suave voz llamarle, se encontró con unos ojos como zafiros bañados de una leve timidez y vergüenza.

-Se te cayo esto- la muchacha rubia de cabello largo en una coleta baja le extendía los dos pases que acababa de soltar sin darse cuenta.

-Oh...gracias- la muchacha se sonrojo al sentir la piel pálida del artista rozar con la suya el tomar los objetos, asintió y camino apresurada hacia la salida.