En honor al escritor español Benito Perez Galdos
La obra "Marianela" le pertenece a este celebre literato, yo solo utilizo la trama escrita por el para adaptarla a los personajes de Miraculous: Tales of Ladybug and Chat Noir de Thomas Asturc
Caminaba descalzo sobre el verde gras fresco, le causaba un poco de cosquillas en los pies pero ya estaba acostumbrado, comenzó a correr cual infante animoso, el viento ondeaba sus desordenados y largos cabellos rojizos, tenía que achinar un poco los ojitos agua marina para que no lagrimease con el aire, se sentía volar, después de todo un cuerpo tan delgado, casi famélico como el suyo no pesaba mucho, se detuvo al divisar a una persona sentada en medio del amplio prado, se limpio se acomodo un poco el cabello y sobo el rostro con la manga de su camina vieja y descolorida, menos mal que le habían enseñado el habito de bañarse todos los días, a él un huérfano con una vida miserable, camino con las mejillas sonrojadas hacia la muchacha de coletas azabaches que descansaba sobre el tierno pasto, la observo trabajar en algo con sus manos.
-¡Que bueno que hayas llegado Nathan!- le hablo sin mirarle, el muchacho sintió su corazón saltar como potrillo juguetón al oír su nombre de sus labios, a pesar de ser su lazarillo durante tantos años siempre lo sentía como la primera vez.
-¿Cómo estas Marinette?- le pregunto sentándose frente a la fémina, Nathanael Kurtzberg nunca se cansaría de examinarla cada vez que la tuviera cerca, para él no existía mujer más hermosa que la que se encontraba frente a él, su cabello sedoso y negro contrastaba a la perfección con su rostro juvenil y terso suave al tacto de un pulcro color blanco acompañado de un rubor natural en las mejillas, sus labios ni gruesos ni delgados, Una exquisitez, solía calificar él, y lo que causaba que temblara eran sus hermosos ojos azules, grandes y rasgados, lo único que le desvirtuaba a esos intensos ojos eran su fijeza y la idea de que tras aquella fijeza se escondía las más oscuras penumbras.
-Ahora muy bien porque puedo escuchar tu voz- le contesto la muchacha causando que el rostro de su compañero sea invadido por un notorio sonrojo, él le sonrió sabiendo que no lo vería.
-Te he traído algo de comer, se que te va a encantar- extendió una pequeña bolsa de tela sabiendo que el joven se había posicionado frente a ella, este la recibió con manos temblorosas, una corriente eléctrica se extendió por su cuerpo al sentir el suave y cálido tacto de sus manos, la azabache apretó el agarre al sentirlo estremecer y rio levemente para después soltarlo, el pelirrojo agradeció y abrió lo recibido.
-¡Oh santo Dios! Chocolate crudo...nueces....una cosa envuelta en un papel... ¿Qué es?... ¡Ah! ¡Un dulce! ¡Es muy grande!- Marinette reía ante las menciones emocionadas del muchacho, ella amaba escuchar su voz.
-Mmm- degusto el chocolate-¡Que rico esta!...sabes Marinette en mi casa no se ven nunca estas comidas, ¡a las justas comemos y vestimos!- se limpio la boca lo mejor que pudo con la espalda de la mano, no quería ensuciar las mangas de su camisa vieja pero limpia.
-Acércate Nathanael- pidió la ojiazul, el muchacho obedeció al mandado de su joven ama, se sentó a un costado de ella, sus hombros se rozaban, el pelirrojo se moría de la vergüenza, la azabache recargo su cabeza en el hombro masculino.
-Amo tu olor- confeso aspirando hondo, el rubor del rostro masculino podía competir con el rojo de su cabello.
-¿De veras? Yo no huelo muy agradable, no como tu Marinette- le respondió un poco cabizbajo, la muchacha alzo las manos en busca del rostro del pelirrojo, este volteo a mirarla, la muchacha comenzó a acariciar las pálidas mejillas del muchacho mientras sonreía.
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NATHANETTE- "One-Shorts"
FanfictionHistorias de una de mis parejas favoritas de MLB. Pasen, lean se que te va a encantar.