day ten

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-¿Cómo te sientes hoy?

Preguntó Lyss, luego de haberse sentado en la cama de Justin, mirando como el se arregla su cabello.

Ayer, luego de haber terminado la canción en el jardín, había vuelto a su habitación; y se encerro ahí todo el día, sin ganas de nada. Sólo tenía ganas de estar con Lyss.

Los momentos en los que Lyss esta junto a él, es como si estuvieran encerrados en una bola de cristal mágica. Donde siente como si todas las piezas estuvieran unidas de nuevo. Donde no existe la soledad, ni tristeza alguna.
Su tacto suave, sus brillosos ojos azules y ese arito en la nariz, lo estan volviendo loco.

Y confundido.

La miró por el espejo. Esta con la mirada clavada en el piso y moviendo sus pies. Sonrió. Lyss es muy activa. Ayer le había contado un poco de su vida. En jardín de niños y hasta secundaria la habían medicado porque era muy hiperactiva. Ahora ya no tomaba nada, pero seguía muy activa.

Volvió a mirarse en el espejo, dandole los últimos toques a su peinado.

-Estoy mejor, supongo,-dijo el chico, dándose la vuelta y sentándose junto a Lyss.

Lyss lo miró y sonrió. Odia que Justin tenga la capacidad de hacer palpitar tanto a su corazón. Odia sonreír como idiota estando con él. Odia que Justin la haga reír. Pero lo que más odia es sentirse atraída por él. Porque hay la posibilidad de uno en un millón que él se pueda fijar en ella.

-Vamos a la biblioteca,-sugirió Lyss. Justin hoy tiene otra actividad.

Lyss le había informado al psicólogo del lugar lo sucedido, así que le sugirió que lo mejor que pudiera hacer sería preguntarle sobre las cosas que le gustan y que lo hace feliz. Animarlo, hacerle sentir que no esta sólo. Evitar a toda costa preguntas acerca de las cosas que lo derrumben de nuevo. Distraerlo para que no piense más de lo adecuado.

Así que Lyss, lo lleva a la biblioteca, donde aparte de libros, hay aguiluchos y lienzos, donde Justin dibujara a cosas o personas, que le hagan feliz.

-No leo mucho Lyss, afuera no me da tiempo y sinceramente, me aburre un poco.

Dijo Justin, después de entrar al lugar y mirar los estantes. Ninguno le llama la atención. Lyss se detuvo frente a la ventana, donde hay un escritorio con aguiluchos, lápices de colores, pinturas y pinceles. Justin fruncio el ceño.

-No vas a leer, vas a dibujar.

Giró a verlo con una sonrisa, él la mira confundido.

-Soy pésimo, Alyssa.

-No tienes que ser un profesional para esto Justin.

La chica tomo el botecito con pintura azul cielo, lo abrió y se lo paso a Justin. Este miro fijamente el bote, pensando que podía dibujar. Luego la miró a ella.
Tomó un pincel y lo remojo, para luego pasarlo por la parte superior del pequeño lienzo que se encuentra frente a él.

Lyss le explicó porque le pedía hacer eso, así que sientos de cosas surgieron en su cabeza. Se dibujo a él con una guitarra, al fondo se ve la playa, dibujo a su familia y a sus amigos, donde se supone que es el cielo escribió beliebers, y por último, dibujo a una chica, aún lado de él.

Al terminar, Justin se giró, manchando la nariz de la chica con pintura. Lyss se sorprendió, para luego comenzar a reír y meter su dedo en el bote, pasándolo por la mejilla de Justin.
Eso género una mini guerra de pintura; Lyss acabó con su ropa salpicada, algunas manchas en el cabello y su rostro, al igual que Justin. Parecen arcoiris.

Justin comenzó a reír, se siente alegre, como en un largo rato no se había sentido. Lyss lo miró sin borrar esa encantadora sonrisa.

-Nos meteremos en problemas Justin.

-Vale la pena todo nena.

Lyss asintió, estando de acuerdo. Cada momento juntos vale la pena. Aunque rompan algunas reglas, a veces.

-Y entonces Justin, explícame tú obra de arte,-dijo, con su voz suave, demostrando que esta interesada en escucharlo.

Justin paso un dedo por su jean, para limpiarlo y no manchar el cuadro. Señaló primero a sus beliebers.

-A veces pueden ser intensas y sofocantes, pero me han demostrado lo mucho que significo para ellas, siempre me han dado todo su apoyo y hacen lo posible para no dejarme caer, sin ellas no soy nada y estoy consiente de eso, siempre estaré agradecido, aunque a veces no soy el mejor.

Lyss sonrió con ternura, Justin le ha demostrado que realmente le importan sus chicas y a las pocas que ella conoce, sabe que ellas lo adoran.

-Ellos son mis hermanos, mis abuelos, mis padres y mis amigos, siempre estan para mi y aunque me han visto en mis peores facetas, continuan ahí conmigo.- Señaló Justin los pequeños círculos con caritas felices que había dibujado al costado izquierdo del cuadro.

Justin es un chico hogareño, antes que nada esta su familia, y eso a Lyss le encanta.

-Me encanta mirar el mar, tengo la teoría que las olas vienen a la orilla a desechar todo lo malo que hay dentro,-la miró,-y eso es en lo que me estoy convirtiendo, en una ola. Y este lugar, es mi orilla. Estoy desechando todo lo malo.

Lyss sonrió, contenta. Le alegra que Justin, este aprovechando este lugar.

-Aparte, el sonido que estás hace es relajante y también el color, o eso leí en internet hace un tiempo,-comentó Justin entré risas,-mi guitarra siempre ha sido mi soporte cuando no se como decir todo aquello que me esta consumiendo. Siempre escribo lo que siento, no quiero que llegue el día en el que ya este tan hundido, que todo aquello que no dije me consuma.

Dijo, serio. Lyss lo comprende, ella opina lo mismo. Siempre es bueno desahogarse, ya que de nada sirve no decir lo que sientes, tus mismas palabras pueden derribarte algún día.

Ahora solo falta que le explique quien es la chica que dibujo junto a él. Aunque ella ya supone quien es. Es obvio.

-¿Y ella? ¿Quién es?- preguntó señalando el dibujo, lo miró con sus claros ojos azules. Notó como Justin se tenso pero luego sonrió, tímido. La miró.

- Tú.

Saving Justin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora