Dioses del Olimpo

M

-enserio no quieres volver a tu cuarto Alice?- dijo Petter atras de mi
-me canse de estar encerrada, quiero aire fresco!- al dar 3 pasos más, sabía que sentiría el pasto después de la puerta, estaba húmedo, eso se debía a que había al sereno de la mañana; ya no utilizaba calzado, esto ayudaba a sentir más, mis otros sentidos se habían agudizado y ayudaba a ver las cosas con otra visión
-vamos pequeña, necesito que desayunes para que crezcas grande y fuerte como yo- mencionó mientras me sujetaba del estómago y me cargaba al mismo tiempo que yo solo pataleaba
-tú me haces comer mucho!, me pondrás gorda si no me dejas hacer nada y solo me alimentas (caí en la cama y me senté antes de que otra cosa sucediera)
-jamás te pondrás gorda, tus genes lo prohiben- me dio una cuchara, al escuchar y oler supuse que era cereal del que no me gustaba, pero si Petter me lo daba debía comérmelo
-cuando llegó a engordar se me va al trasero y a los pechos, si sigo así me saldrá estrías o piel de naranja- seguí comiendo
-a los hombres nos parece atractivo tu figura- detuve la cuchara, ¿que acababa de decir?, a Petter le gustaba mi figura?, le a prestado atención a mi cuerpo?

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No puedo creer que eso haya salido de mi boca, voltee lentamente a ver a mi hermana la cual estaba inmóvil y su expresión sorprendida se notaba aún que tratará de ocultarla
-te parezco atractiva?- dijo seriamente mientras alejaba la cuchara de su boca
-quizá decir a los demás hombres- afine mi voz para no notarme nervios-  ello solo ven el físico
-notó tú nerviosismo hermano, dime la verdad- me senté al lado de ella y le tomé de la mano, es mi oportunidad de liberar esto que siento
-Alice, la verdad desde que volví a encontrarte un amor más haya a la de hermanos me a abrumado, te amo, no solo como hermanos o como mejores amigos, yo en realidad te amo.
-Desde niña quería escuchar que nos casáramos y viviéramos juntos, pero ahora escuchar esto a esta edad, en estas circunstancias, la verdad me sorprenden
-yo sé que no está bien sentir esto, pero ya no podía callármelo más, tenía que decirlo, solo espero que no cambie la forma en la que convivimos mi niña.
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