Novio 2-BokuAkaa

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El silencio apacible apenas es interrumpido por ruiditos de envolturas siendo abiertas, muelas triturando la comida y un partido de fútbol a la lejanía.

La atención de Bokuto se deriva del Yakiniku en su regazo -ese que vuele tan bien y que su madre decidió prepararle para celebrar la ocasión, o levantar sus ánimos mientras lo comía y lloraba amargamente si Keiji le decía que no-, al peluche entre ellos, a la forma en que Akaashi come sus bolas de arroz, y a aquello que no deja de dar vueltas en su cabeza. Y no, no tiene nada que ver con el increíble beso que hace poco se dieron frente a todos en el pasillo... Bueno, tal vez un poco, quiere otro de esos. Muchos más de esos. Bastantes, diría él

La duda que no le deja disfrutar su almuerzo -o ver a Akaashi comer- a gusto, aquella que si no resuelve ahora mismo no le dejara dormir por el resto de su vida; ¡¿Akaaashi acepto casarse con él si o no?! Es verdad que no le dio el anillo pero ¡Akaashi dijo acepto! ¡Acepto! ¡Pero así como el olvido el anillo, el acepto de Akaashi puede significar muchas cosas! Como: «Bokuto-san, acepto ser su novio pero como olvido el anillo es muy probable que olvide a nuestros hijos, no puedo casarme y seguir pasándole pases por el resto de mi vida a un irresponsable que olvida cosas tan importantes. Bokuto-san, malo, malo» o «Seré su novio y esposo, Bokuto-san, pero si no me da el anillo yo podré hacerle pases a otras personas hasta casarnos porque no tengo el anillo de compromiso. Por lo tanto sigo siendo "papa" soltera» ¡Y no! ¡NO!

-Akashi...-susurra quedito, con la angustia en la garganta, escapando entre sus dientes y derramándose en mordiscos sobre sus labios-... Yo, bueno...

Keiji con onigiri en la boca; lleno de migajas, ambas manos ocupadas y ojos brillantes, mira a Bokuto, esperando -mientras mastica su quita bola de arroz- a que el Rematador continue.

Algo en el cerebro de Bokuto se desconecta, o mejor dicho, la conciencia de Bokuto se evapora, dejando un silencio momentáneo que es llenado del palpitar errático y desenfrenado de su corazón. Por un momento se va el hambre, siente un vuelco en su pecho y una terrible necesidad de recoger las migajitas de arroz en los labios y mejillas de Akaashi con su aliento, con sus labios y con su lengua, le consume.

Sonríe, una sonrisa llena de cariño y ternura, esas que solo Akaashi puede arrebatarle. ¿Por qué no hacerlo? Puede hacerlo, ya ha besado sus labios, y hombre, se sintió tan genial.

Decide escuchar a sus deseos e impulsos. Alza su mano y la lleva hasta la mejilla regordeta de Akaashi, con sus dedos dibuja círculos -recogiendo las migajitas- hasta llegar a la barbilla de su amado armador. Pasa su dedo pulgar por los labios entreabiertos de Akaashi, acerca su rostro y recoge con deleite cada migaja sobrante hasta llegar a sus delgados labios, dar una pequeña lamida, sonreír y finalizar con un tierno beso.

Se separa con una boba sonrisa de lado y los ánimos reabilitados dispuesto a seguir comiendo su almuerzo.

...

...Un momento... ¿Qué acaba de hacer?

Sus ojos de abren como dos lunas llenas, pintadas de incredulidad. Mira a su compañero -y novio-, el cual parase estar echo de piedra. Tal párese que Akaashi recordó como respirara, pero es imposible con el arroz que se acaba de atorar en la garganta. Bokuto se sonroja hasta las orejas, toma al búho gigante que estaba entre los dos y se hunde en el todo lo que su anatomía le permite.

Tal vez ahora no es bueno momento para preguntar sobre su compromiso. O sus hijos.

Mira de reojo a su armador. Él cual cubre su boca completamente avergonzado, con las orejas coloradas.

Si. En realidad, no es un buen momento.

Haikyuu!!-Shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora