EL EGIPCIO: LIFE IN JAIL [DaeJae]

CAPÍTULO VIII - Sucker For Pain

[Parte 1 de 2. A partir de ahora los capítulos de todos mis ffs tendrán entre 1.000 y 2.000 palabras cada uno a excepción de algunos casos particulares. Esto es por el poco tiempo que dispongo para actualizar y la poca inspiración que me queda... Lo siento. Espero que podáis entenderlo y ojalá vuelva a ser todo como era antes. Un beso y gracias por leer. ¡Mua!]

By Yourmyreligion

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Narra YoungJae

–Este es un aviso para todos los reclusos del modulo 4 en el ala oeste de la prisión: vayan a sus celdas, repito, vayan a sus celdas. Vamos a realizar una inspección de seguridad rudimentaria. Todos los reclusos del modulo 4 que no estén en sus celdas en treinta minutos serán sancionados y enviados a aislamiento indefinidamente. Repito, este es un aviso para... 

Podía escuchar la voz de la persona de megafonía retumbar en mis dos oídos como si se trataran de alfileres que atacaban mis tímpanos con la suficiente endereza como para hacerme gritar y bramar de dolor. Podía sentir el temblor de mi mano izquierda al recordar lo difícil que sería para mi volver a pasar por aquel pasillo y subir hasta aquella oscura celda. Podía escucharme a mi mismo rezar por dentro al escuchar los gritos de todas aquellas personas siendo torturadas y privadas de su libertad, y podía, incluso, escuchar mis propios gritos de auxilio.

Pero nada de eso me importo en aquel momento. 

No cuando mi nuca estaba siendo agarrada con tanta fuerza por unas tatuadas manos que querían evitar, por sobre todas las cosas, que yo me marchara de ahí. Apretando con fuerza mi cuello y mirándome a los ojos con una rigidez que me hizo pensar que, aunque ojalá no fuera así, el mismo se daba cuenta del daño que me estaba haciendo con sus anillos en la piel a pesar de que el dolor ya estaba empezando a hacerse notorio en mi cara. Y en mi lengua, y en mis dientes, y en mi boca. Y por más que yo quisiera apartar mi cuerpo de la gruesa pared de metal en la que él estaba apresado, ni siquiera pude moverme un centímetro más lejos.

Estaba siendo dominado por un completo extraño.

Uno demasiado hermoso para existir, sin duda, y el mismo que poseía un escorpión gigante tatuado en su amplio y formado hombro y unos brillantes incrustados en el lado izquierdo de su cara y piel. Y, aunque quise evitar pensar eso desde la primera vez que lo vi, en ese momento no pude hacerlo.

Porque él era todo lo que jamás imaginé.

–Te-Tengo que irme. –Susurré en su cuello en el momento en el que él decidió que estaba bien dejarme respirar. Ni siquiera yo mismo sabía como había sucedido, pero ambos habíamos pasado por lo menos diez minutos besándonos el uno al otro desde que él me había obligado a hacerlo. Y digo obligado, porque yo no quería.

Realmente no quería.

¿Quién quiere besarse en la cárcel con un extraño el mismo día en el que os conocéis? ¿Tú lo harías? No, por supuesto que no. Yo tampoco, y me importaba una mierda que fuera el chico más atractivamente destructivo que había visto nunca. Yo aun era una persona en su sano juicio, después de todo. 

–Oye, Daehyu... –Insistí con una expresión preocupada al ver como él ni siquiera parecía querer moverse de la posición en la que estaba, con una mano en mi nuca y la otra en mi espalda, tal vez tratando así de que yo no pudiera marcharme a pesar de que así lo quisiera. Porque Daehyun tenía una fuerza que ni siquiera podía entender que fuese humana, y mucho menos después de notarla en uno de mis brazos antes de que empezara a hablar. Realmente era un chico escalofriante.