CAPÍTULO XIV - Una mala decisión

627 75 29
                                    




Narra YoungJae

Daehyun se quedó callado por un momento, aceptando todos los golpes que yo le estaba dando al mismo tiempo que estallana en risas. Yo suspiré indignado, ni siquiera sabía si podría llegar a llorar en ese momento o simplemente ir directo a la sala de las calderas y prenderme fuego. ¡Hijo de...!

–¿De qué coño te ríes, gilipollas? –Grité, clavando con fuerza mis uñas en sus brazos cuando noté como sus manos empezaron a rodar de mi pecho a mi cintura, y de mi cintura, a mi baja espalda. ¡Será...! –¡No me toques, pervertido de...!

–¿Y por qué no? –Preguntó Daehyun, acariciando mis mejillas con su nariz al mismo tiempo que ronroneaba en ellas. –Me gusta tu cara cuando te pones celoso... –Agregó, sonriendo cerca de mi y mordiendo sin previo aviso mi mejilla derecha.

¡Ahora si que la has cagado, cabrón!

–¡Te he dicho que no me toques, imbécil! –Dije de pronto, golpeando su pecho con mi codo y tratando de liberarme al mismo tiempo. Daehyun paro sus movimientos por un momento y aflojo el agarre de mis brazos, dejándome la total libertad para escapar de él en ese mismo instante.

Pero no lo hice. No podía hacerlo porque eso solo podía significar una cosa: no volver. Y si no volvía, entonces Daehyun tampoco lo haría. Y yo no podía dejarle.

Él no podía dejarme.

–Te-te dije que pararas, idiota. –Dije sin más, desviando la mirada al suelo del pasillo al mismo tiempo que me preguntaba a mi mismo en mi cabeza que era lo que estaba haciendo. –Vamos, Daehyun, no ha sido para tanto. Levanta y... –Añadí, agarrando sus hombro con mis manos apunto de empezar a temblar con locura. Ni siquiera sabía cómo iba a reaccionar él después de la patada que le había dado, pero sin duda y por mi bien, esperaba que no del todo mal. –Lo siento, yo no quería hacerl-

–YoungJae. –Dijo Daehyun de la nada, apoyando una de sus manos en la estantería en donde estaba su bandeja de comida. –Voy a olvidar esto. ¿Me oyes? Voy a hacer como si nunca hubiera pasado. –Agregó, pero aunque yo lo escuchara, ya no lo miraba. Mi vista estaba clavada en las uñas de Daehyun clavandose con una fuerza inhumana en la madera de la estantería. Estaba sangrando. Mucho. Estaba sangrando como si estuviéramos en el mismo infierno y él parecía no sentir dolor. Parecía no ser capaz de sentir... Nada. –Pero mucho, mucho cuidado con lo que haces a partir de ahora. No se si seré capaz de contenerme se nuevo. ¿De acuerdo, juguetito? –Y aunque eso era algo que ya sabía desde el principio, realmente me impactó. Porque sí el tener la mano completamente ensangrentada era solo una dura ilusión para no caer y hacerme todo ese daño a mi, entonces, Daehyun...

¿Todo ese dolor que ahora estás siendo capaz de soportar por mi, algún día me lo devolverás?

–Yo... no quería hacerlo. –Dije sin más, mirando las manos de Daehyun con ansiedad y adrenalina al mismo tiempo que las agarraba y trataba de limpiarlas en mi uniforme. Debía avisar a alguien rápido para que lo atendieran, pero era imposible. Daehyun no estaba en su celda y probablemente, eso era algo que los funcionarios ya sabían. Pero si ya lo sabían, entonces... ¿Por qué nadie hace nada?

–¿No? –Respondió Daehyun, mirándome fijamente sin perder ningún tipo de detalle de mi cara de preocupación. Por él. –Claro que querías. ¿Si no por qué lo has hecho? –Agregó, y entonces recordé de nuevo. Todo. Y supe que tenía que recordar antes de que fuera demasiado tarde.

–¡No lo hubiera hecho si tú no fueras tan mentiroso, idiota! –Grité al mismo tiempo que soltaba sus manos al ver su estúpida y egocéntrica sonrisa.
De nuevo. Será... –¿Sabes qué? ¡Qué te den! ¡Y que curen las locuras que te haces tu mismo los otros chicos con los que juegas! –Dije antes de separar sus manos aún ensangrentadas de las mías y alejaba mi cuerpo del suyo. No sabía si tenía el derecho de enfadarme, pero yo iba a hacerlo de todos modos. Porque yo me estaba ilusionando... Y él lo sabía. Por supuesto que lo sabía. –Me voy, y no tendrás que preguntarme por qué he vuelto de nuevo aquí abajo. ¡Porque no pienso hacerlo! –Y, sin más y después de notar cómo algo se alejaba con rapidez de mi, volví mi cuerpo hacía atrás, completamente consciente de que debía salir de ahí antes de verle la cara y cambiar de opinión. Porque no podía cambiar de opinión, no podía, sin duda. No...

EL EGIPCIO: LIFE IN JAIL [DaeJae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora