EL EGIPCIO: LIFE IN JAIL [DaeJae]

CAPÍTULO XX - Todavía te quiero

[Hola, mis queridas lectorxs <3

Se que voy tarde con las actualizaciones, lo se, lo se, pero no puedo hacerlo más rápido. Este capítulo no iba a ser tan largo, se suponía que hoy iba a sacar los dos a la vez (el 20 y el 21), pero al final he tenido que posponer la fecha... Ojalá, por Dios, lo tenga para el día sábado. Realmente quiero actualizar NOTS y YTSV antes de irme de viaje, así que vamo a rezar.

No voy a decir mucho de este capítulo, too much drama pero es lo que toca. Amo al YoungJae que he creado en El Egipcio, de verdad, es muy yo. Y bueno, es que no podíamos esperar otra cosa de él. Me hubiese gustado que hubieseis leído el capítulo siguiente y este a la vez pero no ha podido ser, jo. ¡Pero eso no significa que no quiera que lo leáis, eh! Haha 🌺

Se que este capítulo os dejará a todas con el moco, pero también se que me lo agradeceréis para todo lo bueno que viene después. El capítulo XX os encantará, pero es que el XXI os fascinara.

Un beso a todas mis lectoras, muchas gracias por todo el apoyo a mí y a mis fanfics, pero sobretodo a B.A.P

Ya sabéis, por ellos son todas estás historias. Un beso enorme y nos vemos prontito en este y en todos mis demás fanfics. ¡MUA!]

By Yourmyreligion

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Narra YoungJae

–Juno, vamos... –Dijo Zelo, susurrando bajito palabras de ánimo que yo ya estaba empezando a odiar escuchar mientas trataba de evitar que siguiera aruñando mi cara con mis manos. –Deja de hacer eso, vas a hacerte daño de verdad, joder. –Añadió él, y yo ya no supe que hacer, si seguir callado tratando de aguantar todo lo que estaba sintiendo dentro mío en ese momento o decirle en su cara lo hijos de puta que eran en realidad.

O tal vez, podía hacer los dos.

–No me vuelvas a llamar así, bastardo. –Dije, levantándome por fin del suelo después de haber pasado casi diez minutos con la mirada fija solo en el. Mis piernas temblaban y mi corazón, ahora casi inservible, empezó a latir de la forma más violenta en el momento en el que escuché como Daehyun, o mejor dicho, El Egipcio, le gritaba a todo el mundo que estaba detrás de la puerta del comedor que se fueran de ahí para poder cumplir las normas del nuevo Rey de la cárcel, tal como lo había pedido.

Claramente estaba burlándose de mí, y claramente también me estaba haciendo pedazos. Uno a uno, poco a poco, y yo los estaba viendo caer al suelo sin pensar siquiera en recogerlos.

–Vosotros sabíais quien era él, lo sabíais y no me dijisteis nada. –Dije, sacando esas palabras de mí boca como podía. Mi pecho seguía latiendo demasiado duro, demasiado fuerte, como si su única intención fuera arder dentro de mí. –Todo este tiempo he sido engañado... todo este tiempo, yo, con el asesino de mi novio... –Dios, ni siquiera podía decirlo sin sentir ganar de vomitar. –No puedo creer que Dios haya permitido algo como eso. No puedo creer que haya permitido que me engañarán así, todo ha sido una mentira... Estoy... Me siento... Sucio, y horrible, y...

–Juno, por favor, tienes que calmarte. –Contestó Sehun, perdiendo la compostura en el momento en el que se hizo completamente visible lo morados que se estaban poniendo mis labios al no poder respirar con naturalidad. Y es que no podía, quería seguir respirando pero ni siquiera podía hacer el intento. Me faltaba el aire como a nada, y cuando la sensación de asfixia se hizo tan dura de aguantar que ni siquiera me dejo seguir hablando, Sehun corrió a agarrarme entre sus brazos de nuevo. –Oye, hey, Juno. ¡Hey! ¿Estás bien? –Gritó él, apretando mi cuerpo contra el suyo para tratar de hacer que reaccionara. Por dentro quería decirles miles de cosas más, quería decirles que no entendía como habían podido dejar que me pasará algo como eso cuando se suponía que ellos iban a cuidar de mí y que no dejarían que me ocurriera nada malo, quería decirles que ellos me lo habían jurado y yo me lo había creído y había sido un poco más feliz... pero no pude hacerlo.