—¿Sabes qué sería fantástico? —dije, lamiendo la cuchara plástica de entre mis dedos.
—¿Qué? —preguntó Abril, introduciendo su cuchara en mi helado.
—¡Oye! —chillé, golpeando su mano. Abril rio, metiendo mi helado de brownie en su boca.
—No pierdas el hilo de tu conversación, cariño. ¿Qué? —me incitó a continuar.
Yo suspiré, antes de decir —Sería fantástico poder comerme cuatro de éstos sin vomitar.
Abril alzó una ceja, mientras lamía su cuchara. —Si pudieras comerte cuatro de éstos sin vomitar, tendrías cuatro veces tu tamaño. —bromeo.
—Quien sabe, quizás algún día logre mi cometido y sea tan grande que no me quepa ropa extra, extra, extra grande. —dije, encogiéndome de hombros.
—¡Oh, mierda! —masculló Abril.
—¿Qué?, es sólo una broma —dije, mirando su rostro pálido y horrorizado.
—N-No... —dijo mirando sobre mi hombro —, no vayas a mirar hacia atrás, Rachel. No lo hagas.
Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho y traté de no entrar en pánico mientras miraba por encima de mi hombro.
Wesley Tucker caminaba dentro de la cafetería. Mi corazón comenzó a latir a una velocidad antinatural. Había una cafetería por sector. Cuatro sectores en total y él tenía que elegir la cafetería del sector en el que yo estudiaba. ¿Acaso no podía ser peor todo esto?
Wesley miró en dirección a nuestra mesa y sonrió, saludando a Abril con una mano alzada.
Ella le devolvió el gesto, pero lucía forzada. Wesley me dedicó una rápida mirada y volvió su vista hacia donde él caminaba. Compró una lata de refresco y un sándwich. Yo no podía apartar la vista de él. Lucía tan familiar y al mismo tiempo, tan diferente.
—Deja de mirarlo, Rachel. Si no quieres que sepa quién eres, deja de mirarlo de esa forma. —me dijo Abril.
Desvié la vista un segundo y lo vi sentarse a pocas mesas de donde nosotras nos encontrábamos. Hundí la cuchara dentro de mi helado y me obligué a comerlo. Mi capacidad de comer helado se había reducido a casi nula. Hacía un par de minutos estaba alardeando acerca de comerme cuatro y ahora no podía tragar una sola cucharada.
De pronto, pude ver como una chica de cabello largo y castaño abrirse camino hacia la mesa de Wes. No pude evitar seguirla con la mirada. Era hermosa en todas las formas en las que yo no lo era. Alta, de cuerpo delgado del tipo "debería ser modelo", piel trigueña y perfecta, mirada seductora y labios pequeños. Todos los chicos que iban con Wes se quedaron mirándole como si fuera un trozo de la carne más deliciosa del mundo.
Wesley apenas tuvo tiempo de alzar la vista cuando ella se inclinó sobre la mesa, hacia él. Wesley le sonrió suavemente, de la forma en la que me había sonreído alguna vez. Ella estaba de espaldas a mí, pero podía ver todas las reacciones de Wes cuando ella le hablaba. Él sonrió, mostrando todos sus dientes y me sentí enferma. Estúpida. Tres meses y una chica como ella sería suficiente para que Wesley Tucker se olvidara de mí.
Aparté mi vista de la escena, pero Abril seguía mirando fijamente.
—¡Wow!, ¿A quién vas a matar con la mirada? —la voz de Dakota me hizo pegar un salto del susto.
—¡Dios, Dakota!, ¡Casi me matas del jodido susto! —solté, mirándolo con irritación.
Dakota sonrió y besó a Abril en la mejilla, sentándose a su lado. —Si la mirada de Abril matara, Wes y Stella ya estarían muertos.
Stella... Así que ese era su nombre.
Abril le dedicó una mirada de muerte a Dakota y dijo —¿Cómo sabes el nombre de esa?
Dakota alzó los brazos, como si estuvieran amenazándole con una pistola. —Tranquila, amor. Stella es la capitana del equipo de porristas, todo mundo sabe su nombre.
"Capitana del equipo de porristas." añadí a la lista de cosas por las cuales Wesley se olvidaría de mí en un corto periodo, si no es que ya lo había hecho.
Abril miró a Wes unos segundos más antes de mirarme con una especie de remordimiento y lástima. Yo tenía que salir de ahí o iba a explotar en mil fragmentos.
—Tengo clase en diez minutos —dije, poniéndome de pie, sonriéndoles a Dakota y Abril lo mejor que podía.
Dakota me miró, como si ahora comprendiera el porqué de mi apresuramiento. —Wes no quiere nada con Stella. Apenas se conocen. Sólo son amigos. Él me lo ha dicho. —me dijo, como si tuviera que darme alguna explicación.
Yo miré a Dakota y me encogí de hombros, intentando disimular el dolor de mi pecho. —Está bien si quiere algo con ella. Ya no somos nada desde hace un par de meses. No me molesta.
Abril me miró como si yo fuera a romperme, pero sonreí y salí de la cafetería. Definitivamente sería un semestre terrible.
~*~
"Hey, esperaba verte en el campus." Recibí en un texto de Wes aquella tarde.
Yo mordí mi labio inferior antes de responder: "Seguro me viste y ni siquiera me reconociste."
"¿Serías capaz de no saludarme?" recibí a los pocos minutos.
Miré el texto unos minutos antes de responder con un simple emoticón: "(:"
"Rachel, ¿es en serio?, ¿así será de ahora en adelante?, ¿vas a pasar frente a mí sin saludarme siquiera?, ¿nunca vas a aceptar ser mi jodida amiga?, no te estoy pidiendo que seas mi novia porque sé que lo jodí todo. Lo sé. Pero quiero verte. Quiero poder mirarte. Quiero saludarte por las mañanas y saber que eres real." Me respondió.
Tomé una inspiración profunda antes de escribir: "No soy Stella Maxwell, eso puedo asegurártelo. No te pierdes de nada al no verme, Wesley. Soy tan real como tú quieres que sea, no puedes exigirme que acepte verte cuando aún no estoy lista para ello. Debo ir a cenar. Adiós."
Bajé por las escaleras de la casa, con las manos temblorosas y un nudo horrible en la garganta. Me obligué a comer el filete que había preparado mi madre y a responder sus preguntas sobre la universidad, el primer día y todas esas cosas. Había dejado el celular en mi habitación, sobre mi cama, pensando que sería suficiente para mantener a Wes lejos de mí durante la cena, pero lo único que yo quería hacer era correr a ver si me había respondido.
Me obligué a permanecer abajo hasta terminar mi tarea, antes de subir a ducharme. Entré a mi habitación y tomé una toalla y, estaba a punto de salir de mi habitación, cuando vi unas luces parpadeando en mi celular.
Me acerqué a revisarlo y el corazón me dio un vuelco al ver que Wesley me estaba llamando por teléfono.
—¿D-Diga? —tartamudeé, respondiendo.
—¿Qué tiene que ver Stella en todo esto? —espetó, enfurecido.
Yo apreté mis párpados fuertemente, obligándome a tragar el nudo de mi garganta. —N-Nada. Sólo estoy diciéndote que no soy tan guapa como ella.
—Stella es sólo una amiga. —siseó Wes.
—¿Estás justificándote, Wesley? —dije, sintiéndome cada vez más enferma. Wes ya estaba defendiéndose y yo ni siquiera había abordado el tema de Stella como para que lo hiciera.
—¡No! —dijo, exasperado.
—¿No?, pues eso parece —espeté, cada vez más enojada, cada vez más impotente..., cada vez más celosa.
—No me estoy justificando, maldita sea, sólo... Sólo ha habido un asqueroso rumor acerca de mí y ella, siento más que amigos. No es cierto. Sólo somos amigos. —dijo, en un susurro resignado.
—No tienes absolutamente nada que explicarme, Wes. —dije, cortantemente.
El silencio se extendió entre nosotros.
—Bien. —dijo Wesley, igual de cortante que yo.
—Bien. —repetí.
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Though you can see me 2 [Wesley Tucker]
Fanfic¡Segunda temporada! -¿Y-Ya no quieres estar conmigo? -tartamudeó él, con la voz enronquecida. Apreté los puños con fuerza. -N-No, Wes. -dije, porque era cierto. •••••••••••••••••••••••••••••• Historia completamente original por Sam Leon