Capítulo 7

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Al salir del campus estaba eufórica. Quería gritar y reír al mismo tiempo. Wesley no estaba con Stella, Wesley aún no me olvidaba, Wesley quería buscarme y yo moría porque lo hiciera. Estaba inmersa en mis pensamientos. Realmente quería estar con él. Realmente quería que se diera otra oportunidad entre nosotros. No había cosa que deseara más que eso.

—Mira qué bonita sonrisa presumes hoy —una voz conocida me hizo mirar hacia todos lados.

Pude mirar a un chico enfundado en unos vaqueros entallados de color negros, una playera de mangas largas y unos ojos azul intenso me miraban. Andrew Roldan caminaba hacia mí con una sonrisa pintada en los labios. Yo le devolví el gesto.

—¿Alguna vez te han dicho que tienes una sonrisa preciosa? —dijo, mientras metía sus manos en los bolsillos de sus vaqueros.

—No realmente —dije, sintiendo el rubor subir por mis mejillas.

—Me alegra ser el primero —dijo deteniéndose frente a mí. —. Olvidé pedir tu teléfono la otra noche. De no haber sido así, ten por seguro que te habría acosado todo el fin de semana.

Una sonrisa se deslizó por mis labios, Andrew era un chico bastante agradable. Era fácil charlar con una persona como él.

—No te emociones tanto, sigo sin superar los pasos de Michael Jackson. —bromeé haciendo una mueca de desagrado.

—¡Eso hirió mi orgullo! —bromeó haciendo una mueca de dolor.

—Un poco de realidad no le hace daño a nadie. —dije, alzando mis cejas con superioridad.

—¿Vamos por un helado? —dijo, de repente.

Yo miré los libros que cargaba. —Tengo bastante tarea, ¿sabes? —dije haciendo una mueca.

—¡Oh, vamos!, un helado no te hará reprobar ninguna materia —dijo.

—Pero no terminar una tarea importante, si. ¿Lo dejamos para otro día? —pregunté.

—Con una condición...

—¿Cuál?

—Déjame llevarte a casa. —Andrew me guiñó el ojo.

Me mordí el labio inferior, dudosa. —No creo que sea buena idea, Andrew. —dije, finalmente.

—¿Estás desconfiando de mis buenas intenciones, Rachel? —inquirió, alzando una ceja.

—No es eso...

—¿Entonces? —me interrumpió.

—Sólo no creo que sea una buena idea. —dije, porque era cierto. No se sentía bien aceptar que me llevara a casa.

Andrew me regaló una sonrisa entendedora y dijo—: Escucha, sé que aún no estás lista para salir con nadie y no pienso presionarte. Sólo quiero conocerte. Ser amigos está bien para mí.

Una sonrisa tímida se filtró por mis labios. —Amigos suena bien. —dije.

—¿Te llevo a casa, entonces?, como amigos que somos. —Andrew sonrió radiante.

—De acuerdo —dije, rodando mis ojos al cielo.


Tras treinta minutos en el auto de Andrew, llegamos a mi casa. Andrew era la clase de hombre con el que podías hablar de todo y nada sin sentir que el tiempo pasara a velocidad normal. Era la clase de chico que te hacía reír todo el tiempo y te hacía sentir cómoda con sólo una sonrisa. Yo bajé de su auto, agradeciendo el aventón, y corrí hacia la entrada, buscando mis llaves en mi bolso. 
Cuando entré a casa, me tope de frente con mi madre. —¡Rachel! —dijo sonriendo.

—¿Hola? —saludé, frunciendo el ceño, confundida por su enorme sonrisa.

—¿Por qué has tardado tanto?, ¡Wesley vino a buscarte!, acaba de irse. Dijo que volvería otro día. —dijo mi mamá completamente emocionada.

Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho y comenzó a latir a una velocidad impresionante. —¿E-En serio? —tartamudeé.

—¡Sí! —dijo mi mamá sonriendo.

No lo pude evitar, una sonrisa enorme se deslizó por mis labios y me mordí el labio inferior. Estaba pasando. Finalmente Wesley estaba buscándome. Y ésta vez, yo no iba a impedir que lo hiciera.


Después de cenar, subí a mi habitación. Había terminado mi tarea temprano así que me dispuse a navegar por internet. Comencé a escuchar música mientras leía un par de publicaciones de la red social que se encontraba de moda antes de recibir un mensaje de texto:

"Odio cuando no sé de ti. Odio ser orgulloso. Odio ir a buscarte y no encontrarte. Pero sobre todo, odio extrañarte como lo hago."

Mi corazón me dio un vuelco dentro de mi pecho y tomé una inspiración profunda antes de comenzar a escribir:

"Odio ser orgullosa. Odio no estar aquí cuando me buscas. Odio no tener el valor de pararme frente a ti y decir: Soy yo. Pero sobre todo, odio extrañarte hasta que duela."

Apagué el computador en la espera de otro texto.

"¿Por qué tenemos que complicarnos tanto la vida?, en verdad quiero verte. En verdad quiero que me des la oportunidad de demostrarte que no soy el idiota superficial que crees que soy. Me dejaste amarte cuando no podía verte. Déjame amarte ahora. Soy el mismo. No he cambiado."

Mi corazón comenzó a latir con fuerza dentro de mi pecho.

"Me da miedo, Wesley. No soy tan bonita como Stella, ni siquiera soy bonita como Abril. Soy tan insignificante que podrías haberme visto pasar frente a ti tres veces y ni siquiera te habrías dado cuenta." Escribí.

Dos minutos después recibí:
"Déjame a mi hacer mis propios juicios. No me juzgues por lo que fui. Tú sabes lo que siento por ti. Tú sabes cuánto te echo de menos. Tú sabes que no puedo estar así. Déjame verte."

Cerré mis ojos con fuerza y escribí:

"Dame unos días. Sólo... Dame tiempo para armarme de valor. También quiero verte, pero necesito tiempo."

"¿Cuánto?" escribió.

"No lo sé." Respondí.

"Rachel, ¿Cuánto tiempo?" recibí.

"Una semana." Respondí.

"Lo esperaré ansioso. Te extrañaré como loco hasta entonces." Recibí

Y después de eso, no tuve el valor de responder.

Though you can see me 2 [Wesley Tucker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora