—¡Señorita! ¡Por favor baje de ahí! —una voz femenina me gritaba para que obedeciera sus órdenes.
—¡Por favor, váyanse! —dije apenas.
No podía pensar más que en caer. Todos estaban mirándome; tal vez pensaban que era una loca que había escapado del manicomio, pero no lo era. Solo estaba muy lastimada y dolida. Me preguntaba una y otra vez, ¿Cuándo empezó todo esto? ¿Por qué dejé que me lastimaran tanto? ¿Por qué amé de tal forma y me pagaron así?
—¡Luna debes bajar ahora, solo piensa en ti, en tus padres!
Aquella voz la pude reconocer, dejando a un lado mis preguntas sin respuesta alguna regrese la mirada para darme cuenta que él estaba ahí, gritando como si en verdad esto le importara. ¿Es enserio? Mi vista empezó a nublarse y las lágrimas estaban brotando de nuevo de mis ojos y se opacaba cada vez más. Estaba subida en el tablero de un puente, decidida a caer hacia aquella absoluta oscuridad, La Luna me miraba desde lo alto del cielo con decepción, no podía culparla hasta yo no podía creer todo lo que había pasado.
Luna estoy aquí y si me das la mano, podrás bajar y volveremos a casa —su voz se acercaba más y eso no me gustaba.
—¡Aléjate, maldito idiota! ¡Aléjate, hijo de puta!
—Ven, solo toma mi mano, todo estará bien —su voz era tierna algo consoladora y con la manipulación de siempre que la caracterizada.
—¡Señor, aléjese es peligroso! ¡La señorita podría lanzarse al verse atrapada!
—¡¿Qué?! ¡¿Acaso no ve que si no hacemos algo se va a lanzar?!
—¡No es la forma, usted la está presionando!
¿Por qué estaba aquí? Landon, maldito seas, porque no tan solo te vas y me dejas hacer esto en paz. Mis piernas temblaban ya no podía resistir más tiempo de pie, mis ojos ya solo querían descansar, parar de llorar de una vez por todas. Cerré los ojos y extendí mis brazos como si fuera un ángel a punto de volar e inmediatamente me perdí en una absoluta oscuridad. Solo sabía algo... era el fin.
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A 1300 Kilómetros de Distancia
RomanceAutora: A ti que estás leyendo esto... a veces la vida es como un arco y tú eres como una flecha, muchas veces te hala tan atrás que piensas que jamás vas a poder de nuevo sobresalir pero llega un momento en el que por fin te suelta y sales hacia d...