Capítulo 3

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Aún lo amo

Era Lunes, me levanté temprano para poder ir al colegio, la noche anterior no había conversado con nadie estaba muy asustada por la conversación de Alii y Lenin. El chico de nombre raro me había escrito pero no leí sus mensajes no tenía ganas de nada.
Salí de mi casa para poder tomar el bus pronto, cuando llegué al colegio conecté mi celular al WIFI para poder conversar con alguien y responder a los mensajes que aún no había leído de la noche anterior. Y ahí estaban ya no tantos pero si unos pocos, respondí a todos sin darles importancia ya me había divertido lo suficiente el fin de semana era hora de volver a mi infernal realidad.
En clase de Matemáticas debíamos hacer un trabajo en parejas le propuse a mi mejor amigo que hagamos el trabajo juntos y él aceptó.

—¿Quieres que te cuente algo? —pregunté a Pablo que estaba muy concentrado escribiendo los ejercicios de la pizarra a la hoja de papel.

—¿De qué se trata? —preguntó sin darme importancia.

—Es sobre Lenin —respondí.

Pablo estaba tan sorprendido que me miró con una cara de horror, dejó todo a un lado y me tomó de los hombros.

—¿Qué pasa con él? ¿Te hizo daño? ¿Luna qué pasó con ese chico?

—Bueno... Alii, ¿La recuerdas? —pregunté

—Sí, es tu prima vive al Norte ¿Qué pasa con ella? —respondió.

—Lenin le escribió la semana anterior y le dijo según él, que unas personas le han dicho que me advierta porque me van a hacer daño.

—A de ser un plan por si es que te hace daño para que a él no lo vayan a involucrar.

—De eso también estoy segura, ahora debo tener cuidado no sé qué planea pero sé que no es nada bueno.

—Y... ¿Ya no lo amas verdad? —preguntó Pablo con timidez.

—Estoy segura que ya no, ha pasado un mes desde que terminamos y no lo he vuelto a ver —respondí con un pequeño dolor en el estómago.

—Espero que así sea no quiero pensar en que todavía lo ames y haya un... regreso —comentó mi mejor amigo.

—Estoy segura, tranquilo, ahora hagamos matemáticas debemos acabar pronto —dije mientras tomábamos los papeles y esferos.

El día en el colegio paso muy lento como siempre, puse mucha atención en todas las materias y en hora de recreo pude tomar el sol durante los pocos minutos que nos permitían permanecer en las afueras del aula. Después tipo 12:50pm pude almorzar en el colegio con mis amigas para así poder resistir lo que nos quedaba de clases.
Al final de las clases las cuales acababan tipo 3:00pm recogí todos mis cuadernos y me dirigí a mi casa, durante el trayecto de vuelta a casa me puse a pensar en Lenin, habían muchas dudas que tenía y entre todas ellas era el porqué de hacerme daño, ¿acaso había hecho algo malo o en contra de él? Bueno no pude responder a mis dudas y me resigne al final así que dejé de pensar en él y en toda su vida, en el maldito día que me escribió por primera vez y en el estúpido encuentro en el que nos enamoramos a primera vista dando como fruto una relación de siete meses.
Cuando entré a casa lo primero que hice fue conectarme a Facebook, mamá no estaba y pensé que debía darme un merecido descanso después de haber soportado 11 horas clase; cuando entré a mí cuenta habían pocos mensajes uno era de Alii y otro de Pablo preguntando si había llegado bien a casa, respondí rápidamente a los mensajes después de unos minutos obtuve una respuesta de Pablo.

—En la salida del colegio me fui con unos amigos hacia la parada del bus y les pregunté que si no lo habían visto a tu ex novio —me dijo.

—¿Y ellos que te dijeron? —pregunté.

—Uno de ellos me dijo que la anterior semana lo habían visto casi todos los días.

Me quedé fría, Lenin estaba siguiéndome y también me espiaba, me quedé durante cinco minutos sin saber que hacer pensando en que si yo fuera él ¿Qué haría? ¿Qué planearía?

—Luna, ¿estás bien? —decía el mensaje de mi mejor amigo preocupado.

—No tanto —respondí.

—Eso me dijeron y no me avisaron porque pensaban que tú y él habían vuelto.

—¿Y si lo que quiere es cuidarme? —pregunté aunque no sabía de donde mierda había salido esa pregunta tan ilógica.

—No creo, él ya no es nada para ti.

—¿Y si aún me ama? —pregunté otra cosa ilógica nuevamente.

—No sé pero espero que no te pase nada malo, solo me tienes a mí y eso no basta ya que... él... él es un... tú ya sabes.

—Lo sé un pandillero —admití con algo de vergüenza por mi pasado.

—No te vayas a ofender ¿vale?.

—No te preocupes, no pasa nada.

—Venga hagamos deberes.

En cuento dijimos eso cada uno cerró su cuenta, me concentré en las tareas del colegio y traté de olvidarme de Lenin ya se había hecho muy noche y debía terminar rápido.

Eran ya las 23:15pm y un mensaje llegó a mi WhatsApp era el chico de Perú, el de la otra noche, el del nombre extraño, dejé a un lado mis esferos y cuadernos, me levanté del escritorio y fui a la cama, me lancé a ella y leí el mensaje.

—Hola Luna ya no hemos hablado ¿estás enojada conmigo?

—Hola, claro que no, solo que tengo unos problemas, estoy preocupada y triste —respondí.

—Si quieres puedes confiar en mí.

—No es necesario tranquilo.

—Vale.

—Bueno... debo hacer tareas del colegio cuídate mucho.

—¿Te vas? Por favor... nada olvidalo

— Vamos, dime. 

— Quiero que te quedes conmigo.

—¿Quieres que me quede contigo?

—Sí, sí, me gustaría. Por favor —admitió.

Sonreí porque habían pasado varios días desde que alguien me dijera que me quedara con él. 

—Entonces me quedó junto a ti hasta que acabe los deberes pero te advierto que mi hora de dormir es típico a las 3:00 de la madrugada —respondí algo divertida.

—No importa, será lindo porque estaremos hablando —respondió finalmente.

Me quedé con él hasta la madrugada era un gran chico noté que le encantaba el Inglés por el contrario yo lo odiaba, puto idioma, solo en pensarlo quisiera morirme; me comentó que tenía un hermano mayor, un hermano menor a él al cual le seguía una hermana de 13 años; vivía con sus padres exactamente en Lima a unas pocas horas del mar.
Me contó un poco como era su trabajo de lunes a viernes, trabajaba en un RestoBar luego en la noche estudiaba inglés en una academia y los sábados en la noche, trabajaba de Bartender en una discoteca.
Yo no le conté mucho de mí, no quería que se decepcione y que dejemos de hablarnos, no porque me gustaba sino porque era con quien hablaba durante la noche, era una gran compañía nada más.

—He terminado al fin, creo que debemos ir a dormir tú mañana trabajas —escribí mientras guardaba mis libros para el otro día de colegio.

—Ha sido genial Luna creo que dormiré muy bien —sentenció.

—Entonces cuídate mucho y que tengas un grandioso día mañana —escribí en forma de despedida.

—Linda noche a ti.

Cuando me acosté y pude dormir soñé con Lenin, me iba a ver al colegio y me decía que me amaba, prometía que iba a cuidar de mí y que nada me iba a pasar. Yo también decía que lo amaba y nos dábamos una oportunidad después de ello un pequeño beso y me acurrucaba entre sus brazos. Había algo en él que era diferente, algo que hizo que dejara de mirarlo y solo ver su pecho junto a mi rostro; era una pesadilla.
Desperté pensando en él y tenía ganas de volverlo a ver quería estar con él de nuevo, sentí que lo extrañaba y que lo amaba... A pesar de todo aún lo amaba, que no importaba cuán rota esté él siempre va a ser el dueño de cada uno de mis pedazos. 

A 1300 Kilómetros de DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora