Capítulo °14°

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Pov Siwon

–¿El padre sabe que saliste? –Le pregunto a Donghae con un tono de voz que sobrepase a la alta música. Pero el se encoge de hombros y niega con la cabeza. «Esto es más complicado de lo que parece». Todavía no creo que veo a Donghae aquí, en este tipo de lugares. Todavía no creo verme en este tipo de lugares. Y mucho menos aceptando una copa con líquido amarillo.

–¿Que es? –Pregunto temeroso.

–Tu solo tómalo. —Ordena HeeChul. Acerco la pequeña copa a mis labios. La alejo de nuevo dudoso. Sé que es alcohol, pero aún tengo la esperanza de que HeeChul me deje abandonar la promesa. Pero cuando lo miro, el no tiene expresión piadosa, sino de expectación. Le suplico con la mirada que no me haga hacerlo, pero no vale de nada.

–Si tardas más te beberás cinco.

Y asustado, me lo bebo todo de un tirón.

La garganta me arde mientras el líquido viaja a través de ella. El sabor, el sabor era, odio admitirlo pero, aunque es desagradable la sensación, el sabor es indescriptible. Es dulce, ácido y además amargo. Pero es muy sabroso. Sonrío y HeeChul también. Por eso me tiende otra copita y yo abro los ojos enormemente.

–Dijimos un trago –Digo alzando el dedo índice.

–Uno más no le hace daño a nadie. Además no tienen alcohol. –¿Que?. Parece leer mis expresión porque me responde de manera aburrida, que es una bebida con muy poco alcohol.

–Gracias. –Digo y acepto otra copa. Y otra. Y otra más. Y cuando me doy cuenta, ya me he cargado con todo un litro.

La cabeza me da vueltas y veo doble. Eunhyuk o -Como se hace llamar- Hyukjae, insiste en llevar a Donghae a la pista de baile, mientras que el pobre chico solo niega con la cabeza y sonríe como bobo debido al exceso de alcohol -Que al igual que yo- ha ingerido. Heechul, quién esta sentado a mi lado, me observa divertido y por mi cabeza pasa verme igual de tonto que todos los borrachos del bar y me avergüenza.

–¿Quieres más? –Pregunta y mi cabeza crea tantas posibles respuestas que abro la boca para que mi cerebro actúe con forme a la situación. La voz me sale ronca y digna de un casanova empedernido.

–Yo siempre quiero más –Una frase que llena el rostro de Heechul de incredulidad y sorpresa. «¿No esperabas esa eh?». Mis pensamientos son tan independientes que me brindan un sentimiento de libertad. Me bebo la copa de un solo trago. Y mientras más aumento el número de copas, mas libre me siento. Y ser libre se siente bien. Por eso me acerco más a mi acompañante y le paso mi brazo derecho por encima de sus hombros. Siento que se tensa pero no le presto atención. Ahora puedo hacer lo que quiera sin restricciones.

Donghae al fin acepta la invitación del rubio y tambaleante se dirigen a la pista. Cuando los pierdo de vista observo a HeeChul que mira hacia todos lados menos a mi cara, me molesta. Tomo su suave mentón entre mis dedos y con un poco de fuerza giro su rostro hasta que queda a centímetros del mío.

Su rostro tan perfecto me lleva a la locura sus ojos son tan grandes que me hipnotizan, sus pómulo me incitan a acariciarlos, pero sus labios rojos y gruesos... me llevan al paraíso.


Las manos me arden y la única forma que encontré para aliviarlas, fue colocarlas en el cuerpo delgado de mi acompañante, la izquierda en su cintura y la derecha en su nuca. Me facilitaron mejor la tarea y pude pegar más nuestros cuerpos. Algo húmedo se coló de repente en mi boca haciéndome delirar y sin perder un solo segundo, añadí la mía a la batalla.


Nos vimos en la necesidad de separamos por la falta de aire y fue cuando pude darme cuenta de lo que había hecho. El poder que me había dado el alcohol se desvaneció como la niebla e inmediatamente el terror se instaló en mí. Me levanté de un salto. No podía despegar la vista de Heechul y al parecer el tampoco de mí. Por eso volví a armarme de valor. Lo tomé del brazo y volví a besarlo y esta vez con mucha más pasión.



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