Capítulo °7°

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Pov HeeChul

Climax. Un nombre perfecto para el tipo de bar donde trabajo. Hombres y mujeres solo vienen para buscar a alguien con quien acostarse o a emborracharse hasta caer en coma. Se puede encontrar de todo, desde inocencia -la cual quieren perder- hasta bestialismo.

El lugar es bastante grande. Ocupa la mitad de la cuadra y tiene dos pisos. El primero es para las personas alocadas que quieren restregar su cuerpo con alguien. Mientras que el segundo, son solo salones privados muy bien amueblados, con vista a la pista de baile. La mayoría de las personas que piden privados, son para despedidas de solteros o simplemente alguno que otro morboso que quiere disfrutar un show. Pero por supuesto, bajo la estricta norma de "Ver y no tocar". Aunque nunca falta un idiota que rompa esa regla y es por eso que hay cámaras en todos los salones. Si alguien se propasa, llegan los chicos de seguridad a patearle el culo, literalmente.

La música que se reproduce es a petición del público. Si a los demás les gusta tu elección la reproducen completa, pero sino, te abuchean y la quitan de inmediato. Esto es muy usado para las dedicatorias de enamorados o para los que quieren decirte de forma "romántica" que quieren acostarse contigo.

-HeeChul, tienes un cliente en el tres. La temática que quiere es la típica, sexy police -Asiento y Kangin sale del "camerino", el cual es solo una habitación con vestuarios de todo tipo, maquillaje, un baño y un enorme espejo pegado en la pared.

Me preparo el uniforme de policía el cual esta diseñado para mostrar cada parte de mi cuerpo sobre la tela. Sin mangas y que deja casi todo mi pecho al descubierto. Lo único completo es el pantalón, pero es tan ajustado que me siento asfixiado más la gorra/sombrero, que va con el traje además de las esposas y el rolo.


Camino hacia el salón, pero antes de entrar me preparo mentalmente con lo que pueda encontrarme, puedo correr con la mala suerte de bailar frente a un psicópata, violador o peor, un homofóbico.


Entro y una melodía que no me suena nada está reproduciéndose. El cliente en el privado también puede elegir la música que quiere escuchar. Lo busco con la mirada y está sentado con la piernas abiertas mirándome como un buitre a la carroña, sonriendo de lado y con una mano acariciando su mentón. Es un hombre joven, y aunque la luz es un poco escasa, puedo deducir que es extranjero.


-¿Te has portado mal? -Pregunto con la voz mas sexy que tengo. Mordiéndome el labio inferior y caminando hacia él mientras contoneo mis caderas al ritmo de la música extraña. El mueble es de media luna y justo en medio está el tubo. Así que me subo a el y comienzo a deslizarme. -Porque aunque no...mmm... voy a castigarte.- Me quito la parte superior del traje con lentitud atento a su reacción. Esta con la boca abierta y constantemente se relame los labios.

-Entonces hazlo -Contesta con la voz ronca. Yo lo observo con una sonrisa que se va al instante cuando levanta una mano y me toca la pierna derecha. Lo aparto al instante y muevo el dedo índice de un lado a otro.

-Sin tocar guapo. -Digo. continúo con mi tarea y me desabrocho el botón del pantalón moviendo mis caderas en círculos y bajando, ayudándome con el tubo para tener más equilibrio.



Y cuando vuelvo a subir el se levanta y me empuja suavemente tomándome de la cintura hasta que mi espalda golpea el tubo. Estoy algo asustado por su reacción, pero no lo demuestro y le lanzo una mirada fría. Pero el solo sonríe y me acaricia las mejillas.



-Eres realmente hermoso. -Dice y yo lo empujo suavemente pero no se mueve ni un centímetro. Está ahora más pegado a mí y acerca su rostro al mío.

-Oye! No te atrevas a hacer alguna estupidez sino quieres que te echen a patadas. -Digo pero el solo se carcajea.

-¿Y quién me va a echar?.

-Aquí hay cámaras, si hago una señal, los guardias mas fuertes que hayas visto vendrán y te partirán la cara.

-¿Hablas de esa cámara? -Señala el aparato pegado a la pared- La he desconectado. -Responde con simpleza. El cuerpo empieza a temblarme y mi mente se llena de imágenes donde aparezco desnudo y muerto. Descuartizado. Golpeado... Uff la lista es infinita, así que uso mi último recurso.

-Puedo gritar y vendrán cuando me escuchen.

-Sabes que no te van a escuchar. Aunque si quiere gritar puedes hacerlo por otra razón -Dice y comienza a dar pequeños besos en mis mejillas. Si no fuera por que es un desconocido que me tiene encerrado, pensaría que está siendo romántico o algo así.


Incluso me toma la mano izquierda y entrelaza nuestros dedos. Sin dejar de besarme las mejillas. Sube la mano derecha y su dedo índice me recorre el cuello, el pecho y llega hasta mi ombligo. Tiemblo y no por placer sino por miedo.



-Ya es suficiente. -espeto sin trabarme y lo empujo con toda la fuerza que tengo. Las piernas me tiemblan como gelatina y mi corazón late fuerte en mi pecho. Siento mis ojos humedecerse por la impotencia. Doy medía vuelta con el firme propósito de salir de ese lugar y el no hace nada en esas décimas de segundos que tardo en dirigirme a la puerta ni cuando salgo.


Siento un nudo enorme en la garganta. Recuerdos llegan a mi mente y comienzo a sollozar. Llego al camerino y por suerte no hay nadie. Eunhyuk debe estar trabajando en algún salón. Me cambio de ropa lo más rápido que puedo y salgo con la idea de irme a mi casa y ponerme a llorar como una nena.


La pista está tan llena que no puedo salir rápidamente, me quedo estancado a metros de la salida. Empujo a todos sin importarme nada. Pero alguien me toma de la mano y deseo que sea Eunhyuk. Pero maldita mi suerte que me abandona y me deja en compañía del acosador y de las personas que hacen los posible para que mi cuerpo se pegue al suyo, cuando yo lo que quiero es salir corriendo. Es alto y las luces intermitentes lo hacer ver como todo un psicópata a punto de matarme. Me suelto bruscamente de su agarre y empujo a todos para poder salir lo antes posible.



Cuando Eunhyuk y yo vemos películas de terror siempre criticamos a los personajes que miran hacia atrás cuando los persiguen. Pero yo simplemente no pude evitarlo y lo hice. Giré mi rostro tal como Linda Bleer en el exorcista y lo vi, a un metro de mí. Me lleno de pánico -más del que ya tengo- y apuro el paso para salir.



Ya estando afuera. Vuelvo a girar el rostro aún caminado, para cerciorarme de que ya no me sigue. Pero choco con alguien y enseguida volteo mi cara al frente para observar al atravesado.



El corazón se me detiene de repente, se me corta toda respiración. Y es donde permito a mi cuerpo derrumbarse en llanto. Siwon está frente a mi con su cara desencajada en preocupación. Me lanzo a sus brazos como una damisela en peligro que abraza a un súper héroe.


-Shhh...Tranquilo -Me dice acariciandome la cabeza con su mano izquierda, mientras que con su brazo derecho me sostiene de la cintura.- Yo estoy aquí, nada te pasará.
















El acosador es Chiss Evans.

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