Capítulo 16

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<<No siempre podrás pensar dos veces si debes o no disparar, no hay nadie que sea tan generoso en el momento. Y tan seguro como estoy de eso, te diré que; tu tampoco eres tan generosa.>>

Llegué al departamento de Gabriel en menos de treinta minutos, saltandome semáforos en rojo hizo que mi tiempo redujera considerablemente. Para cuando iba a  tocar el timbre, la puerta se abrió de un solo tirón, al parecer Mathilde me esperaba ya lista, entré en el pequeño departamento y Madison se lanzó en brazos de Mathilde muy alegre.

-Gabriel está en la cocina hablando con James. Llegó hace cinco minutos. -asentí en su dirección antes de caminar a la cocina.

Entré en el lugar, James me miró rápidamente con la interrogante en él rostro.

-¿Él realmente va ayudarte? -preguntó James no tan seguro, se movió del asiento en el que estaba antes de caminar en mi dirección y tomar mis hombros. Me sacudió levemente con una media sonrisa.- Creo que estás poniendo tu vida en peligro.

-Eso suena a Mathilde. -me alejé de James caminando al asiento en el que estaba antes.- De seguro ya estuvieron hablando de todo esto. Cinco minutos es un récord.

-¿Justin? -preguntó esta vez Gabriel que estaba parado frente a mi.

-Al parecer está a favor de Aryana.

-Pero... -interrumpí a James antes de que continuara.

-Él no está seguro de todo esto, no voy a esperar hasta que se decida. Dom viene esta noche y es lo único que me importa por el momento.

Ambos hombres se miraron con inseguridad.

-¿Qué me están ocultando?

Gabriel me miró un momento antes de hablar.

-El hijo de Dom está en el país.

¡Vaya! Pero eso si que era nuevo.

-¿Cómo lo averiguaron?

-Realmente no lo hicieron. -giré en dirección de la nueva voz.

¡Qué demonios!

-Yo te he visto antes.

El chico alto de cabello negro no era nadie más que el chico que había corrido la segunda vez que había asistido a las carreras con Nikky.

-Por tu cara parece que ya te acordaste. Me ganaste mi auto y me regalaste una bala en él hombro derecho. Muy generosa si me dejas decirlo. -me brindó una sionrisa amable.

-¿Quién eres tú? -miré a James alarmada- ¿Qué hace él aquí?

Ninguno respondió y fue el mismo chico quien se sentó junto a mi, me brindó su mano y habló.

-Soy quien tanto buscabas. David Smith, hijo de Dominique. Mucho gusto.

Lo miré un largo momento y luego a Gabriel y a James, esperaba que alguno empezara a reír y me dijera que todo esto era una broma pero cuando ninguno cambió su expresión en él rostro tuve que admitir que podía ser cierto.

-¿Cómo puedo confiar en que eres tú?

David me miró con las cejas levantas, silvó con asombro girándose un poco el asiento, de modo que ahora lo tenía en frente.

-Muy educado de tu parte dejarme con la mano extendida.

-No estoy para ser educada o no. ¿Cómo me encontraste?

-Soy hijo de Dominique. Es claro que puedo hacer de todo, y realmente te agradezco la cicatriz del hombro.

-Perdón por eso, pero debes admitir que te la ganaste.

SIN LIMITES #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora