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«¿Crees que esto sea real, Mangel?» me preguntó. Él estaba sentado contra el cristal y yo estaba acostado así que me incorporé para verle «¿O eres solo un producto de mi imaginación?»

«Espero que seas real porque...» no pude terminar la frase, no quería que supiera aún lo que sentía por él «Pero, ¿qué es real, Rubén? Mi vida, mi trabajo y los que dicen ser mis amigos son, supuestamente, mi realidad. Pero cuando estoy aquí, contigo, me siento más real que nunca. Tú eres real, mi realidad» posé mi mano sobre el cristal y él hizo lo mismo «... te quiero.»

Pude sentir cómo el cristal se desvanecía. Sentí, por primera vez, su suave y cálida mano sobre la mía, era real. Podía sentirlo finalmente.

Nos pusimos de pie, di un paso hacia delante aún con miedo de golpearme contra el cristal como la primera vez. Le abracé, sentí su cuerpo tibio contra el mío y sus brazos alrededor de mi cuello. Olía a cigarrillo y menta, tan real.

Metí mis dedos entre su cabello castaño, con la otra mano recorrí su espalda. Creo que me hacían falta manos para recorrer todo su cuerpo.

Nos separamos un momento para observarnos mejor, sus ojos verdosos me miraban fijamente y en su boca estaba formándose una sonrisa.

Y luego desperté.

Destinados. {Rubelangel}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora