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    Poco apoco todo se volvía muy extraño. Ayer Finn y Astrid habían encontrado demasiados vídeos e imágenes muy inquietantes y sospechosas, pero por alguna razón ninguna tenía relación con otras. O ninguna llevaba hacia un indicio de lo que había sucedido.

    El día estaba soleado y eso no era bueno para Harley quien se había puesto una chamarra con gorro que sobre calentaba sus partes robóticas, por culpa de los reporteros que la perseguían como perros. Subió las escaleras y entro a un pasillo muy largo pobremente iluminado con gas fluorescente.

    Habitación 61645... Se mostraba con letras azules en una esquina de su retina. Como recordatorio para ella misma.

    Se detuvo frente a una puerta de cristal roja.

    Miro hacia los lados, pero el pasillo estaba atestado de personas que caminaban en diferentes direcciones. Suspiro resignada no se podía quitar la capucha y se arriesgaba a que Azerí la corriera.

    Toco la puerta tres veces.

    - ¿Quién eres? – Pregunto una chica con un tono adormecido.

   Advirtió que la voz obviamente no era de Zoey, se sintió decepcionada de Azerí ¿Cómo se había atrevido a engañar así a esa pobre chica?

    - Necesito ver a Azerí. - dijo cabizbaja y sin querer con un tono muy tímido.

- Esta ocupado vete.

- Necesito hablar con él.

- ¿Tu eres Zoey? – Dijo con un tono de burla.

    Harley apretó los dientes y trato de contenerse. Negó con la cabeza.

     - Avísale a Azerí que estoy aquí.

- No. El no necesita a una niña como tú.

    Se escuchó una pequeña risa burlona por parte la chica y la paciencia de Harley desapareció. Saco la pistola que escondía en su chamarra, levanto el brazo y dio un disparo hacia las lamparas, todas explotaron una tras otra, al mismo tiempo que se quitaba la capucha con una mano y con la otra el apuntaba a la chica.

    - ¡Hazte a un lado! - La chica rubia salió corriendo despavorida y semidesnuda mezclándose con el resto de personas que corrían fuera del lugar asustadas.

    Harley entro y se enfureció aún más al ver el harem de cinco chicas que había en su casa.

    - ¡Largo, ahora! - les grito a todas apuntando con el arma.

    Las chicas asustadas abandonaron el lugar rápidamente.

    - ¿Qué demonios estás haciendo aquí Harley? – hablo Azerí molesto por su intromisión en su casa y el alboroto del pasillo.

- Eres un bastardo ¿Qué hacían esas chicas aquí? – La mirada de Azerí se hablando un poco y adquirió un aire de tristeza, que Harley supuso era arrepentimiento. - ¿Tienes idea del daño que le estás haciendo a Zoey?

    Con cada palabra la mirada de Azerí se ablandaba más y más.

   - ¿Por qué? – Pregunto decepcionada aun con la pistola en la mano mientras el gas fluorescente se colaba por la puerta y comenzaba a ahogarlos poco a poco. - ¡contéstame ¡- le grito.

   - Ella me dejo. Harley se olvidó de mí y desapareció.

- ¿Qué? Eso es una mentira.

    Él se dejó caer al suelo y dejo descansando las muñecas sobre sus rodillas.

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