Laberinto.

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    - Esa fue tu mejor idea ¿Enserio? – le grito molesto Azerí.

- Yo solo quería abrir la puerta y, ni siquiera tenía idea de que tuviera un cómplice.

    Una sirena se escuchó a lo lejos ellos salieron del lugar y subieron al auto con prisa.

    Con tantas cosas Harley, ni siquiera se había dado cuenta del pequeño icono en forma de carta en la parte inferior de su retina.

    - Harley, ¿A dónde vamos?

- Dame un momento.

    Ella parpadeo varias veces y el correo se abrió. Lo primero que noto fue: treinta y cinco correos de Spam y uno de Astrid. Harley se extrañó, pero lo ignoro y anoto en sus notas mentales revisar todo ese Spam.

    Ella toco el borde metálico del holograma GPS y automáticamente el auto se puso en modo automático, con la dirección que le envió Astrid por correo.

   - Nunca dejas de sorprenderme Harley.

- Lujos que puedo darme por ser una Datasheed...

    Aunque había tratado de decirlo con sarcasmo no lo logro, ser una máquina. No un monstruo al parecer nunca podría aceptarse así.

    - Sé que odias hablar de eso, pero ¿Hay más como tú? – ella solo se limitó a asentir mirando fijamente el pantalón negro que traía puesto. Eso desalentó a Azerí a seguir preguntando y permaneció callo el resto del camino.

    Inconscientemente una nota se mostró en su retina, ella se sobre salto, pero lo disimulo inmediatamente y leyó con calma.

   Un Datasheed es un Administrador que resume el funcionamiento y otras características de un sistema o subsistema (por ejemplo, una fuente de alimentación) con el suficiente detalle para ser utilizado por un ingeniero de diseño y diseñar el componente en un sistema.

   El clima del desierto casi a las afueras del cuarto muro, era insoportable e incluso un poco intimidante. Quedar atrapado aquí significaría una muerte lenta y dolorosa.

    Harley y Azerí bajaron del auto que se había estacionado frente a una enorme bodega.

    - ¿Por qué vine aquí, Astrid? – Le pregunto acortando la distancia entre ellas.

- La única razón por la que Finn era sospechoso de la muerte de tu amiga, fue porque encontraron uno de los autos de su compañía estacionado en el loft donde vives – automáticamente recordó aquel día en que ellos cenaron y un auto paso a recogerla. - a la hora en que la chica estaba en la arena. En fin, esos autos solo pueden salir de aquí con autorización de Finn o alguna otra persona importante en la empresa.

- ¿podrías ir al grano? – La chica la miro con fastidio.

- Quiero entrar y tú eres una Datasheed así que...- Harley abrió los ojos y sintió que sus pulmones se encogían.

    Como lo supo.

     Como...

    - Aunque no lo creas soy un Ciborg y... cuando nos conocimos la pequeña transferencia de electricidad me dio sospechas ¿vas a ayudarme o no?

    Ella asintió y se volvió hacia Azerí.

    - Quiere que entremos ¿puedes ayudarnos con eso? – El asintió y se acercó a ellas, miro atentamente el lugar luego sonrió de esa forma tan cautivadora según las chicas.

   - Nano, quiero que rompas esa ventana y nos abras por dentro – ambos se dedicaron miradas cómplices mientras él se arrodillaba y entrelazaba sus manos frente a su pierna izquierda.

   - Yo también quiero ir. - interrumpió Astrid. Ambos se volvieron hacia ella.

    Astrid se adelantó y apoyo el pie en las manos entrelazadas de Azerí, ni siquiera espero a que Harley le diera permiso, la mirada confiada de la chica le basto. Con un fuerte impulso; Astrid fue elevada dos pisos arriba dio una vuelta y entro de un clavado en la ventana haciéndola pedazos.

   La alarma de seguridad se activó, Harley sintió la necesidad de ir a ayudarla y tan rápido como lo pensó ya había dado un salto hacia las manos de azerí que aún seguían entrelazadas, también por reflejo cuando el sintió el pie de Harley la lanzo dos pisos de altura ella también dio una vuelta, entro de clavado y dio una voltereta cuando aterrizo

    Astrid se las arreglaba como podía con los androides de seguridad.

    De una patada, le quito a dos de enzima a la chica.

    - ¿Cres que puedas desactivarlos?

- Tu eres la Datasheed. Para eso te traje – Le grito mientras de un puñetazo le destrozaba la cabeza a un androide. Harley rodó los ojos y obedeció.

- ¡Cúbreme¡

    Sé acomodo en el primer lugar que encontró y se concentró; rápidamente entro en una especie de trance. El iris de sus ojos se tornó de un color azul brillante, tan brillante que incluso parecía una pequeña modificación quirúrgica. Paso de ser una persona normal a una conciencia omnipresente. Sentía que podía tocar toda la información y es que había tanta las posibilidades eran infinitas... pero debía concentrase.

    Desactivar androides, en segundos ella busco entre billones de estos hasta encontrarlos.

    Los androides se desactivaron, pero... quizá si tan solo lo intentaba podía lograr encontrar al asesino de Ariza.

   No tardaría más que segundos.

    Todo se arreglaría en segundos.

    Sin importar los riesgos.

    De pronto un golpe en el rostro la saco del trance sintió como en un segundo toda aquella información se drenaba por sus extremidades amenazando con ser irrecuperable.

    - ¿Estás bien?

    Harley asintió un poco confundida y se levantó del suelo.

    - ¿Qué hiciste? – pregunto Astrid, pero Harley aún seguía aturdida.

    Lograr entrar en el real modo Datasheed era una sensación muy placentera y desafiante pera Harley. Aunque había poco perdonas con tal modificación algo así definitivamente no debía existir cualquiera que dejase llevar por la sensación placentera perdería la conciencia y se volvería una simple conciencia fantasma.

    Rara vez ella hacia aquello, solo lo había hecho tres veces en su vida y cada una era suficiente motivo para no hacerlo de nuevo, pero, en ocasiones como esta Harley no piensa en las consecuencias

    - Tenemos que ir por Azerí – La chica extrañada asintió y la siguió.

- El mantenimiento de los autos, se hace cada mes el día veintitrés o el trece. Hoy es diecisiete y el día de la muerte de la chica fue un... - Astrid miro su Cicret y se volvió a la pantalla.

- Catorce. – Dijeron ambas al unísono.

   Azerí daba vueltas ansiosas por la sala de vigilancia donde se encontraban y de vez en cuando iba y le echaba un vistazo a la entrada.

     - Finn, es el único que puede cambiar esas fechas y o darle permiso a alguien que entre en otro horario

    - Entonces porque vine hasta acá si él podía habernos dejado entrar.

- No están sencillo él es un hombre ocupado – A Harley le molesto cuando remarco las palabras hombre ocupado.

- ¡bingo ¡- Grito de pronto.

- ¿bingo? – repitió Harley. Astrid rodó los ojos y hecho la cabeza hacia atrás.

- Hay que irnos ya.


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Gracias por leer.


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