Parte 43: "Rumbo a Londres"

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Diez horas y media era el tiempo estimado que tardarían en volar desde Los Ángeles hasta Londres. Diez horas y media era el tiempo que los separaba de Dave, el abogado en quien depositaban todas sus esperanzas. Pero también, diez horas y media era el tiempo durante el cual Louis y Harry debían privarse de besarse, tocarse y casi que hasta de mirarse. Esas diez horas y media se estaban convirtiendo en un infierno.

Antes de partir desde el hotel hacia el aeropuerto, habían recibido cerca de un millón de advertencias por parte de Robert: "si aunque sea un miembro de la tripulación nota alguna actitud extraña entre ustedes dos, les juro que me las pagarán"; "si alguien llega a sospechar acerca de su relación, no solo ustedes dos van a sufrir las consecuencias, sus amiguitos también me las van a pagar"; "si algo ocurre en ese vuelo, me enteraré, y en cuanto Richard sepa les juro que se arrepentirán". Aunque el beta no iba a poder acompañarlos en su viaje por cuestiones de agenda, había encontrado la forma de no perderlos de vista. Una de sus más leales asistentes, Katie Ray, los acompañaría en su vuelo hacia Inglaterra con el objetivo de asegurase que "se comportaran".

Ya habían transcurrido tres horas desde que el jet privado había despegado. La necesidad de tener a su omega entre sus brazos estaba volviendo loco a Harry. Si la azafata miraba una vez más a su hombre de aquella forma lasciva mientras se aseguraba de que sus enormes senos de plástico se asomaran lo suficiente por debajo de su escote, el rizado estaba seguro de que perdería la cabeza. Su olfato le permitía asegurar que se trataba de una omega, sin embargo, el hecho de pensar en que alguien deseara a Louis lo trastornaba demasiado. Además, ¿cómo osaba ser tan descarada para dejarlo en evidencia de una manera tan alevosa? Y como si fuese poco, Robert había obligado a Louis a subir completamente el cierre de su campera deportiva para ocultar su marca. Si sobrevivía a ese vuelo sin infartarse o sufrir un ataque de ira en el intento, en serio iba a ser un milagro.

"¿Qué te ocurre Hazz?" le preguntó el castaño mientras los cuatro cenaban en los cómodos sillones con los que contaba el jet.

"Nada" respondió seco.

"Sabes que con el lazo no puedes ocultarme lo que sientes, ¿verdad? Puedo sentir aquí dentro que algo te incomoda" afirmó señalándose el pecho con la palma de su mano.

Los chicos escuchaban la conversación sin dejar de masticar, no creían prudente intervenir en cuestiones íntimas de la pareja. Además, la comida era de verdad excelente, incluso mejor que la del restaurante del hotel.

"Es solo que... En serio no tiene importancia Lou..." intentó desviar el tema el rizado.

"Como digas Harry" le respondió el omega algo molesto ante su actitud.

"Disculpen, ¿desean algo más para beber?" los interrumpió la azafata, justo en el momento en el que el alfa se había decidido a contarle la verdad al castaño para evitar una discusión por un tema tan insignificante.

"No, puedes retirarte" le respondió Harry de muy mala manera.

Los chicos y la azafata lo miraron bastante confundidos. Por un momento, su actitud les recordó a la forma hostil en la que había tratado a Cassie durante la entrevista de hacía algunos días. Louis sintió la necesidad de ablandar las palabras de su alfa.

"Betas" - Larry Stylinson - Alfa/Beta/OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora