"Betas" - Larry Stylinson - Alfa/Beta/Omega

Parte 4: "Calor"

Al cabo de unas horas Louis despertó sintiendo un calor insoportable que lo envolvía desde la espalda. Tardó un poco en abrir los ojos, y cuando lo consiguió puedo ver un brazo alrededor de su cintura. Harry.

No era la primera vez que dormían abrazados, eso era parte de la normalidad, lo que no era normal era el calor que emanaba el cuerpo de su amigo.

Intentó liberarse del brazo de Harry lo más sutilmente que pudo, para evitar que se despertara. El ojiverde había tenido un día difícil, y era mejor que descansara lo más que pudiese antes del concierto que se les avecinaba.

Al levantarse de la cama se tomó un momento para observarlo. Sus mejillas se encontraban de un color rojo cereza, y algunos de sus rizos se pagaban a su frente haciendo notorio el sudor que recorría todo su cuerpo. Harry estaba ardiendo.

Por un momento se planteó despertarlo, pensando que podría tener fiebre. Tal vez por eso había tenido un mal día, tal vez se estaba por enfermar.

Miró el reloj y se dio cuenta de que faltaba aproximadamente una hora para la prueba de sonido. Se decidió por darse una ducha y despertar al ojiverde apenas terminara.

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Entró al baño de la suite y mientras esperaba a que el agua se caliente, se deshizo de su remera, su pantalón, sus bóxers y sus vans. Finalmente entró a la ducha y se relajó bajo el agua tibia.

Como siempre que tenía un momento a solas, sus pensamientos comenzaron a divagar. Ser beta era relativamente sencillo, no tenía impulsos a los que obedecer, no tenía que afrontar celos y tampoco tenía que verse influenciado por las feromonas de otros. Sin embargo, a veces Louis se preguntaba cómo se sentiría ser un omega. Sí, a diferencia de la mayoría de las personas, el ojiazul no añoraba ser un poderoso e intimidante alfa, sino un omega. Aunque jamás se lo confesaría a nadie, a veces sentía la necesidad de sentirse pequeño e indefenso, de buscar protección en el cuerpo grande y fuerte de un alfa. Y ese fue el preciso momento en el que Harry llegó a su mente.

Harry, con su espalda ancha y fornida, su brazos fuertes y protectores, pero también con esa dulce sonrisa con hoyuelos y esos ojos esmeralda que solo transmitían ternura. La combinación perfecta. Ese también fue el preciso momento en el que notó cómo, poco a poco, su miembro iba despertando, y sin ser consciente de sus actos, él mismo se estaba acariciando lentamente.

"¡¿Qué mierda?! Qué estoy haciendo..." dijo en voz baja para sí mismo, sorprendiéndose de sus propias acciones.

Automáticamente giró las canillas para enfriar el agua de la ducha y se esforzó por girar el rumbo de sus pensamientos. Harry era su mejor amigo y nada en el mundo podía arruinar eso, ni siquiera sus hormonas calenturientas.

Además, él era beta y Harry era beta, nada de lo que pasaba por su cabeza tenía sentido. Y como si todo eso fuera poco, él era heterosexual, su amigo era el gay, no él. Se suponía que nada en su amistad debía cambiar, sin importar la sexualidad del chico de ojos verdes. ¡¿En qué diablos estaba pensando?!

Cerró el grifo dando por terminado su baño. Se envolvió en una toalla y decidió vestirse fuera del baño, ya que tanto vapor lo estaba agobiando. De todas formas, era casi seguro que Harry seguiría durmiendo, por lo tanto no habría ningún problema en cambiarse delante de él. No es como si nunca antes lo hubiese visto desnudo, pero teniendo en cuenta los acontecimientos recientes, era mejor evitar posibles momentos problemáticos.

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Al salir del baño se llevó una sorpresa. Harry ya se había despertado, pero eso no era lo sorprendente. Su amigo se encontraba acostado en el centro de cama con las piernas y brazos abiertos y los ojos cerrados, usando solo sus ajustados bóxers negros y abanicándose con alguna revista vieja que seguramente había encontrado en el mueble de la habitación. Su piel estaba levemente rojiza y estaba completamente sudado.

Louis tuvo que morderse el labio para evitar soltar un gemido ante semejante escena, la cual su cerebro ya había catalogado como "erótica".

"Ha... Harry... ¿Te...? ¿Te encuentras...? ¿Te encuentras bien?" consiguió decir el ojiazul después de varios intentos.

Debía controlar sus hormonas, ya no era un adolescente. Tenía que concentrarse. Su amigo probablemente estaba enfermo y él solo pensaba en los deseos de su miembro.

"Tengo... ¡Tengo mucho calor!" le respondió Harry, prácticamente jadeando.

"¿No sientes nada más? Hace un poco de calor, pero no creo que sea para tanto... ¿Crees que podrías tener fiebre?" se preocupó el castaño.

"No lo sé Lou... Solo tengo calor, mucho calor"

Louis se acercó y le tocó la frente para corroborar su temperatura. Harry soltó un quejido (casi gruñido) y tembló levemente bajo su tacto.

"Hazz... Creo que deberíamos avisar a los chicos. No creo que estés en condiciones de subirte a un escenario así. Lo mejor va a ser que te vea un médico..." sugirió el ojiazul.

"¡NO!" se sobresaltó Harry. "¡No voy a dejar al público plantado! ¡Me voy a dar una ducha fría, me voy a mejorar, y cuando salga voy a estar listo para ese concierto!" respondió el ojiverde en un tono que sonaba casi como si estuviese enfadado con su amigo por sugerirle que descansara.

"De... De acuerdo Hazz..." respondió Louis en un murmullo, algo intimidado por el tono que utilizó el rizado.

Harry lo miró, sacudió la cabeza y se metió rápidamente en baño sin decir una palabra más.