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Sé que dije que soportaría tu indiferencia, pero no lo logré; intenté ser fuerte, pero al final me di cuenta que solo me engañaba a mí misma.

No era tan tenaz como creía.

Ya no pude más, el no tenerte a mi lado me causó tanto daño... demasiado, que jamás alcancé a comprenderlo.

Finalmente tomé la decisión de olvidarme de ti.

¿Se dice fácil, no? Sin embargo, para mi era casi imposible.

La ira y la frustración tocaron a mi puerta. Me invitaron a navegar por los mares del desprecio para llegar a la isla del olvido y aunque teníamos el mismo destino, decidí rechazar su invitación.

Simplemente no podía odiarte.

Tú fuiste alguien especial para mí y mis sentimientos por ti fueron sinceros, aunque tú los hayas rechazado.

En verdad, nunca entenderé, ¿qué fue lo que hice mal?

Quizá brindarte mi total confianza y regalarte mi corazón, que evidentemente no merecías.

Lo Que No Me Atreví A DecirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora