Plazo cumplido ...

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Desperté gracias a mi alarma. Salí de la cama, fui al baño a lavar mi cara, miré la regadera y sacudí mi cabeza al pensar en un baño. Fui de regreso a mi habitación y me senté en la cama. Decidí que iría a correr. Tomé un conjunto deportivo con sudadera y mis tenis, peine mi cabello en una coleta baja y con mi celular y audífonos, salí del departamento. A pesar de estar metida en una sudadera me estremecí, ya empezaban las vacaciones de invierno y con ello, el clima frío en Denver ... 

un recuento ... habían pasado 5 meses desde que todo comenzó, y sin duda, este último mes había sido el mejor de todos, necesitaba un respiro, y lo pedí. Le había dicho a Henry toda la situación, y él había entendido perfectamente, David por otro lado, me exigió que le diera un plazo específico para volver a hablarme de la boda, le pedí un mes, ignorando su berrinche y sus ojos muy abiertos y de dicho mes, quedaba un día. 

Trotaba por los parques de los camellones de la avenida, mientras miles de pensamientos, ideas y sentimientos se agolpaban en mi cabeza. En un día tenía que resolver esto con David, me sentía presionada,  no tenía ni idea de que hacer. Henry y David se habían mantenido al margen de la situación y habían evitado presionarme, pero yo no había dejado de pensar las cosas ni un solo día. Sentía extraño el no volver a estar con David, el no volver a ver a su mamá o a su papá, no ver su mini van estacionada esperándome y no volver a jugar con su cabello rizado. Pero si elegía estar con David no volvería a ver a Henry y no podía ignorar esa felicidad que me inundaba cada vez que se acercaba a mi, o cada vez que iba a buscarme por un beso con ese gesto tan ... suyo, tan único. Cuando pensaba en no estar con David sentía nostalgia y recordaba momentos nuestros,  y cuando pensaba en alejarme de Henry un agudo dolor se clavaba en mi pecho. 

Llegué al final de lo que recorría con mis trotes y di la vuelta. A a punto de llegar al final de mi recorrido, la presión se volvió un poco mas fuerte y no aguanté mas. Dejé de correr, di unos cuantos pasos y me senté en el suelo. Me quedé inmóvil un rato, pensé en lo que me provocaba no volver a estar con David, luego pensé en dejar a Henry y el agudo dolor se clavó en mi pecho, decidí no soltar esa sensación, hasta que no pude mas y comencé a llorar, las lágrimas caían y caían por mis mejillas y ese dolor cada vez se hacía mas intenso, no quería elegir a nadie, no quería tener que elegir, quería estar con David pero quería estar con Henry. Me levanté aun llorando y seguí mi camino. Llegué al departamento y me di un baño rápido. Iría a ver a mis padres. Me arreglé lo mejor que pude y salí del departamento. Gabo, mi mejor amigo de la universidad estaba parado afuera a punto de tocar

- Hey - saludó

- Hola, ¿Qué pasó? - 

- Caroline, perdí mi billetera y hoy tomo un autobús a donde viven mis padres, ¿crees que puedas prestarme algo de dinero para llegar? - sonrió apenado

- Claro - dije abriendo mi bolso - aquí tienes, ¿es suficiente? - 

- más que suficiente, muchas gracias, me voy porque se me va el autobús de la central y no quiero desperdiciar esto en otro boleto - se despidió de mi con un abrazo - te llamo luego, por cierto te están esperando  - dijo y bajó las escaleras corriendo. Yo me quedé cerrando las puertas

Cuando bajé las escaleras vi la camioneta de David estacionada, el siguió a Gabo con la mirada tensa. 

- David, hola - saludé tímida

- ¿Me pediste tiempo para poder salir con él? 

- ¿Qué? - reí en una carcajada - no, él es -

- ¿Así de fácil Caroline? - dijo en voz alta -

- El es mi amigo de la universidad, el único que tengo de hecho, por eso sabe donde vivo, es muy buen amigo mío - 

Siempre Serás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora