Princesa...

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Conocí a Henry el día de mi graduación de preparatoria. Había sido una completa coincidencia y me había fascinado por completo desde el primer momento que lo vi, no se exactamente que impresión causó en mi, que me encantaba hablar con él, me ponía nerviosa, no podía apartar la vista de él. Era sorprendente, sexy, confiado, impresionante. Me volvía loca la forma en la que caminaba, la forma en la que sonreía, su tono coqueto para hablar y lo atinado que era para hablar, nunca titubeaba, no se ponía nervioso, era, increíble el solo hecho de estar cerca de él. 

Mi primer salida con Henry había sido al parque de la ciudad, solo porque David me había dejado plantada. Ese día me besó, fue la sensación mas extraña del mundo, el corazón se me aceleró, el cuerpo se me llenó de electricidad, de no haber sido porque estaba con David, no me hubiera despegado de sus labios en un largo tiempo. Quería besarlo otra vez. Estar con él otra vez, así que nos empezamos a ver todos los domingos en nuestro lugar exclusivo, el lugar donde lo había besado la primera vez. 

Seguí saliendo con David pero no era lo mismo. Quería estar con Henry todo el tiempo. Sentía que si no lo veía me faltaba algo y nada era suficiente, tenía que llamarlo al menos para poder estar tranquila. Desde que Henry se había aparecido en mi vida, todo había cambiado, mi vida era completamente diferente. Cuando no estaba cerca de él o no podía verlo sentía un hueco que no podía llenar con nada mas, y cuando él estaba conmigo, sentía que no me faltaba nada mas, que no había nada malo que pudiera pasar, para hacerme sentir mal. 

No sabía como explicar lo que sentía por Henry, las palabras no eran suficientes. Lo quería y lo necesitaba en mi vida, para que mi vida funcionara. Después de muchos obstáculos, Henry me había pedido que me casara con él. Y hoy, después de dos meses estaba de pie frente a un espejo mirándome en un largo vestido blanco, consciente de que, allá afuera toda mi familia, amigos, la familia de Henry y sus amigos, estaban esperándome para que yo, me sintiera como la mujer mas feliz del mundo al compartir mi vida con el hombre del que me había enamorado en tan poco tiempo. Anna y mi mamá me miraban con ternura y felicidad, yo me miraba y no podía creer lo que veía, me sentía como lo que Henry decía que era, una princesa. 

Salí del lugar donde me habían arreglado, con todos los nervios del mundo. Caminé por el pasillo y en la puerta, estaba esperándome mi papá. Cuando me miró cubrió su boca con las manos y puso una expresión de felicidad. Me abrazó y me dio su brazo. Tomamos un camino para llegar a la parte del jardín donde estaban todos. Cuando llegamos me paré frente al pasillo por el que me llevaría mi papá. 

- ¿Lista? - dijo mi papá mirándome

- Espera un momento - 

Mire al rededor. Todos me miraban con diferentes expresiones. Estaba disfrutando mucho ser el centro de atención. Miré a Henry y a Keith que estaba a un lado suyo, miré a Anna y a Gabo que estaban parados del otro extremo esperando que yo ocupara ese lugar vacío. Volví a mirar a Henry, se veía increíblemente guapo con ese traje entallado. Me miraba sorprendido y con su usual sonrisa coqueta. Se le veían los nervios. De reojo vi que alguien se acercaba a la mitad de la fila de la derecha. Giré la cara y vi a David parado, mirándome con expresión de que estaba esperando algo. Nos miramos, miré a Henry que le decía algo a Keith y el asentía. Henry se veía muy molesto. 

- Hija - dijo mi papá

- Ya lo notaste ¿cierto? - 

- Escucha - me giré hacia él - las decisiones que tomes, son tuyas, y de nadie mas. Eres perfectamente capaz de decidir y hacerlo bien - 

- Gracias papá - 

- Tienes tres opciones, caminar hacia la derecha,  donde está David esperando, pero si lo haces, el chico que tienes en el altar va a desaparecer de tu vida, eso tenlo por seguro - 

- Lo se - 

- Bien, si eliges caminar hacia el altar donde está Henry, David va a desaparecer de tu vida - 

- También lo se - 

- Si decides no caminar hacia ningún lado, tomar mi brazo e irnos de aquí, estará bien, eso les dará a entender que necesitas mas tiempo, por lo menos a Henry, no se a David que le dé a entender - 

Suspiré. Miré a David, miré a Henry y miré a mi padre. Le dí un fuerte abrazo, le agradecí y tomé su brazo. Giré hacia el altar y empecé a caminar hacia Henry. Cuando pasé por la mitad de las filas noté que David se había ido. Mi papá había tenido razón. 

- Yo, Henry Belle, te acepto a ti, Caroline Kerny, como mi esposa  y prometo amarte, y respetarte, prometo serte fiel, estar a tu lado en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe. Prometo, prepararte cenas italianas, españolas y japonesas, prometo no quedarme dormido cuando estemos en la hamaca en la noche - risas - prometo siempre estar a tu lado, y tomarte miles de fotografías en todo momento de nuestras vidas -

- Yo - dije controlando mis sollozos de alegría - Caroline Kearny, te acepto a ti, Henry Belle, como mi esposo, y prometo amarte, respetarte, prometo serte fiel, estar a tu lado en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe. Prometo ser paciente contigo, no ser demasiado sensible, prometo no romper nuestros porta retratos y prometo no arrojarte los platos cuando me moleste contigo - risas - prometo, amarte todos los días de mi vida, posar para tus fotos, disfrutar todas tus cenas italianas y de otras nacionalidades, y hacerte muy feliz, por el resto de mi vida - 

Cuando el oficiante dijo que Henry podía besarme, recordé la primera vez que me besó. Esta vez no había nada que me hiciera separarme de él. Caminamos por el pasillo hasta llegar al lago, a lo lejos se veía la pequeña banca donde había empezado toda nuestra historia. 

- Henry - 

- Dime princesa - 

- No importa lo que haya pasado y no importa lo que pase, para mi, el amor de mi vida, siempre serás tu. 

- Princesa, lo único que pido para ser feliz es que la compañera de mi vida seas, solo tú - 

Lo besé una vez mas al empezar la puesta de sol. 

Siempre Serás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora