Change • jb [Terminada]

XXXIII

"Y cuando mis ojos coincidieron con los suyos me sentí el tío más miserable del universo"

Miraba a Tommy, esperando que soltase una carcajada y me dijese que estaba bromeando; pero aquello no sucedió, él seguía mirándome igual de serio.

—E-Eso no es posible. —Negué rápidamente.

Justin jamás haría algo así.

—No me creas si no quieres —Se encogió de hombros—, no estoy aquí para convencerte. Tú querías saber la verdad y es lo que te estoy contando.

—Él jamás... —Me costaba decir la palabra— mataría a nadie. —Le defendí. Me negaba a que hablase así de Justin.

—Las carreras son algo peligroso, Lena. Un pequeño despiste y...

—Pero entonces fue un accidente. —Fruncí el ceño, aún así algo más aliviada ante esa revelación.

—Yo no lo consideraría un accidente cuando él estaba claramente intentando sacar a Will de la pista.

—Estoy segura de que él n-

—Mierda Lena —Me cortó exasperado—. ¡Deja de intentar defenderle cuando no sabes nada!

Me encogí un poco, asustada por su reacción, pero intenté no mostrar mi miedo.

—Puede que no estuviese allí, pero conozco a Justin y...

—Oh, ¿aún piensas que le conoces? —Sonrió irónicamente.

Me había hecho esa misma pregunta cientos de veces desde el domingo y desde luego, después de todo lo que había descubierto hoy, estaba claro que había partes de la vida de Justin que no conocía; pero algo me decía que debía seguir confiando en él en esto. Que corriese en carreras ilegales era una cosa, pero que hubiese acabado con la vida de alguien solo por ganar era otra muy distinta.

—Puede que aún desconozca muchas cosas de él, pero estoy segura de que las cosas no fueron como tú dices.

—¡¿Quieres dejar de ponerle en un jodido pedestal?! —Se levantó de su asiento, tirándolo al suelo.

—T-Tommy... —Me levanté yo también, alejándome un poco.

Estaba muy alterado con el asunto y empezaba a arrepentirme muy seriamente de haber venido con él hasta aquí. Aunque si pasase algo los dos grandullones de fuera intervendrían, ¿no?

—La vida no es un cuento de hadas y debes abrir los ojos de una jodida vez y darte cuenta de que Justin no es ningún príncipe azul, de hecho se aleja mucho de eso —continuó—. Yo vi con mis propios ojos lo que pasó aquella noche y sé de lo que hablo.

—Escucha, entiendo que estés dolido pe-

—No, Lena —Negó con la cabeza acercándose a mí—. Tú no entiendes lo que fue que me dijesen que mi mejor amigo había muerto y tener que ver como el causante de ello salía impune —escupió. A estas alturas estaba muy cerca de mí—. No sabes lo que me alegro de que Justin se esté pudriendo en esa celda.

Antes de que me diese tiempo a pensar nada más mi mano impactó contra su mejilla con fuerza.

Tommy se frotó la zona algo enrojecida y me miró sorprendido, para luego pasar al enfado.

Agarró mi muñeca con fuerza y me acercó hacia él, yo intenté zafarme, pero no conseguí nada.

—No se te ocurra volver a levantarme la mano, ¿me has entendido? —siseó cerca de mi cara—. ¡¿Me has entendido?! —repitió más fuerte y ejerciendo mayor presión sobre mi muñeca.