Jungkook entró a la habitación donde estaba su padre, sintiendo el corazón latiendo a mil por hora. Las manos le sudaban y se apretaba los labios, tratando de contener la ansiedad y los nervios.
Sentía el cuerpo de Jin hyung detrás del suyo, como una especie de guarda espaldas que lo hacía sentirse ligeramente más seguro, pero no al cien por ciento. Sabía que Jin haría lo que fuera necesario para evitar que nadie lo dañara, pero el miedo que sentía no era por un golpe o una patada, sino por las palabras, y de ellas ¿Cómo podría defenderlo su hyung?
Antes de dar un paso, dentro de la habitación, Seokjin tomó el brazo de Jungkook y lo giró para que lo mirara.
─ Si no quieres hacerlo, no tienes que entrar. Solo dime y nos iremos de aquí sin más. Nada ni nadie te obliga a terminar con la entrevista, ni siquiera a comenzarla. – Le dijo, tratando nuevamente de detener lo que iba a suceder.
─ Estoy bien, hyung, solo... solo no te separes de mí, por favor. – Le pidió y Jin asintió, con una sonrisa.
─ No lo haré. Te lo prometo. – Le dijo y entonces Jungkook se giró y caminaron hasta llegar a donde estaba sentado el hombre.
El señor Jeon miraba a los dos hombres que entraban al cuarto y su rostro no reflejaba ninguna emoción, aunque por dentro, se alegraba de ver nuevamente a su único hijo.
No era que le diera felicidad verlo, ya que su mente egoísta y perturbada, le impedía tener algún sentimiento noble y bueno. Era, simplemente, el gusto de saber que su hijo lo necesitaba, que había un ser humano que requería hablar con él y la curiosidad lo invadía.
Jungkook y Jin se sentaron en dos sillas frente a la mesa donde se encontraba el padre del menor. La mano de Kookie buscó la de Jin, en una forma de sentirse más protegido. Seokjin solo la apretó con fuerza.
─ Buenas tardes Jungkook, doctor. – Los saludó con una pequeña inclinación de la cabeza.
─ Buenas tardes, padre. – Lo saludó Jungkook con seriedad, y con una voz demasiado grave.
─ Buenas tardes, señor Jeon. Hemos venido para que Jungkook platique con usted por un rato. Si usted no tiene inconveniente, claro. – Le dijo Jin con demasiada amabilidad.
─ Claro, claro. Lo que quiera, es mi hijo y contestaré lo que quiera. – Le contestó en el mismo tono. De pronto no deseaba que se fueran pronto.
Se hizo un silencio algo pesado. El único sonido que se percibía era el de un reloj colgado en la pared, detrás del señor Jeon.
─ Adelante, Jungkook. Recuerda que tienes el tiempo medido. – Lo apresuró Jin. Sabía que el chico estaba demasiado nervioso, pero él no podía preguntar en su lugar.
─ Claro. – El muchacho se reacomodó y mirando a los ojos de su padre, por primera vez desde que se sentaran en la silla, le preguntó: - ¿Cómo has estado? –
El señor Jeon lo miró, y luego sonrió, emulando una expresión amable y simpática. Algo muy parecido a lo que Jungkook recordaba de su vida con él.
─ La vida en éste lugar es muy aburrida, hijo. Todos los días me dan un desayuno que sabe a mierda de perro, luego me dejan salir a caminar durante una hora, al pasillo de mi celda. Y luego estoy solo, leyendo o escribiendo, muy aburrido, hasta que llega la comida, que al parecer la hicieron con las sobras de la comida de los cerdos, y otra vez, durante la tarde me llevan a caminar un rato, fuera de mi puta celda y finalmente la cena, que es incomible. – Lo miró fijamente mientras le contestaba.
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Dark Side. YoonMin.
FanficJimin tiene una carga sobre sus hombros tan grande que tiene que recurrir a la ayuda que le pueden dar los demás. YoonGi es un famoso hipnotista que quiere encontrar a alguien especial.