Dark Side. YoonMin.

25. Constelaciones.

Taehyung y Hoseok se fueron a la casa del primero. El mayor iba manejando lentamente, tratando de platicar y relajar al menor y éste, ya sin miedo, iba apoyado en el hombro de su hyung, aún sin poder creer lo sucedido.

─ Se veía tan inocente y tierno. En verdad creí que había perdido a su cachorro. – Le dijo de pronto a Hoseok.

─ Mi hermano me habla a veces de enfermos que no lo parecen y son capaces de cosas que uno no podría creer. La verdad es que la mente es algo que aún no comprendemos del todo. Yoon Gi y Jin ni se imaginaban que ese muchacho fuera un loco capaz de secuestrar a alguien. –

─ Me imagino. – Y miró a su hyung, pensando en Jimin y en lo normal que siempre lucía.

Al fin, llegaron a la casa de Taehyung, se bajaron y subieron a la habitación del menor. Éste tenía miedo. Sus nervios estaban demasiado sensibles y cualquier ruido o sonido le hacía pensar que era Jungkook dispuesto a terminar lo que empezó.

─ Jungkook está en el hospital, sedado y custodiado. No vendrá por ti, no temas. – Le decía Hoseok al verlo tan asustado.

─ Por favor, quédate conmigo, tengo mucho miedo. –

─ ¿Y tu amigo Nam Joon? – Le preguntó, celoso.

─ No sé. Debió salir o algo así, porque no veo la luz de su habitación, pero además no quiero pedirle nada. Por favor, no te vayas. – Le suplicó de nuevo.

─ Está bien. Me quedaré. – Le sonrió. Después de todo, dormir con su adorado Tae, era algo que le gustaría mucho.

Tomaron una ducha, separados, y luego Taehyung le prestó un pijama a su novio. Luego, sin más, entraron en la deliciosa cama, suave y mullida, donde se quedaron abrazados, y después de un rato, al fin se durmieron.

En el hospital, Jungkook despertó del sedante que le inyectaran. No bien abrió los ojos, notó que estaba esposado a la camilla y que un policía parado fuera de su habitación custodiaba la puerta.

─ ¡Maldición! – susurró de manera que nadie lo escuchara. Sus ojos negros e inteligentes, miraban alrededor buscando la manera de escapar, pero sería muy difícil. Entonces, entró Jin a la habitación.

─ Veo que despertaste, Kookie. – Le dijo amablemente.

─ Quiero irme de aquí. Sácame, Jin. – Le exigió molesto.

─ No puedo. Secuestraste a una persona y trataste de matarlo, no será nada fácil que vuelvas a ser libre, Jungkook. – Le dijo sin más.

─ Pero tú puedes lograrlo. Eres psiquiatra y además soy menor de edad. Puedes decirles que no lo haré más y que solo necesito control médico y listo, me dejarán salir. – Le explicó como si fuera algo obvio y fácil de hacer.

─ Eres demasiado listo, Jungkook. – Lo admiró.- Pero aun así, tienes cargos criminales. Tendremos que esperar a que un juez determine tu situación legal y luego, quizás, podrás quedarte en mi hospital para que te ayude. –

─ ¿Ayudarme? ¿No será que solo quieres que me quede junto a ti para poder tener sexo cuando quieras? – Le dijo sin ninguna consideración.

─ Pues... eso solo lo sabrás si te quedas conmigo. – Le contestó molesto por el tono del chiquillo.

Jungkook lo miró fijamente, con esa mirada que ahora Jin ya conocía muy bien, una mirada llena de ganas de matar.

─ Deberías portarte bien conmigo, Jungkook. Después de todo, soy tu pase de salida hacia un lugar mucho mejor que la prisión donde está tu appa. Pero si no quieres, entonces me voy. – Y abrió la puerta para salir, pero Jungkook lo llamó.